Está demostrado que como mínimo un 80 % de la salud no depende directamente de la genética, sino de factores medioambientales, como la dieta. Con treinta años podemos tener una edad biológica de sesenta años a nivel reproductivo, y viceversa. El estrés sostenido es el principal causante de problemas de infertilidad. Los sistemas de reproducción asistida son una salida y una esperanza para las parejas que no pueden tener hijos. Conjuntamente y paralelamente a estos tratamientos, podemos añadir la medicina integrativa, una propuesta que hace que la reproducción asistida tenga más éxito y que ayuda al paciente a tomar parte activa del proceso terapéutico.
“En general, las pacientes que acostumbran a suplementar los tratamientos convencionales con técnicas naturales son mujeres de cuarenta años con baja reserva ovárica que ya han hecho varios ciclos de reproducción asistida y están agotadas, abatidas y que, además de los problemas de salud ginecológica (del sistema reproductivo, miomas, ovarios poliquísticos, endometriosis…), también tienen problemas de salud sistémica (asma, hipotiroidismo, problemas digestivos…).” Este es el perfil más común, nos comenta Esther Ibarrola, profesional del centro naturISTHAR. Después hay muchas variantes. Tanto ella como Olivier Ernst, del mismo centro, con el título de Experto en Medicina Reproductiva Aplicada a la Medicina China por la prestigiosa Asociación Alemana de Medicina Reproductiva (DGRM – Deutsche Gesellschaft für Reproduktionsmedizin), ofrecen un enfoque de salud natural y holístico que engloba y evalúa los aspectos físicos, emocionales y energéticos que afectan al funcionamiento normal del organismo y especialmente a las funciones reproductivas de hombres y mujeres.
La maca: un complemento alimenticio aliado de la función sexual
Seguramente habéis oído a hablar de la maja como complemento para la fertilidad. Esta planta que crece en la altiplanicie del Perú la utilizaban los incas y sus antepasados a la época precolombina. Era un apoyo a la fertilidad, a la función sexual y un regulador de los ciclos menstruales, así como también energitzant y reductor del estrés.
Estas propiedades beneficiosas a la hora de potenciar la fertilidad y función sexual se deben a su riqueza nutricional. Contiene fuerza aminoácidos (hay que destacar el arginina), hierro, yodo y magnesio. La maja es un complemento de fitoterapia muy rico nutricionalmente y con efectos positivos sobre la salud. Si bien hay pocos estudios científicos que concluyen que tiene efectos terapéuticos como agente sexual favorable, el hecho de que los peruanos lo hayan hecho servir durante miles de años establece una evidencia de seguridad fuerza amplia. En una revisión sistémica se observó un efecto significativo de la maja sobre la disfunción sexual o el deseo sexual en mujeres menopàusiques sanas o hombres adultos sanos, respectivamente. También se observaron efectos significativos en los pacientes con disfunción eréctil y que tomaron maja.
Hoy día la podemos encontrar en forma de complemento alimenticio, como la de la marca Solaray, o en forma de superalimento, como la de la casa Iswari. Como siempre, recomendamos el asesoramiento nutricional de un profesional de la salud para asegurar una propuesta individualizada y ceñida a cada caso.
Así pues, la pregunta es clara: ¿Por qué es bueno acompañar la reproducción asistida con otras técnicas integrativas?
“Lo que pretende la medicina integrativa es que, además de superar la infertilidad, la persona esté en óptimas condiciones físicas y psíquicas”, nos comenta Esther, “y también quiere ayudar a optimizar los ciclos de reproducción asistida y a minimizar los riesgos secundarios derivados de la terapia de hormonas”. En Alemania hay muchas clínicas que trabajan la reproducción asistida con medicina integrativa. Es el caso de uno de los hospitales más prestigiosos, el Hospital Universitario de Bonn, que tiene una cátedra de endocrinología y ginecología reproductiva. Estos centros tienen un equipo de acupuntores y de fitoterapeutas especializados en medicina china que tratan a todos los pacientes que tienen que recurrir a la reproducción asistida. Además, han creado un grupo de especialistas europeos en medicina integrativa reproductiva, del cual Olivier Ernst forma parte. Cada vez se da más importancia al hecho de que el paciente entienda su enfermedad para que pueda tomar parte activa en el proceso terapéutico, y que se responsabilice de su salud. Esto incide positivamente en la salud física y psíquica y ayuda a reducir drásticamente las tasas de abandono por estrés y otros factores de riesgo, como por ejemplo desarrollar un cuadro depresivo. Muchos estudios muestran que estos tratamientos mejoran significativamente las tasas de implantación tanto en ciclos frescos como en ciclos de crioconservación (embriones congelados) en mujeres de 35 a 39 años. Es el caso del estudio Paulus del 2002, que demostró que las pacientes que recibían acupuntura antes y después de la transferencia mejoraban las tasas de implantación en un 50%.
