happy-e1454534952622Este artículo es un poco diferente del resto. Creo que es importante ser conscientes de lo que tenemos entre manos. ¡Os invito a hacer un ejercicio de reflexión!

Os planteo un ejercicio de observación de lo que coméis, cuándo lo hacéis, con quién, dónde… No es lo mismo comer solo, acompañado, mirando la televisión, leyendo, con amigos, de pie o sentado, comer en 10 minutos o en media hora, etc.

El estrés y los nervios son uno de los peores enemigos de la salud humana

Nuestra vida es un estrés y esto se ve reflejado en nuestros hábitos alimentarios. Acabamos comiendo alimentos que sacian este nerviosismo, pero que en realidad no tienen ningún valor nutricional, al contrario. Un ejemplo claro lo encontramos en las ganas terribles de comer azúcares refinados (muchas veces combinados con grasas saturadas), que nos aportan energía de corta duración y que una vez terminado su efecto la sensación de fatiga y cansancio se multiplica. Además, no respetamos las horas de descanso y de sueño.

Si vamos sumando todos y cada uno de los factores, y prolongamos en el tiempo esta situación, el resultado que obtendremos será debilitar el sistema inmunitario, lo que hará que estemos expuestos a contraer el virus, resfriados, a poner de manifiesto síntomas como la caída del cabello, la aparición de eczemas, dificultades para respirar debido a la ansiedad…

Llegado este momento, hay que parar y pensar. Se trata de hacer un gran ejercicio mental y valorar lo que tenemos entre manos. Dedicar un tiempo a nosotros mismos y hacer lo que más nos llena no es perder el tiempo; al contrario, es una inversión en salud y felicidad, y solo lo valoramos cuando ya no lo tenemos.

Os invito a reflexionar y valorar que la salud es la riqueza más importante de que dispone cada persona y que, por tanto, debemos cuidarla tanto como podamos. La base de una salud óptima, tanto física como emocionalmente, ¡es una inversión segura de medicina preventiva! Actualmente, ¿cuántos de nosotros estamos rodeados de familiares, de amigos, de conocidos que sufren enfermedades, las cuales, muchas de ellas, se ponen de manifiesto no solo por un posible factor genético, sino también debido a la mala alimentación y al estilo de vida que llevamos? ¿Por qué no le ponemos solución antes de que sea demasiado tarde?

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¿Cómo podemos ayudar al organismo a equilibrar el bienestar físico con el mental?

Hay muchas acciones que podemos llevar a cabo para conseguir nuestro objetivo. Nos centraremos primeramente en la alimentación, ya que si elegimos los alimentos más adecuados según el clima, la estación, la naturaleza de la persona y nuestras necesidades vitales, el resultado que conseguiremos será muy provechoso. Por ejemplo, a una persona débil con signos de frío y humedad se le recomiendan alimentos que refuercen la naturaleza caliente. Esta idea está muy relacionada con la dietoterapia energética, que tiene como objetivo equilibrar el ser humano, que se considera como un todo en continuo cambio y movimiento.

Tendemos al desorden e intentar seguir una dieta con el fin de conseguir salud y felicidad significa acabar obteniendo UN ORDEN. La proporción y la calidad de un nutriente puede decantar la balanza hacia un lado o hacia otro. Si no nos desviamos, la felicidad física y mental llegará a su destino.

Lo que somos determina lo que nos conviene comer y se considera que lo que comemos afecta la expresión de lo que somos. Invito a reflexionar con esta afirmación de la dietista Pilar Senpau: “lo que sentimos tiene efecto sobre lo que comemos y lo que comemos tiene efecto sobre lo que sentimos”.

Tomar suplementos para reforzar nuestra alimentación siempre nos puede ir bien, no solo para solucionar carencias energéticas o de nutrientes, sino también para que nuestro organismo saque más provecho de todo lo que comemos.

  • Alimentación:

En cuanto a los alimentos, citaremos de manera esquemática todos aquellos que sería recomendable comer en cada una de las estaciones del año para reforzar el organismo ante posibles patógenos externos.

Invierno

Estación del año para nutrir el organismo y evitar comer alimentos que aporten sensación de frío. Se trata de tonificar los órganos vitales y fortalecerlos.

En cuanto la dieta, debemos comer alimentos de naturaleza caliente como granos (trigo sarraceno, ajo, jengibre, canela, quinua…), y todo tipo de alimentos de colores más oscuros, como sésamo negro, azukis, algas, etc.

En cuanto a proteínas animales: carne ecológica y pescado.

Caldos calientes. Y durante las épocas navideñas, cuanto más depurativos y drenantes mejor, para eliminar las toxinas de las comidas copiosas.

