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Porque dejan de lado las grasas y apuestan por productos 0%, light, cero…
Las grasas son calóricas, es cierto, pero sobre todo son necesarias. Las grasas aportan unos cuantos beneficios a la hora de plantear una alimentación para perder peso. A modo de ejemplo: sacian por mucho más rato que otros macronutrientes como los hidratos de carbono; regulan las hormonas, protagonistas absolutas del proceso de pérdida de peso; activan el metabolismo, que también es un aspecto clave si se quiere adelgazar.
Uno de los grandes errores es apartar las grasas y acusarlas injustamente de favorecer el aumento de peso
Uno de los grandes errores del pasado ha sido apartarlas y acusarlas injustamente de favorecer el aumento de peso. Luego se supo que, detrás de este error, había el interés de esconder al verdadero culpable: el azúcar. Las grasas pueden engordar, pero, si se eligen bien, ayudan a adelgazar. Es mucho mejor escoger un alimento rico en grasa saludable que uno desnatado o 0%.
Por su parte, los productos light y cero contienen sustancias edulcorantes acalóricas que son perjudiciales en términos de composición corporal. El motivo principal es que alteran la microbiota intestinal y generan una disbiosis en favor de un tipo de bacterias que propician una resistencia a la insulina progresiva.
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Porque se basan en cálculos imposibles de sostener en el tiempo
Contar calorías y pesar alimentos son recomendaciones de un tipo de dietética clásica o convencional que no solo deja de lado aspectos más importantes, cualitativos, sino que no tiene en cuenta la realidad, que es que no se puede vivir pesando y calculando comida.
¿Creéis que cien calorías de aceitunas se comportan igual que la misma cantidad de calorías de cruasán? Os aseguro que no, que quien mira calorías sin tener en cuenta el alimento cae en un reduccionismo dietético poco interesante. Y, por otro lado, ¿cuánto tiempo se puede aguantar pesando alimentos y contando calorías cada vez que se quiere o se necesita comer? Es inviable.
El balance calórico es un aspecto importante en la alimentación, pero no se puede basar la pérdida de peso en esto solamente Hay otros factores, igual o más importantes y, sobre todo, más asequibles para que la pérdida de peso pueda sostenerse en el tiempo. A diferencia de lo que proponen las dietas milagro, perder peso de forma duradera es un proceso que lleva tiempo.
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Porque están planteadas desde el esfuerzo
“Estoy a dieta” es como una especie de castigo temporal en el que suprimimos todo lo que nos gusta y por el que casi es mejor eyectarse del planeta porque el mundo no está hecho para nosotros. La dieta, además, supone pasar hambre y, con ello, encontrarse debilitado, o incluso enfermar más fácilmente.
Aquí hay dos errores en uno. Por un lado, igual que antes, es imposible sostener un esfuerzo así para siempre: dejar de lado el placer de comer, en nuestra sociedad, requiere de una fuerza de voluntad de acero. Y, honestamente, no hace falta: se puede perder peso disfrutando, dejando de lado productos concretos y cumpliendo con algunas pautas que no nos obligan en absoluto a apartarnos de la vida en sociedad.
Por otro lado, cuando restringimos las calorías por un período largo de tiempo, por ejemplo, un par de meses, el organismo interpreta que hay escasez de comida y entra en “modo ahorro”. Esto tiene que ver con la memoria que tiene el cuerpo de épocas prehistóricas, en las que no siempre teníamos para comer. El modo ahorro significa que gastaremos menos energía y acumularemos más. ¿No os ha pasado que, comiendo muy poco, no perdéis ni un gramo? Por no hablar del efecto rebote, demonio de cuatro colas que nos acecha al final de una dieta basada en restricciones.
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Porque se basan en “plancha y verdura”
¡Qué aburrido puede ser perder peso! Seguramente conseguiréis el objetivo basando las comidas en carne a la plancha y un poco de verdura al vapor. Pero, otra vez, solo si sois disciplinados como un soldado. Y, si tenéis familia, siempre tendréis que prepararos un plato distinto al del resto.
La adherencia es un aspecto subestimado, pero sumamente clave para sostener un cambio en la alimentación. Si no nos entusiasma lo que comemos, difícilmente podamos aguantar mucho tiempo. Estaremos en modo dieta y pasándolo fatal.
Existen montones de platos súper apetitosos, con ingredientes deliciosos y combinaciones múltiples, que pueden hacer del proceso de pérdida de peso un verdadero festín. Incluso es probable que cojáis cariño a la cocina.
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Porque no nos aseguramos un entorno favorable
Este es otro de los aspectos que olvidamos atender cuando comenzamos a cuidarnos. Si hay demasiado acceso a productos empaquetados en casa, la tentación no cesará en todo el día, y tarde o temprano boicoteará el proceso de adelgazar.
Sentirnos más vitales, dormir mejor, tener la piel más luminosa o ir mejor al baño nos indica que vamos por el buen camino
Un primer paso antes de comenzar con una pauta de pérdida de peso es “limpiar” despensa y nevera sacando todo lo que se podría terminar “atacando” en un momento de debilidad.
Dentro del entorno, además de la comida, están las personas. No dudéis en contarles a amigos y familiares que estáis iniciando este cambio de alimentación y cuál es vuestro objetivo, ya que necesitaréis su apoyo para poder conseguirlo. Quienes os quieran bien, evitarán tentaros con comidas insanas.
Estos son, para mí, solo algunos de los errores más comunes que nos impiden llegar a buen puerto cuando queremos perder peso. Es un tema complejo, en el que, además de frustrarnos, podemos perder salud, si no lo abordamos de manera seria. Años de consejos dietéticos erróneos y con intereses económicos por detrás han hecho de las suyas y nos han hecho perder el norte.
Quitarse kilos de encima sin encontrarse mejor no es una opción. Y, de hecho, es la primera señal de fracaso. No voy a negar que, al principio, cuando se comienzan a realizar cambios en la alimentación se pueden sentir algunas incomodidades, que deberían superarse rápidamente. Pero lo que seguro da la pauta de que se va por el buen camino y de que no habrá efectos rebote es que, además de perder peso, la persona se encuentra más vital, duerme mejor, tiene la piel más luminosa, va mejor al baño.
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