Me gusta apurar hasta el final los últimos frutos de temporada, que sé que ya no volveré a disfrutar en su punto hasta al cabo de un año. Con este desayuno, ya podemos decir adiós a los higos frescos, esos frutos de corta vida que, sin embargo, podemos deshidratar y convertir en higos secos para disfrutar todo el año. ¿Sabíais que su contenido nutricional se potencia al deshidratarlos? Por ejemplo, ¡el contenido de proteína y de potasio prácticamente se triplica! Así que, si tenéis posibilidad de haceros con los últimos higos de la temporada, secadlos…. si es que os da tiempo y ¡no os los coméis antes!

Foto: Becky Lawton

Pero la base del desayuno de este mes es una granola, que podemos definir como una mezcla de cereales con frutos secos, cuya textura –a diferencia de un muesli– es crujiente. Como últimamente tengo muchas consultas sobre cómo reemplazar los cereales cuando hay algún impedimento de salud, propongo esta alternativa. La base son avellanas, nueces (se puede reemplazar por otro tipo de frutos secos), escamas de coco y semillas, que en este caso son de calabaza y girasol, pero hay muchas más con las que se pueden hacer granolas estupendas: cáñamo, sésamo, cañihua, amapola, etc.

Una vez preparada, se conservan en un frasco de tapa hermética y sólo hay que añadir la fruta de temporada o enriquecerla al gusto con especias como canela, jengibre, cardamomo; o con otros ingredientes como cacao sin azúcar, nibs de cacao, bayas de goji…

Conozco unos cuantos fans de la dieta evolutiva que están encantados con esta opción sin cereal, rico en ácidos grasos omega-3 y endulzado sólo con fruta fresca a elección de  cada uno.

¡Feliz otoño, familia! Vamos a por la receta.

La receta

Para la granola

  • 1 taza de avellanas
  • 1 taza de nueces
  • 1 taza de escamas de coco
  • ½ taza de semillas de calabaza
  • ½ taza de semillas de girasol

Para el desayuno

  • ¼ de taza de granola sin cereal
  • 1-2 higos
  • Unos granos de uva
  • Media taza de leche vegetal

Elaboración

  1. Para la granola: poner las avellanas y las nueces en remojo durante 6-8 horas, y secar muy bien.
  2. Poner las semillas en remojo durante una hora y secar.
  3. Poner en un aparato para triturar los frutos secos y las semillas y dar toques intermitentes para obtener gránulos.
  4. Verter estos granos a una sartén o una bandeja de horno y dorar a fuego medio-bajo. Al final añadir las escamas de coco y seguir removiendo.
  5. Dejar secar por completo y guardar en un recipiente de cristal.
  6. Al servir, añadir la fruta fresca y la leche vegetal.

Adriana Ortemberg
Adriana Ortemberg

Naturópata, escritora de libros de alimentación y vida saludable e instructora de cocina vegetariana

    @adriana_ortemberg
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