Recuerdo muy bien un encuentro con Pilar Benítez, en su despacho de la consulta del reputado dr.Jorge Pérez-Calvo. Aquel día entendí el concepto tan moderno del “empoderamiento” de las mujeres del que nos hablan referentes como Teresa Forcades. Una mujer que había sufrido bastante en la vida y que, en medio de un mundo de lujos innecesarios, se dio cuenta de lo esencial. Aquella tarde, Pilar me contó el proyecto del que hablamos ahora en esta entrevista. Han pasado dos años ya desde entonces y este programa es el resultado de su evolución como mujer. Pilar pide a gritos que las mujeres nos ayudemos, que hagamos piña, que podemos cambiar el mundo y cambiarnos a nosotras mismas. Es licenciada en ciencias empresariales y está especializada, desde hace quince años, en cocina energética y terapéutica.
Alimentación, ejercicio, respiración, meditación y conexión con el propio talento conforman las bases del método Siéntete Radiante, que se puede seguir por internet en www.sienteteradiante.com.
¿Cambiar el mundo empezando por una misma?
Me ilusiona pensar que somos capaces de hacerlo, y me da energía para ir hacia adelante. Es un poco la misión que trasciende de mis objetivos más personales. Para mejorar las cosas hay que ir paso a paso, y lo mejor es empezar por lo que se tiene más a mano, que suele ser una misma, con detalles, con pequeñas acciones que al principio pueden pasar inadvertidas, pero que nos van a hacer sentir más sanas, más serenas, más alegres… Y todo lo demás ya irá llegando.
¿Y cómo puede ayudarnos el método online Siéntete Radiante?
Dándote pistas de por dónde empezar; y acompañándote en todo momento de una forma cercana. Las nuevas tecnologías nos han permitido hacer más dinámico y personalizado el desarrollo del método de salud natural. Ahora puedes tenerlo a mano a cualquier hora del día y en cualquier lugar, y eso facilita las cosas. Y me gusta dar la opción de que cualquier mujer pueda probarlo, que sea cada una la que decida si le interesa seguir.
¿Cómo empezaste en la medicina natural?
Hace años, realizando una mudanza, me hice una lesión que necesitó cirugía. Pero la cicatriz que me dejó la operación no se cerraba como debía. Seguía sangrando, y era algo realmente molesto y doloroso. Llegué a desesperarme por no encontrar solución. Hasta que alguien me habló de la medicina tradicional china, y decidí probar. Fue un simple paso, una intuición, pero aquello fue el principio de un gran cambio personal.
¿Y qué pasó?
Descubrí que, debido a mi alimentación, mi cuerpo tenía muy poca capacidad para regenerar la herida. Y me quedé sorprendida al comprobar que en pocas semanas, simplemente quitando algunos alimentos de mi dieta y añadiendo otros, el problema había desaparecido. A partir de ahí quise conocer más sobre los efectos de la alimentación en la salud, y ahora… ¡llevo ya quince años dedicándome a esto!
¿Por qué escogiste el adjetivo “radiante” para tu método?
Buscaba una palabra bonita, con fuerza, para un término complejo. Que implicase tener energía, pero también el hecho de darla, de compartirla con los demás.
Pero a la hora de compartir tu método, te has centrado solo en las mujeres.
Bueno, yo soy una mujer, tengo esa “particularidad”. Además, llevo buena parte de mi vida rodeada de mujeres: soy la mayor de cuatro hermanas, he sido madre de cuatro hijas y casi todas las personas que acuden a mí en busca de consejo son mujeres.
Hablas de colaboración entre nosotras, de recuperar un vínculo perdido.
La sociedad actual nos ha vuelto a todos más individualistas, pero ese vínculo existe, es real, ha estado en nuestras comunidades desde siempre. Parece que ahora estamos más desconectadas las unas de las otras, pero en realidad, podemos ver cómo esos lazos se siguen creando de manera espontánea; las mujeres tendemos a compartir nuestras experiencias, ya sea de madres a hijas o en relaciones de amistad. Es algo innato, un impulso natural que podemos aprovechar.
¿Y de qué puede servirnos?
La mujer se ha dedicado siempre a generar entornos favorables para que la vida se desarrolle en armonía. El propio hecho de la maternidad, implícito en nosotras, nos empuja a hacerlo. Generamos círculos a nuestro alrededor, y nos encargamos de que haya un equilibrio en ellos. Tenemos una gran capacidad de consolar, de abrazar, y es importante que nos encontremos bien con nosotras mismas para que todo lo que nos rodea funcione.
¿Somos imprescindibles?
Lo más hermoso de este mundo es que es capaz de continuar sin cualquiera de nosotros, pero a la vez nos necesita. Cuando una ve su potencial para transformarse a si misma y a todo lo que le rodea, se da cuenta de que no debe conformarse, ni resignarse. Hay diferentes maneras de solucionar los problemas, y muchas las podemos encontrar en nosotras mismas. Podemos tomar las riendas de nuestra vida, tanto a nivel físico, como emocional o intelectual; y descubrir que somos más de lo que nos esperábamos. Estamos llenas de energía, pero a veces la desperdiciamos en obsesiones ridículas e inútiles. Hoy las mujeres nos exigimos más que nunca, y para afrontar la vida con fuerza, debemos estar equilibradas. Y puede que así, como decíamos antes, podamos mejorar el mundo.