Y para desayunar… ¡sopa!
¿Sopa? ¿He dicho sopa? Claro, ¿por qué no? ¡No os asustéis! ¿Quién no se ha levantado tarde un día de vacaciones y se ha bebido un buen bol de gazpacho tan a gusto? Yo propongo otra versión de sopa fría, con un toque dulzón, que mezcla ingredientes insólitos, pero que tiene un resultado curioso, rico y nutritivo. De hecho, la sopa en verano tiene componentes ideales: para empezar… ¡agua! Es necesario hidratarse y más con altas temperaturas, ya que perdemos agua y minerales; si nos exponemos al sol, se nos reseca la piel y además es posible que hasta estemos estreñidos. En esta sopa, el agua la obtendremos de fruta, de hortalizas, de un poco de hielo y de nuestro ingrediente “secreto”: una leche de arroz y cúrcuma que encaja la mar de bien con el resto de los ingredientes.
Recomiendo prepararla por la tarde-noche y dejarla en la nevera lista para servir en el desayuno sea cual sea la hora del desayuno. Para completar solo hay que añadir tropezones al gusto y se consigue un buen plato para estar hidratado y bien provisto de vitaminas y minerales.
El mango: aporta betacarotenos o provitamina A, que el cuerpo luego transforma en vitamina A una vez la asimile, y que ayudan a proteger la piel en verano (igual que las zanahorias).
Los tomates y los pimientos también contienen carotenos y vitamina C.
El toque de cebolla es muy personal; se puede obviar o atreverse a darlo. En este caso, el aporte, aunque discreto, será de quercetina y de compuestos azufrados, entre otros.
La idea de añadir leche de arroz y cúrcuma ha sido todo un descubrimiento; le da un toque curioso y muy personal.
Propongo variar los ingredientes: ¡A ver qué podéis descubrir!
¡Pasad un excelente fin de verano, familias!
La receta
- 300 ml de leche de arroz y cúrcuma
- 100 g de mango
- 100 g de tomate maduro
- 50 g de pimiento
- 15 g de cebolla
- 2-3 cubitos de hielo
Elaboración
- Poner en el vaso de la batidora todos los ingredientes y batir a alta velocidad. Si se prepara la sopa al momento de consumir, batir con los hielos; de lo contrario, hacer la noche anterior y, en el momento de servir, añadir el hielo y volver a batir.
- Pasar por un colador fino si se desea una sopa poco espesa.
Para acabar la presentación, se puede añadir piel de limón rallado, pistachos partidos, hojitas de hierbabuena, daditos de mango y de pimiento… y un toque de pimienta.