Según ¿Qué se puede esperar cuando se está esperando? de Heidi Murkoff (Ed. Medici): El bebé oscila en torno a los 45 cm de largo y los 2,2 kg de peso. Si es un niño, durante estos días los testículos descienden desde el abdomen hasta el saco escrotal -aunque en un 4% de los casos lo hacen después de nacer, y no debe preocuparnos. Además, las uñas se ubican al final de los dedos.
Alimentación de la madre
Falta un mes y medio para que nazca el bebé y es momento de ir preparándose para el gran momento del parto, también desde la vertiente de la alimentación. Durante esta última etapa de gestación, según cuenta la especialista en nutrición natural y energética Montse Bradford en La alimentación de nuestros hijos (Ed. Oceano Ambar) hay que seguir una dieta basada en cereales, pasta y pan integrales; pescado, legumbres, proteína vegetal, verduras ecológicas y de proximidad, frutos secos, algas, aceites prensados en frío, edulcorantes naturales, leches de cereales o frutos secos, infusiones, tés sin estimulantes y cafés de cereales. Según Bradford, se pueden utilizar sin problema los condimentos salados más habituales en la cocina, como la sal marina, el umeboshi o la salsa de soja pero “reduciéndolos ligeramente”. También recomienda “incrementar la fruta de estación ligeramente cocida y los postres de buena calidad”.
¿Qué puede sentir la madre?
- El síndrome del nido: No todo el mundo lo experimenta, pero es habitual que semanas antes del parto la madre sienta una necesidad imperiosa de ordenar, limpiar, pintar la habitación del bebé, tirar objetos inservibles o reubicar los muebles del comedor. Según Murkoff “aunque este instinto no es un indicador fiable de que el momento del parto se aproxima, es cierto que se intensifica cuando se acerca, seguramente como respuesta a la adrenalina que circula por el organismo”. Aunque nos parezca que tenemos energía para una mudanza u otras proezas, tanto Murkoff como Bradford recomiendan no hacer excesos, cuidarse y reservar esta vitalidad para los meses que están por llegar.
- Retención de líquidos: Es habitual hacia el final del embarazo y se puede manifestar con piernas o pies hinchados. Si es así, según apunta Bradford, hay que incluir más variedad de verduras durante unos días, especialmente las diuréticas y depurativas: rábanos, nabos, verduras de hoja verde frondosa, champiñones o setas shiitake.
- Estreñimiento/hemorroides: Según Bradford son un indicador de falta de fibra en la alimentación de la madre gestante. Para aliviar esto propone incrementar la ingesta de alimentos integrales como los cereales, las verduras, las legumbres o las verduras con aceite de oliva. También apuesta por cenar temprano y disminuir lácteos, alimentos refinados, azúcares o harinas.
- Cansancio: A pesar de que hay mujeres que pueden experimentar un pico de energía, es probable que otras se sientan más cansadas que nunca. Si es así, el descanso es el mejor remedio, sobre todo al mediodía, después de comer.
- Ardor de estómago: Los cambios hormonales, como explica Bradford, unidos al aumento del tamaño del útero provocan que las digestiones sean más lentas y pesadas. En su caso, la especialista en alimentación energética propone masticar bien los alimentos, cenar temprano y tomar té de tres años o alguna infusión específica del herbolario.
El apunte de Yolanda García, psicóloga y naturópata
¿Qué es el síndrome del nido? Es una conducta que se da en la mayoría de mujeres embarazadas durante el último trimestre y sobre todo cuando se acerca la fecha de parto. Es una analogía con los animales que preparan el nido. A las madres les invade una especie de obsesión para que todo esté fantástico antes de la llegada del bebé. Algunas preparan la ropa, la lavan, la colocan, y otras, más activas, optan por hacer una limpieza general. Este reflejo es una conducta instintiva que coincide con un incremento de la energía, pero este regalo del cuerpo hay que reservarlo para el parto. Estas últimas semanas de embarazo son para disfrutar, para preparar el nido con mucha calma. En el ámbito nutricional debemos seguir comiendo bien como durante todo el embarazo. Es conveniente ir rebajando la cantidad de sal y las texturas crujientes. Buscamos el cuerpo nutrido y a la vez relajado, por lo tanto vamos a ir a buscar el dulce de las verduras y de las cremas de cereales. Así nos vamos preparando para la lactancia, que también se beneficia de este tipo de sabores y texturas, cremas, semillas, aceites de primera presión en frío… y un extra de vitamina K, la vitamina antihemorrágica, muy presente en la alfalfa y en general en las verduras con clorofila y que es tan beneficiosa para la madre y el bebé.
Disfrutad de estas semanas de embarazo, conecte con el bebé, prepare la casa y la habitación, pero con sentido común. Hay que reservar energía para el parto y la lactancia. Es conveniente que la madre descanse y se alimente correctamente, rebajando la sal y incrementando las verduras, las frutas y las cremas de cereales que nutren y ayudan a relajarse gracias a la aportación extra.
Atención: La información ofrecida en esta sección es genérica -tanto en cuanto a la evolución del feto, como la alimentación de la madre y en la complementación nutricional. Para tener un asesoramiento directo, se recomienda consultar el ginecólogo o un nutricionista especializado.