Esther lo deja claro: “Los beneficios de ofrecer medicina integrativa en un centro de reproducción asistida son muchos. Por un lado, se reduce la tasa de abandono por estrés; se aguantan mucho más y mejor los ciclos acumulativos y hay más posibilidades de conseguir un embarazo”. “Podría contar muchos casos que han mejorado combinando la reproducción asistida con nuestros tratamientos, pero recuerdo particularmente el de una chica que tenía endometriosis de grado 4, el más grave. El diagnóstico médico decía que un ovario había dejado de funcionar debido a la enfermedad y a las intervenciones quirúrgicas, y que estaba a punto de perder el otro. Era profesora de educación física y llevaba un año de baja por el dolor, que era muy intenso; además, tenía cándidas de forma recurrente. Vino a nuestro centro desesperada porque la querían volver a operar, con riesgo de perder definitivamente los dos ovarios. Fue imprescindible recurrir a la dieta, suplementación, fitoterapia y acupuntura. Le realizaron un tratamiento muy intensivo y lo primero que notó era que tenía menos dolor. Finalmente, desestimaron la intervención. Hizo un ciclo de reproducción asistida con estimulación ovárica y funcionaron los dos ovarios! El resultado fue un embarazo gemelar con óvulos propios. También recuerdo el de una mujer de cuarenta años con baja reserva ovárica que los médicos derivaron a ovodonación; además, seguía un tratamiento antidepresivo. Al cabo de unos meses de tratarla con medicina integrativa, empezó sentirse más animada y los tests hormonales que sirven para valorar la función ovárica demostraron que ésta se estaba restableciendo. Así pues, pudo hacer otro ciclo de reproducción asistida y tuvo una hija con óvulos propios. Lo que conseguimos en estos dos casos fue restablecer y regenerar las funciones ováricas, que estaban suprimidas del todo o casi del todo.”
Los objetivos de las terapias naturales para la infertilidad
Uno de los principales objetivos de las terapias naturales en los tratamientos por infertilidad es estimular la capacidad de autorregulación y regeneración del organismo. Por un lado, se trata de cuidar los hábitos de vida con una buena nutrición con suplementos nutricionales y fitoterapia; y, por el otro, ayudar a recuperar el equilibrio energético con técnicas como la acupuntura.
