Es la gran paradoja del confinamiento: en el pelo de los más peques hay piojos pesar del confinamiento, a pesar de que no van a la escuela, ni a las colonias, ni el parque, ni a la piscina. ¿Cómo puede ser que tengan, si no mantienen contacto con otras cabezas, que es la forma en la que los insectos de seis patas, los Pediculus humanus capitis, se contagian?

Piojos

La razón es que el contagio fuese antes del confinamiento, es decir del 12 de marzo. De hecho, un solo piojo ya era suficiente para que, después, en casa, la infestación haya crecido. Y es así porque un piojo hembra se reproduce sin necesidad del macho. Además, pone entre cinco y seis huevos al día. Estos huevos, llamados liendres se agarran el cabello como si fueran cemento armado, y nacen al cabo de diez días.

Una vez han nacido, se vuelven a reproducir, y el ciclo se repite porque al fin tienen todo lo que necesitan: la temperatura ideal (entre 35 y 36 °C) y el alimento (la sangre; en el agujero por donde extraen también inyectan una sustancia irritante, que es la que provoca el picor). Tanto es así que es posible que sacando piojos, hayáis visto que eran de color rojo. Sí, eran piojos rojos porque contenían la sangre que habían chupado. También pueden ser negros (algunos los comparan con una semilla de sésamo negro) y blancos (cuando son liendres, y se pueden confundir con la caspa).

El farmacéutico Ernest Costa, de la farmacia Costa Miralbell de Barcelona, ​​explica que existen dos tipos de productos para sacar piojos: los naturales y los insecticidas químicos. “Y dentro de cada uno, hay una loción o champú”, dice Costa. Además, también hay preparados naturales que consisten en un spray con aceite de árbol del té y colonia que se aplica en el pelo “más como prevención diaria, que como método para extraer piojos”.

Los productos naturales son “mayoritariamente árbol del té”, dice el farmacéutico, que añade que el resto de productos son los químicos, entre los que también están los que no contienen insecticidas (son siliconas), y que ahogan piojo y liendres”, señala Ernest Costa.

Dicho con otras palabras, gran parte de los productos que se venden en la farmacia son insecticidas (llamados permetrinas), pero también los hay que no son “tan perjudiciales para el pelo, como las siliconas, y que solo precisan de una aplicación durante quince minutos, sin necesidad de repeticiones”, dice Costa.

Entre las familias, la práctica las ha llevado a mil y un métodos, además de los que se venden en las farmacias. Entre los más naturales, está untar el pelo de suavizante, mucho suavizante, y luego pasar sin parar la lendrera (si es blanca, mejor, porque se verán los piojos pegados).

Después de haber extraído los piojos vivos con la lendrera, que se habrán deslizado con facilidad gracias al suavizante, el paso siguiente es extraer uno a uno los huevos, las liendres, que continuarán pegados al pelo a pesar del suavizante y la lendrera.

¿Cómo se quitan las liendres? Con toneladas de paciencia, porque la manera más efectiva es poner el pelo a la luz del día, y con las manos, arrancarlas una a una. Es un procedimiento lento, sí, pero natural, y que no difiere nada de cómo lo hacían antiguamente las familias.

Por último, sobre la alimentación y los piojos, los nutricionistas consultados afirman que no saben si hay ningún alimento que haga que unos niños cojan más piojos que otros.

Y si el niño tiene fiebre, ¿el piojo muere?

Si el piojo vive en la cabeza porque tiene la temperatura ideal (35-36 °C), ¿qué le ocurre cuando aparece la fiebre? ¿Se muere?

La respuesta es que sí, porque las formas móviles de los piojos se desplazan a las puntas del pelo huyendo del incremento térmico. Como entonces no se pueden alimentar, es decir, no pueden succionar sangre –se deshidratan, mueren y caen al suelo. Ahora bien –y atención, porque es un “ahora bien” cargado de contenido–, las formas no móviles de los piojos, las liendres, continuarán pegadas al pelo a pesar de la fiebre. Por lo tanto, al cabo de diez días, nacerán los piojos, y el ciclo volverá a empezar.

Para más información

Prevención, según Salud Pública

  • Llevar el pelo corto o bien atado y prieto con trenzas o colas.
  • No compartir peines, gorras, gomas ni cintas del pelo.
  • Evitar el contacto entre las cabezas.
  • Peinar tres veces al día y revisar los peines y cepillos.
  • Utilizar suavizante para el pelo y peinar bien sin enredos.
  • Evitar apoyar la cabeza en sofás o cojines, por ejemplo, que hayan estado con contacto con una persona infestada.
  • Si vemos que el niño que se rasca o dice que tiene picor en la cabeza, mirar enseguida si tiene piojos. Con tiempo.
  • No sirven los champús ni lociones con productos pediculicidas como prevención.

Mitos sobre los piojos

  • Falso: Los piojos vuelan, y los lanzan en las puertas de las escuelas. Verdad: Los piojos se pegan por contacto con cabellos infestados.
  • Falso: Es más fácil que los piojos se peguen en el pelo de las niñas. Verdad: Los cabellos de niños y niñas no son diferentes; lo que importa es la longitud. Cuanto más cortos, ¡mejor!
  • Falso: En las piscinas es donde se transmiten más piojos. Verdad: Los piojos solo viven en los cabellos humanos, donde viven gracias a la sangre de la cabeza, que debe estar a 36,5 °C. Si la temperatura del cuerpo es superior, el piojo se muere por sí solo, pero la liendre, a pesar de las altas temperaturas corporales (fiebre) sigue viva.
  • Falso: Si te tiñes el pelo, los piojos mueren. Verdad: Antiguamente podía ser, pero ahora los tintes tienden a ser más naturales, y difícilmente acaban matando a los piojos, y aún menos a las liendres.
  • Falso: Cuando hay infestación de piojos, hay que lavar almohadas, sábanas, muñecos, gorras y cualquier objeto que haya estado en contacto con la cabeza. Verdad: Los piojos solo viven en los cabellos humanos. Así, si caen de su hábitat, mueren; no tienen capacidad ni de sobrevivir ni de infestar a nadie.

 

 

Trinitat Gilbert
Trinitat Gilbert

Periodista

  @trinigilbert