Todos los granos y los hidratos de carbono que se consuman deberían ser integrales, ya que nos permitirán conservar mejor el calor interno del organismo, además de aportarnos energía a largo plazo.

El jengibre lo seguimos recomendando, ya que aumenta la temperatura corporal interna.

La primavera

La primavera es una de las estaciones más adecuada para limpiar el organismo y, en general, drenar o depurar el hígado y la vesícula biliar.

En cuanto la dieta, intentaremos comer hojas verdes variadas y alimentos ricos en clorofila como las algas (espirulina, wakame, klamath…), ya que nos aportan oxígeno y ayudan a captar las toxinas y metales pesados ​​del organismo. Incluiremos, además, sabores ácidos, como el del limón (vaso de zumo de limón con agua en ayunas) o el del vinagre de manzana, porque también ayudan a captar toxinas.

Consumiremos aceite de oliva de primera presión en frío, ya que contiene las vitaminas más concentradas.

Introduciremos alimentos de naturaleza fresca, como los germinados y los fermentados, ya que nos estimulan el sistema inmunitario y, por tanto, las defensas (chucrut, kéfir…).

Tomaremos jalea real fresca para evitar la astenia primaveral y poder soportar mejor los estados de cansancio físico.

Las cocciones se recomiendan al vapor, para mantener las propiedades de los alimentos, tanto los vegetales como los animales como el pescado.

El verano

Época del año también adecuada para depurar el organismo, sobre todo el sistema circulatorio.

En cuanto a la dieta, intentaremos hacer comidas ligeras y de fácil digestión. Comeremos más veces al día y poca cantidad. Los alimentos que comamos deben ser hidratantes, es decir, que tengan un elevado contenido en agua, sobre todo verduras y frutas frescas. No solo nos refrescarán, sino que además evitaremos las retenciones de líquidos.

Incluiremos sabores amargos suaves como la escarola, las endibias, etc. y también betacarotenos, presentes en los tomates o las zanahorias. Estos alimentos con pigmentación anaranjada y rojiza actúan como antioxidantes que ayudan a prevenir el ataque de radicales libres, como los causados ​​por la exposición solar. Además, nos ayudan a preparar la piel y evitar quemaduras, y al mismo tiempo nos permiten conseguir un tono de color mucho más natural y uniforme.

Otoño

Es la mejor estación del año para aumentar las defensas del organismo, desintoxicar el intestino grueso, reconstituir la flora bacteriana y estabilizar el sistema digestivo. Asimismo, purificamos los pulmones y los preparamos para evitar posibles infecciones durante el invierno.

En cuanto la dieta, podemos introducir alimentos que refuercen el sistema inmunitario como las setas de temporada, alimentos ricos en vitaminas A y C y oligoelementos como el cobre y el zinc. También podemos añadir polen en algunas de nuestras comidas para reforzar las defensas.

Es un buen momento para reincorporar alimentos neutros como los cereales, las legumbres y las verduras cocidas. A su vez es interesante comenzar a introducir alimentos ricos en hidratos de carbono.

Incluiremos sabores dulces suaves de verduras como las cebollas, las zanahorias o la calabaza, y de cereales como el mijo.

Seguiremos comiendo alimentos cocidos al vapor o hervidos.

Es importante hidratarse con caldos vegetales calientes. Podemos empezar a incorporar en el día a día jengibre fresco rallado u otros alimentos con sabor ligeramente picante que nos aumenten la temperatura interna corporal.

Las peras, los caquis, las manzanas, los plátanos y los higos serían algunas de las frutas recomendadas para consumir durante el otoño.

Todas las frutas y verduras que se coman en cada una de las estaciones deben ser las de temporada.

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  • Suplementación:

Si queremos complementar la alimentación mediante una suplementación hay cuatro pilares básicos:

Multivitamínicos

Antioxidantes

Probióticos

Omegas

Lo más adecuado sería combinarlos todos al mismo tiempo, durante periodos largos de unos cuatro o cinco meses y después intercalar periodos de descanso. Si esto no es posible, otra opción muy válida es dejar el multivitamínico de base y hacer una rotación del resto de suplementos.

Aconsejo concertar cita con un especialista en terapias naturales para adaptar los tratamientos a las necesidades de cada uno, ya que el mejor tratamiento, y el más efectivo, ¡es el personalizado!

Espero que lo que habéis leído os haya podido ayudar un poco a entender que el concepto de salud incluye mucho más que un bienestar físico. Nuestro cuerpo es un TODO muy sabio que debemos intentar mantener en ORDEN para lograr un bienestar FÍSICO, MENTAL y SOCIAL.

Para cualquier duda y asesoramiento, ¡estamos en contacto!

Mireia-SegarraMireia Segarra

Farmacéutica especialista en Nutrición Ortomolecular