Los trabajadores del 22@ conocen perfectamente el Sopa. Frente al Barcelona Activa, el Sopa ocupa un chaflán de Roc Boronat que se ha convertido en el lugar dorado del Poblenou más empresarial y universitario. En aquellas calles antiguamente con escombros y grúas, ya hace cuatro años que el Sopa se ha ido haciendo un hueco y hoy sirve diariamente decenas de desayunos y comidas vegetarianas para comensales también omnívoros que quieren reducir la proteína animal y comer sano fuera de casa. En el Sopa encuentran todas las respuestas.
El modelo del Sopa, para mí acertado y genuino, es ofrecer un menú de sopa o ensalada, un bol de cereal y un plato caliente. La propuesta se replica cada día en todos los Sopa del mundo. Sí, sí, del mundo. El Sopa nació en Madrid, luego se hicieron dos en Bali –ya que uno de los socios vive a caballo entre España e Indonesia– y recientemente han abierto en Bangkok y en la calle Provença de Barcelona, donde tienen un local inmenso, decorado con la mejor influencia de Europa del norte, práctico, resolutivo, bueno y sano.
¿Qué comida ofrece el Sopa?
Las sopas de Sopa son frías o calientes y cada día en cocinan unas cuatro. En invierno optan por cremas de calabaza con leche de coco o boniato con coco y cilantro. En primavera y verano siempre hay una sopa depurativa con zanahoria, apio, algas y perejil. La sopa miso repite a menudo y la sopa dahl con lentejas rojas y curry también, porque gusta mucho. Me lo cuenta Eli Flos, portavoz de los Sopa, que ve cada día decenas de clientes jóvenes, universitarios de la Pompeu Fabra que son clientes recurrentes. “Veo que el mundo puede ir hacia aquí de verdad. Veo que es una opción de futuro, real, porque vienen los alumnos buscando platos vegetarianos y veganos, sin porquerías; veo como disfrutan de un bol de arroz integral o de una sopa o ensalada llena de nutrientes y me hace feliz; el veganismo me inspira optimismo ahora mismo.
El restaurante no es 100% ecológico ni 100% vegano, pero hay muchos productos eco y siempre hay propuestas veganas en la carta. Las ensaladas siempre son trabajadas y elaboradas con ingredientes clave. Existe la japonesa con algas, germinados y aguacate, o la de calabaza, que incorpora remolacha cruda y avellanas. Un restaurante 100% Soycomocomo, vaya.
Como los socios viven entre Indonesia y España, en todos los Sopa hay influencias asiáticas. Por ello, podemos encontrar wel gado gado, un plato indonesio de arroz basmati y verduras hechas al dente, tofu y salsa de cacahuete, o un pad thai, que ahora está tan de moda. Pero, además, el Sopa tiene la voluntad de ofrecer también algunos platos de nuestra gastronomía tradicional, como el trinxat de la Cerdanya, cuando es invierno, o el tombet mallorquín.
Los platos de moda
Los postres son, todos, uno de los éxitos del Sopa. Los clásicos como la tarta de queso o de limón salen de dos en dos; el pastel vegano de calabaza, cacao y cacahuete –doy fe de ello– es de diez; y el postre estrella actualmente es el pudín de chía (la base se elabora con frutos rojos o manzana o con té matcha). Y otro éxito reciente es el Curcuma Latte. Entre los salados, las hamburguesas vegetales siempre enamoran, y ahora triunfa la tortilla vegana elaborada con harina de garbanzo.