Aunque la nutrición y la dietética son disciplinas que no paran de evolucionar, cada vez sabemos más cosas de alimentación saludable. Tenemos claro que las verduras y las hortalizas deben ser la base de la dieta, que necesitamos proteína de calidad (animal y/o vegetal), que los cereales deben ser integrales y no blancos, y sabemos que las grasas no pueden ser refinadas, sino de primera presión en frío o provenientes de fuentes naturales como el aguacate, las aceitunas o los frutos secos.

Pero, cuando se trata de la alimentación de los animales, ¿lo tenemos igual de claro?

¿Cómo debe ser la alimentación de las mascotas?

En las tiendas especializadas de animales podemos encontrar una grandísima variedad de piensos –para pequeños, para grandes, para problemas de salud digestivos, urinarios, metabólicos…– y de muchas gamas diferentes. A menudo nos agobia y acabamos comprando las marcas más conocidas o comerciales, pero… ¿habéis leído las etiquetas?

Si lo hacéis, os sorprenderá ver que, a menudo –y especialmente en los piensos más baratos–, los primeros ingredientes son granos o derivados de los cereales, soja y grasas vegetales. Si los gatos y los perros son carnívoros, ¿por qué los piensos contienen estos ingredientes? Seguramente como estrategia para poder abaratar costes. Es importante, pues, que, al comprar pienso, miremos las etiquetas: las marcas de alimentación para mascotas que indican todos y cada uno de los ingredientes en el apartado de composición suelen ser más transparentes, a diferencia de las que usan términos genéricos como “grasas vegetales”, “cereales” o “derivados cárnicos”. Es evidente que este tipo de piensos no son los más fisiológicos para los animales.

Si queremos alimentar a las mascotas de forma saludable debemos elegir piensos con las características siguientes:

  • Que la proteína animal sea el componente principal, ya sea carne o pescado y, a ser posible, de buena calidad.
  • Que preferentemente no contenga ciertos cereales que son más difíciles de digerir y que, además, no son un alimento fisiológico para las mascotas: trigo, maíz o soja. El arroz es una excepción, porque es un cereal fácil de digerir.
  • Que tenga grasas de buena calidad, como el aceite de salmón o el aceite de krill (de origen marino), ricos en omega-3. Un buen equilibrio entre omega-3 y omega-6 (aceite de girasol) tiene un efecto antiinflamatorio y protege el organismo de la mascota.
  • Que no lleve transgénicos. Habitualmente la soja y maíz que contienen los piensos lo son.
  • Que no contenga conservantes, colorantes ni saborizantes añadidos.

Además, hay marcas, como Retorn, que también incluyen prebióticos para cuidar la flora intestinal.

¿Qué comida compro? ¿Seca, semihúmeda o húmeda?

Esta es una de las otras dudas más frecuentes, ya que, cuando vamos a comprar, podemos encontrar alimentos secos (el pienso), con una humedad del 14% o menos; semihúmedos (pienso con una croqueta más tierna que el seco), con una humedad del 14-60%, y los húmedos, con una humedad del 60% o superior, que suelen ser las latas. ¿Qué opción es la mejor?

¡Lo ideal es hacer una dieta variada para que la mascota disfrute comiendo! Por lo tanto, lo mejor es combinar la alimentación seca o semihúmeda con la húmeda, ya que aportan beneficios diferentes y alternarlas ofrece la posibilidad de aumentar la variedad de alimentos en la dieta del animal. La alimentación húmeda aporta más agua y, por tanto, hidratación, aumenta la dilución de la orina y evita los temidos cálculos renales. Además, también potencia el sabor de la comida. La alimentación seca, en cambio, tiene un efecto beneficioso para la dentadura, ya que ayuda a eliminar los restos de comida y la mantiene más limpia. Además, la alimentación semihúmeda tiene una textura más tierna y suave, y resulta más fácil de masticar.

Lo más conveniente es darles la comida húmeda por la mañana o por la noche, para que no se quede mucho tiempo en el comedero y no se estropee. Eso sí, la comida húmeda, al igual que el pienso, ¡debe ser de buena calidad! Con ingredientes naturales y fisiológicos.

Retorn, por ejemplo, tiene una gama de latas y mousses de alta calidad para perros, preparadas con pollo, cordero, pescado o reno; y una gama de latas naturales para gatos, elaboradas con atún, gambas, mejillones, sardinas, salmón, pollo, conejo o ternera. Una vez abiertas las latas, es posible identificar los ingredientes que contienen, ¡ya que están troceados y no triturados!

Si queréis empezar a dar una alimentación más sana y natural a vuestra mascota, es recomendable no realizar el cambio de golpe, sino gradualmente, con el fin de ayudar al sistema digestivo del animal. El periodo ideal de transición y adaptación es de siete a catorce días. Comenzad mezclando un 75% del pienso habitual con un 25% de Retorn y, poco a poco, aumentad el porcentaje hasta llegar al 100%.

¡Cuidad la salud de vuestros peludos!