Una de las maneras más efectivas de trasmitir a los más peques el amor por la alimentación sana es invitándolos a pasar tiempo en la cocina. Una receta juntos no solo nos regalará horas de entretenimiento, sino que, además, será una oportunidad para explicarles qué ingredientes nos convienen, por qué es mejor dejar de lado algunos productos, y para que experimenten los diferentes sabores, las texturas… En fin, ¡la cocina puede ser una combinación genial de juego y aprendizaje familiar!

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Algunas marcas proponen productos de muy buena calidad que vale la pena tener en la despensa para ir utilizando cuando se presentan estas oportunidades. Veamos qué tres cosas deberíamos tener en cuenta en el momento de ponernos manos a la obra.

Harinas integrales

Casi todas las recetas de snacks tienen una base de harina, para poder crear una masa. Existe una enorme diferencia entre escoger una harina de trigo blanca, refinada, y una de algún otro cereal e integral.

Una harina integral, al tener fibra, significa una entrada de azúcar más dosificada. Esto es especialmente interesante porque, entre el cereal y los endulzantes, es posible que al final la merienda nos genere una subida de glucosa, que, cuanto más controlada sea, mejor. Sobre todo, en el caso de los niños, que luego podrían estar más nerviosos.

Si, además, no es de trigo normal, os ahorraréis los problemas asociados a este cereal. La harina de avena suele funcionar muy bien y se puede conseguir fácilmente moliendo con un molinillo de café unos copos de avena. Si sois más atrevidos, podéis hacer pruebas con harinas de frutos secos –por ejemplo, de almendras– y dar un plus nutricional a la receta. Al igual que los copos de avena, algunos frutos secos, como las almendras y las avellanas, pueden triturarse para conseguir una harina muy saludable y deliciosa.

Alimentos reales endulzantes

Cuando queremos endulzar algún alimento o receta, podemos buscar opciones más naturales y saludables que el azúcar blanco. En general, conviene optar por endulzantes que van acompañados de otras sustancias como antioxidantes, fibra, vitaminas, minerales. El azúcar blanco está vacío de cualquier nutriente y, peor aún, es un producto que perjudica la salud. En cambio, los alimentos que siempre serán una buena opción cuando queremos endulzar nuestros platos son la fruta fresca, el coco rallado, las frutas secas (dátiles, pasas de uva, orejones, ciruelas, higos), la algarroba y algunas especias como la canela, la vainilla o el regaliz. Además de ser alimentos de verdad, es decir que los consumimos tal cual los ofrece la naturaleza, aportan un dulzor más suave que permite disfrutar del sabor de la comida. Y, por supuesto, son mucho más nutritivos.

También está todo el grupo de los endulzantes naturales, como la miel cruda, el azúcar de panela, el azúcar de coco, el jarabe de arce o el sirope de agave crudo. Todos estos endulzantes aportan azúcares de rápida acción y, por lo tanto, deben tomarse de forma moderada.

Grasas resistentes al calor

Este es otro punto que deberíamos vigilar a la hora de escoger nuestros ingredientes. Sobre todo, si la receta va al horno.

Los aceites vegetales, como el de girasol, pueden ser de muy buena calidad, pero, si se los expone al calor se estropean y generan daño oxidativo. Es por esto que es muy importante probar otras opciones como un aceite de coco virgen o una mantequilla de buena calidad (a ser posible, elaborada a partir de la leche de vacas que pastan o de producción ecológica). Si la receta lo admite, el aceite de oliva virgen será una opción muy saludable, aunque es cierto que puede dejar un sabor fuerte en el resultado final. Es cuestión de probar.

Pilar Rodrigáñez

Dietista especializada en pérdida de peso, metabolismo y salud femenina

    @pilarrodriganez
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