Septiembre (y principios de octubre) es mi época favorita del año, sin duda. El tiempo en general es más agradable, las temperaturas son buenas, podemos disfrutar un poco más del sol y su tan preciada vitamina D.
En el huerto orgánico donde compro también voy notando el cambio. Cada vez hay menos melocotones y más uvas, menos albaricoques y más granadas, higos, peras… Y como algunos alimentos tienen una vida muy corta, como los higos, por ejemplo, he querido usarlos en esta propuesta de desayuno.
La receta que os preparo en realidad es de… ¡galletas! Pero no son dulces, ni llevan harina; son de “queso” vegano, ideales para llevar de snack si desayunamos más tarde o para empezar el día con energía y sin azúcar.
Os cuento lo que llevan:
- Harina de coco: como muchos sabéis ya, no contiene gluten (no deriva de cereal) y resulta muy útil cuando restringimos cereales, ya que sirve para preparar panes o galletas.
- Grasa vegetal: una margarina bio rica en aceite de oliva permite conseguir un buen resultado.
- “Queso” vegano: propongo uno a base de frutos secos de alguna tienda bio. ¡Hay algunos artesanos muy ricos! También hay otros con base de aceite de coco y almidón; más económicos que los otros.
- Levadura nutricional: acentúa el sabor, recuerda a “queso” y además aporta vitamina B12. No debe confundirse con la levadura de cerveza. La que utilizaremos aquí es un cultivo que pasa por diferentes procesos que la convierten en inactiva (a la inversa que la levadura de cerveza), algo que interesa si hay cándidas, ya que no fomenta que crezcan.
- Crema vegetal: como la nata láctea, pero con base vegetal.
El resultado son unos crackers crujientes y con un sabor increíble a queso. Si, por ejemplo, os gusta mucho el queso, pero sois veganos o tenéis intolerancia a la lactosa, estas galletas son ideales.
Visto el listado de ingredientes podemos decir que estas galletas saladas son compatibles con:
- dieta vegana, dieta vegetariana
- dieta FODMAP
- dieta cetogénica (solo si utilizáis “queso” vegano sin almidón y crema vegetal de frutos secos)
- dieta sin gluten
- dieta sin lácteos
- dieta anticándidas
Para acompañarlas, podéis recurrir a los higos, que están deliciosos y son de temporada, o utilizar una confitura de fruta natural sin azúcar, o tahina. O simplemente comerlas tal cual con un paté vegetal o con aguacate. ¡Estoy segura de que os encantarán!
Receta: Galletas saladas veganas de “no-queso”
Para unas 24-26 galletas
- 1/2 taza de harina de coco de Los Frutos del Sol
- 170 g de margarina vegana
- 2 tazas de “queso” vegano rallado
- 6 c.s. de levadura nutricional
- 4 c.s. de nata vegetal de trigo sarraceno de Amandín
- 2 c.s. de hojas de romero picaditas
Elaboración:
- Poner en un bol la harina de coco, la margarina, el “queso” vegano rallado y la crema. Triturar con una batidora hasta obtener una pasta.
- Añadir la levadura y el romero picado, y mezclar. Meter la masa en la nevera un rato, hasta que tenga más consistencia (también se puede poner menos tiempo en el congelador).
- Calentar el horno a 170 ºC.
- Extender la masa con un rodillo sobre una lámina de papel para hornear o –aún mejor– sobre una tela de cocción (que se puede reutilizar). Si la masa se pega al rodillo, espolvorear con un poquito de harina de coco. El objetivo es obtener una masa rectangular. Marcar tres cortes verticales en la masa y tres cortes horizontales (aproximadamente 5 cm x 6 cm). Seguidamente con un tenedor pinchar para hacer los agujeritos.
- Hornear durante unos 15 minutos o hasta que la masa esté dorada. A media cocción, intentar despegar la masa por los cortes y separar las galletas saladas para que también se cuezan bien los bordes.
- Dejar enfriar.
- Para servir, untar la base con algún “queso” vegano untable, con tahina o mantequilla de almendras, por ejemplo, y poner encima cuartos de higo fresco y unas hojas verdes (rúcula, berros, canónigos…).