La dieta, la suplementación nutricional y la fitoterapia, una herramienta imprescindible
Cuando pregunto a Esther qué peso tiene la dieta en los centros de reproducción asistida, me contesta que ninguno. La nutrición tiene un lugar muy marginal en este tipo de tratamientos. Incluso me comenta que, este año, participaron como ponentes en un congreso médico en Italia sobre endometriosis, que merma mucho la fertilidad, y vieron que la dieta era de los últimos puntos que se tocaban. “Evidentemente, si una mujer tiene diabetes gestacional, rápidamente le proponen una dieta, pero en cambio esto no se tiene en cuenta para nada cuando hay problemas de fertilidad”, comenta Esther. “De todas formas, poco a poco, la nutrición concebida en la vertiente occidental desde el punto de vista bioquímico toma cada vez más fuerza”. La verdad es que muchos centros de reproducción asistida ya dan, de forma rutinaria, suplementos nutricionales generales como por ejemplo antioxidantes, ácido fólico L-carnitina y omega-3. En cambio, la nutrición especializada en dietética orientada a la reproducción es casi inexistente en clínicas, congresos y foros europeos. De todos modos, Esther y Olivier siempre han elaborado dietas personalizadas para los pacientes, y han trabajado intensamente desde este enfoque, que denominan dietética energética. La fitoterapia la realizan con plantas adaptógenas y tónicas que ayudan a eliminar toxinas y a potenciar la energía, puesto que aportan fitonutrientes de gran interés –como los fitoestrógenos de la soja, los bioflavonoides cítricos, los salvestroles de los frutos rojo y muchos más, que nos ayudan a regular procesos que cursan, por ejemplo, con sofocos, sangrados menstruales irregulares, dolores con la regla, baja movilidad de los espermatozoides… En general, la mayor limitación a la hora de aplicar una dieta y una suplementación nutricional es que los suplementos no son medicamentos, ni tampoco sustituyen una dieta equilibrada. Otra realidad es que muchos pacientes piensan que, con una dieta equilibrada, basta, pero no es verdad. “Si una paciente tiene un déficit severo de vitamina D, no será suficiente comer más huevo fresco y tomar el sol; necesitará un complemento rico en esta vitamina. La suplementación es necesaria para corregir déficits de ciertos nutrientes. Una vez superadas estas resistencias, podemos educar y aportar a la dieta alimentos y nutrientes que lo enriquezcan y lo ordenen, y también eliminar o reducir los alimentos o hábitos poco beneficiosos o perjudiciales (café, alcohol, comer rápido…).” Esther y Olivier siempre piden a los pacientes que vengan con un diagnóstico médico, informes y analíticas. Si no tienen, los derivan para que se hagan las pruebas que sean necesarias, puesto que trabajan de forma integrativa. Cuando tienen todos los datos, valoran el estado de la salud con las herramientas de la medicina china: toman el pulso, realizan una lectura de la lengua, palpan el abdomen. Después prescriben la suplementación, la fitoterapia –con plantas occidentales y chinas– y la dieta individualizada. No trabajan según un protocolo ni dan ningún tratamiento concreto: cada caso es diferente y puede variar muchísimo. Por ejemplo, se sabe que el hierro y el zinc son muy importantes, pero siempre intentan ver qué nutrientes necesita particularmente cada organismo. “Nos encontramos con bastantes personas con muchos problemas digestivos, además de los ginecológicos; en estos casos acostumbramos a plantear una dieta hipoalergénica con un consumo restringido de alimentos que contienen gluten, lácteos, dulces y, en algunos casos, frutos secos, pero no sistemáticamente, siempre según cada caso… Eliminar por eliminar no. Al contrario. Creemos que la mejor dieta es la variada, y no somos tan beligerantes con las grasas saturadas, que tan mala fama han cosechado en los últimos años. Por ejemplo, recomendamos comer hígado de buena calidad. Es una lástima que, por culpa de los escándalos alimentarios, ya no se coma hígado, porque es un alimento muy rico en hierro. Antiguamente, las mujeres de las tribus, cuando gestaban, comían hígado, porque era un alimento muy nutritivo. También apostamos por el huevo fresco de buena calidad, que es muy rico en vitamina D. Creemos en las dietas variadas; y hacemos restricciones alimentarias de forma puntual. Los alimentos ricos en grasas saturadas, en pequeñas cantidades, aportan beneficios. También recomendamos comer frutos secos y semillas oleaginosas por sus grasas insaturadas.” “También hay muchos pacientes que siguen dietas veganas o vegetarianas muy descompensadas y que, por ejemplo, necesitan más proteínas, ácidos grasos omega-3, hierro y vitamina B12.”
Priorizar siempre los alimentos frescos
“Como norma general, no queremos angustiar a los pacientes con la dieta porque sabemos que se encuentran en un momento muy delicado de su vida y que ya tienen suficientes gastos económicos y preocupaciones. De todas formas, siempre priorizamos que consuman alimentos frescos de máxima calidad y acabados de cocinar. Eso sí, les decimos que eviten los congelados, porque, a pesar de que conservan la misma estructura bioquímica, no tienen las mismas características energéticas que un alimento fresco.”