La canela es una de las especias más utilizadas para dar sabor a las recetas, pues aporta un dulzor muy característico e inconfundible. Se obtiene de la corteza de un árbol que pertenece a la familia del laurel –Cinnamomum verum zeylanicum– y es nativo de Sri Lanka. Su uso se remonta a miles de años y se trata, probablemente, de una de las especias más antiguas del mundo.
Para obtener la ramita de canela, se extrae la corteza del árbol y luego se deja fermentar durante 24 horas y se raspa la capa externa. Luego se enrolla y se deja secar, normalmente al sol.
Un remedio natural milenario
Más allá del uso culinario, la canela ha sido utilizada durante milenios por las culturas asiáticas debido a su gran poder terapéutico. Entre sus propiedades, destaca el efecto hipoglucemiante, especialmente interesante para las personas con problemas derivados de una mala gestión del azúcar. Pero su uso medicinal es mucho más amplio, pues se trata de una especia con una potente capacidad antiinflamatoria y antioxidante. Inclusive la canela se ha utilizado durante muchísimo tiempo como conservante natural.
La canela está indicada para mejorar las digestiones y también para prevenir los resfriados, ya que es expectorante y posee propiedades analgésicas.
Existe amplia evidencia científica que demuestra que la canela mejora la sensibilidad de las células a la insulina, ya que mejora los niveles de glucosa en sangre y sus efectos metabólicos. El responsable de este efecto es un polifenol polímero de metil-hidroxichalcona (MHCP), que es un metabolito secundario de las plantas. En 2018 se realizó un estudio entre 140 pacientes con diabetes mellitus tipo II, en el que se vio cómo el suplemento de canela mejoraba los parámetros lipídicos, antropométricos y glucémicos en comparación con el grupo placebo, en especial en pacientes con sobrepeso y obesidad.
¿De Ceilán o de la China?
Existen dos especies de canela: Cinnamomum aromaticum o cassia, que es la más comercializada actualmente, y Cinnamomum zeylanicum o verum. A simple vista no son tan fáciles de distinguir, pero existen diferencias entre ellas.
La canela de Ceilán tiene un sabor más dulce y suave, mientras que la china (Cassia) es más fuerte y amarga. Esta última suele contener mayores cantidades de cumarina, un aromatizante natural que cumple una función de defensa de la planta frente a los depredadores y que, ingerida en grandes cantidades, podría causar daños hepáticos y renales. Además, tiene un efecto antagonista a la vitamina K, que es la vitamina que interviene en la coagulación, con lo cual, frente a una lesión, podría comportar un mayor riesgo de hemorragia.
Si la canela se encuentra en formato de polvo, necesitaremos mirar la etiqueta para saber de qué especie se trata. Si no hubiera descripción, entonces sospecharemos que se trata de la especie Cassia, pues es la más económica. Si, en cambio, la encontramos en rama, entonces será más fácil diferenciarlas: mientras que la canela Cassia tiene una capa de corteza relativamente gruesa enrollada, la de Ceilán tiene varias capas finas de corteza enrolladas.
La dosis más efectiva
Conseguir los beneficios de esta especia a través de la dieta no es tan simple. ¡Haría falta echar canela en cada bocado! Por eso, un suplemento puede ser la manera más efectiva de conseguir sus tan preciadas propiedades terapéuticas.
La casa alemana Raab Vitalfood, con más de treinta años en el sector de la suplementación natural, ofrece un complemento nutricional de canela orgánica de Ceilán en cápsulas. Su fórmula contiene de forma natural el metabolito responsable de favorecer la sensibilidad a la insulina, el MHCP.
Además, las cápsulas de canela orgánica de Ceilán de Raab son veganas y no contienen gluten, lactosa, componentes adicionales ni sustitutos del azúcar. Una opción fácil y adecuada para integrar más la canela de Ceilán en nuestra vida diaria.