La exposición durante el embarazo y la infancia a algunos componentes químicos de los cosméticos y los plásticos –parabenos, ftalatos y PFA– perjudica la salud respiratoria infantil. ISGlobal ha codirigido este estudio hecho en embarazadas y niños y que acaba de publicar The Lancet Planetary Health. Es la primera vez que se mide el impacto perjudicial que tiene en la salud de las personas la suma de diferentes tóxicos exógenos al cuerpo. La totalidad de las exposiciones, que popularmente llamamos cóctel, científicamente se conoce con el nombre de exposoma.
IS Global suele desarrollar muchos estudios sobre los efectos de los contaminantes químicos en los más pequeños. Hasta ahora han hecho muchos estudios vinculados a los efectos del tráfico rodado, como el último, en el que relacionaban el humo de los coches con el exceso de peso y la obesidad infantil. Ahora, por primera vez, han estudiado qué efectos tiene en la salud respiratoria infantil el hecho de que una embarazada o un niño esté expuesto a más de un tóxico. En concreto, el estudio ha analizado a 1.033 madres y a sus hijos e hijas, de seis países europeos –España, Francia, Grecia, Inglaterra, Lituania y Noruega– y ha evaluado 85 exposiciones durante el embarazo y 125 en la infancia, relacionadas con el entorno exterior e interior, productos químicos o el estilo de vida. A los niños de seis a doce años, les hicieron una espirometría para medir la función respiratoria y los resultados mostraron que la exposición prenatal a sustancias perfluoroalquiladas (PFA) –de dos tipos: PFOA y PNFA– se asociaba con una función respiratoria menor en la infancia.
Los PFA se usan como protectores o repelentes de manchas y líquidos, y tienen muchos usos, incluidos los electrodomésticos (como las sartenes de teflón) y los productos de consumo. A partir de la dieta, entre otros, se introducen en el organismo y la madre los transmite al feto a través de la placenta. En cuanto a la exposición durante la infancia, el estudio ha asociado nueve exposiciones con una peor función respiratoria en niños.
El cóctel de tóxicos ya tiene un estudio riguroso que demuestra el efecto nocivo de la acumulación de contaminantes químicos
La asociación se pudo establecer más claramente en cinco metabolitos de ftalatos –DEHP y DINP, que se utilizan principalmente como plastificantes y pueden ser ingeridos, inhalados o absorbidos por la piel. También se encontró relación con un tipo de fenol, el etilparabeno, compuesto que se utiliza como conservante en cosméticos y que la UE no prohibió cuando en 2014 anunció la limitación de triclosán y otros químicos en los cosméticos, pero dejó muchos fuera, como este.
¿Dónde encontramos el etilparabeno o E-214?
En algunas marcas de:
- Pasta de dientes
- Colutorios bucales
- Jarabes para la tos
- Algunas marcas de ibuprofeno
- Refrescos
- Comida precocinada
- Bollería
- Conservas de pescado
- Kétchup y mayonesas
- Gazpacho
- Hummus
- Aceitunas
- Etcétera
* Hay que revisar siempre la etiqueta y buscar el E-214. Comprando productos ecológicos certificados nos aseguramos de que este conservante y otros similares están prohibidos. [/destacat]
El estudio también ha analizado los efectos de la exposición al cobre, que, en general, se ingiere principalmente a través de agua potable y alimentos.
Se ha demostrado que todos estos componentes químicos empeoraban la función respiratoria de los más pequeños, y que empeoraba aún más si vivían o iban a la escuela en una zona con mucha concentración de viviendas y de densidad de servicios.
“Estos hallazgos tienen implicaciones importantes para la salud pública”, concluyen los responsables del estudio. “Medidas preventivas destinadas a reducir la exposición a los contaminantes químicos identificados, a través de una regulación más estricta y de la información al público mediante el etiquetado en los productos de consumo, podrían ayudar a prevenir el deterioro de la función pulmonar en la infancia, que, a su vez, puede tener beneficios para la salud a largo plazo”, añaden.
Desde Soycomocomo queremos ayudar a promover el estudio para que alcance el objetivo que compartimos con IS Global: explicar y pedir a la población que reduzca lo máximo posible la exposición a estos productos químicos y hacer presión para conseguir que, a medio plazo, estos productos no puedan salir al mercado.