Este verano pasé una tarde en casa de Elka Mocker, en Menorca. Eran unos días que pasaba con su querida amiga y fotógrafa Isolda Delgado trabajando horas y horas en el libro. EL LIBRO, en mayúsculas. En esa masía menorquina, Elka se concentraba y desplegaba su perfeccionismo. Podían estar todo un día tirando fotos a un solo plato. No se lo tomaban con calma sino que no entendían el proceso de otra forma para conseguir un resultado excelente.
Hoy, que ya tengo en libro en mis manos, veo ese proceso impreso en cada gesto y cada foto del libro. Hay libros por encargo, libros hechos con prisas, libros con diseños low cost, y hay libros radicalmente esmerados. Éste es uno de ellos. Y lo es no sólo porque las fotos sean una auténtica obra de arte sino porque Elka, con el paso de los años, se ha convertido en una de las cocineras saludables más innovadoras de nuestra casa, como ya había ido demostrando a través de su blog lalakitchen.
Elka está marcando la pauta y su cocina, sus vegetales, especies y superalimentos, son la base de un I+D cada vez más depurado. No podemos definir los platos de Elka como sencillos porque no siempre tendremos todos los ingredientes que nos pide en la nevera pero, una vez reunidos, accederemos a receptas genuinas y exclusivas con su sello más personal, como la habilidad que tiene para los postres, la ligereza de platos en los que, con un ratito de horno, nos presenta un boniato o una calabaza que adquiere un sabor excelso gracias a unas semillas de sésamo tostado negro o unas semillas de mostaza.
De hecho, el sésamo negro es para mí Elka en esencia, ya que compartimos la pasión por esta especie, muy diferente del blanco, y ella es capaz de hacer distintos mix de especies, como la dukkah, que elevan los platos a un estadio superior, diferente, delicioso. Elka es sésamo negro 100%. Hasta tal punto que, en el libro, cuenta que buscaba un plato que fuese todo negro, solo negro, y lo encontró en un paté que descubriréis en el recetario.
Como digo, no todas las especies son sencillas y hay dulces que, con las fotos de Isolda, aún parecen más imposibles de reproducir. Pero, una vez te metes en la cocina, ya no hay para tanto. Estos grisines de la foto bañados con chocolate ya los he hecho en casa y a pesar de que visualmente disten mucho de los de Elka, el plato es bueno y es una grandísima solución para los niños que no toman leche animal y que necesitan una descarada aportación de calcio en su dieta. Estos grisines están hechos sobre todo con sésamo y es ésto lo que lo garantiza.
Ama, come, vive, brilla es el espíritu de Elka, su amor por la vida, su agradecimiento constante a una nueva etapa de su vida, la mejor, sin duda, que está disfrutando y sabiendo transmitir para que todos sus seguidores la acompañen en esta plenitud vital de la que está tan orgullosa y manifiesta a los cuatro vientos cada día, a través de sus escritos a las redes sociales y sobre todo a través de su sonrisa permanente.
Elka tiene un don y en pocos años se ha convertido en uno de los nombres más importantes de la alimentación saludable en Cataluña y en España. Es el nombre en mayúsculas de la nueva generación de chefs. Es la nueva Montse Vallory.
Ama, come, vive i brilla es una propuesta de la editorial Lunwerg.