El omega-3 es un ácido graso esencial que no puede ser sintetizado en cantidades adecuadas por el organismo, sino que debe ser obtenido a través de la dieta (principalmente de fuentes de pescado azul, marisco, frutos secos y semillas).
El aceite de krill: ¡el rey de los omega-3!
El krill (Euphausia superba) es un pequeño crustáceo que vive en las profundas aguas del océano Antártico y representa una de las biomasas más abundantes del planeta.
Su apreciado aceite contiene importantes sustancias para el organismo: ácidos grasos poliinsaturados omega-3 (EPA y DHA), fosfolípidos, colina y astaxantina.
Las fuentes ricas en omega-3 de cadena larga como EPA y DHA son los pescados azules, mariscos (especialmente el krill antártico) y algunas algas (solo DHA).
Repasemos los beneficios de los omega-3
Las aplicaciones más importantes se basan en:
- Apoyo al sistema inmunitario.
- Mejora de la memoria, concentración, la función ejecutiva del cerebro en adultos diagnosticados con TDAH y una menor probabilidad de deterioros cognitivos relacionados con la edad (demencia y enfermedades neurodegenerativas). Apoyo de la salud cognitiva de los niños.
- Prevención y tratamiento de enfermedades cardiovasculares. Regulación de los niveles de lípidos en sangre (disminución de triglicéridos, incremento del colesterol total y LDL junto con un incremento de los niveles de HDL).
- Reducción de la tensión sanguínea.
- Ayuda en la prevención y manejo de desórdenes depresivos.
- Ayuda para combatir el estrés, la ansiedad y el insomnio.
- Acción antioxidante y antiinflamatoria.
- Alivio de síntomas causados por osteoartritis y artritis reumatoide (reducción de la inflamación, del dolor y la rigidez).
- Efectos sobre el síndrome premenstrual y dismenorrea.
- Regulación de alteraciones dermatológicas.
- Apoyo ocular.
¿Cuáles son las funciones de los fosfolípidos, la colina y la astaxantina en el aceite de krill?
El aceite de krill extraído en frío presenta una eficacia significativa frente al aceite de pescado. Esta mayor eficacia se atribuye a la unión de los omega-3 con fosfolípidos, que facilitan el paso de los ácidos grasos a través de la pared intestinal y hacen aumentar su biodisponibilidad.
Los fosfolípidos son grasas que constituyen la membrana de cada célula de nuestro cuerpo. Están formados por una cabeza de fosfato y dos colas de lípidos donde, en el caso del aceite de krill, se encuentra el omega-3. Tiene distintas funciones, como ayudar a mantener la fuerza, la estabilidad y la integridad celular. Además, transportan e insertan el omega-3 de cadena larga, EPA y DHA, en las membranas celulares a través de la sangre.
Su contenido en omega-3 es muy importante, ya que los lípidos son los que proporcionan flexibilidad a las membranas. Cuanto más omega-3 hay en las células, más flexibles serán y mejor funcionarán.
La astaxantina es un carotenoide con alto poder antioxidante. Su función principal es el control del estrés oxidativo en nuestro organismo. Actúa a la vez como antioxidante del propio aceite y evita que se ponga rancio. En este caso, la astaxantina se encuentra presente de forma natural en el aceite de krill, mientras que en los aceites de pescado utiliza la vitamina E, añadida de forma externa, como antioxidante.
La colina en el aceite de krill está en forma de fosfatidilcolina (nutriente fundamental para el metabolismo normal de los lípidos y del de la homocisteína). Es precursora del neurotransmisor acetilcolina y facilita la absorción intestinal, además de permitir un paso rápido a los tejidos diana, especialmente el transporte del DHA al tejido cerebral. Favorece también el mantenimiento de la función hepática normal.
El aceite de krill como pilar básico de una buena suplementación
Actualmente, existe una gran oferta de complementos nutricionales de omega-3, tanto de aceite de krill como de aceites de pescado o aceites vegetales. Lo más importante es saber leer las etiquetas y prestar atención a su procedencia, a la cantidad de EPA y DHA (en vez de solo a la cantidad total en la perla) y al método de extracción.
El Aceite de Krill NKO® de 100% Natural es el único aceite de krill extraído en frío con ácidos grasos omega-3 en forma de fosfolípidos, colina y astaxantina. La absorción de los omega-3 es hasta seis veces más rápida y se mantiene en plasma durante más tiempo que con aceites de pescado u otros aceites de krill.
El Aceite de Krill NKO® procede de las frías y cristalinas aguas del Antártico, de pesca controlada y sostenible. Este tipo de extracción permite conservar intactos todos sus nutrientes y conocer además todo su proceso de producción, desde el origen hasta la comercialización final del producto.
La patente NKO® de 100% Natural garantiza un producto de la más alta calidad y pureza, tolerabilidad y seguridad y puede ser utilizado en largos períodos de tiempo.
Pescado y procesado con un respeto escrupuloso por la materia primera y por el medio ambiente. Su trazabilidad y sostenibilidad está garantizada, ya que tiene las certificaciones de Friend of the Sea® y Eco HarvestingTM, que acreditan su respeto por el medio ambiente. Y nuestro socio para la pesca y extracción está además certificado por MSC (Marine Stewardship Council) y AWR (Antartic Wildlife Research Fund).
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Además, la presentación de adultos de aceite de Krill NKO® 100% Natural también tiene disponible la fórmula específica para niños. Aceite de Krill NKO® Niños: fórmula infantil desarrollada para el crecimiento y desarrollo saludable de los más pequeños. Contiene aceite de krill NKO® y aceite de pescado (Solutex®) como fuentes de ácidos grasos omega-3, astaxantina (carotenoide procedente del Aceite de Krill NKO® y de un extracto de microalgas, Astareal®) y vitamina D3.
Como hemos podido ver, no hay ninguna duda de los múltiples beneficios y la evidencia clínica del aceite de krill por sus propiedades antioxidantes y antiinflamatorias, con eficacia y seguridad corroborada en diversas patologías: salud cognitiva, salud cardiovascular, niveles saludables de inflamación, salud de la mujer y salud articular.