El colesterol elevado, la hipertensión, las placas de ateroma (grasas que se depositan en arterias) o, incluso, infartos, empiezan a ser enfermedades de criaturas y jóvenes, y tienen como causa, en buena parte, «la sobrealimentación«.
«A los niños les estamos sobrealimentado, tal como hacemos también con las plantas y con el ganado, que les hacemos crecer rápidamente», continúa explicando Pedro Ródenas. Es decir, se acelera el proceso de crecimiento, no se respeta el ciclo natural, porque «hay un exceso de alimentación superproteica, que contiene muy poca fruta y verdura«. Por consiguiente, «formamos una estructura con pocas vitaminas y pocos minerales«.
La comparación puede parecer ofensiva, pero no tiene esa intención. Del mismo modo que se sobrealimentan pollos para que puedan entrar en la cadena alimentaria en un mes, con los niños empieza a pasar lo mismo. «Con este tipo de alimentación, superproteica, crecen rápidamente, pero tienen un déficit de minerales y vitaminas, que se encuentran en las frutas, las verduras y los cereales integrales». También hay un exceso de comida refinada, que, al mismo tiempo, hace que el páncreas se estrese, suba la glucemia y, además, pone la primera piedra para acelerar la diabetes.
Con las niñas, la sobrealimentación también provoca un adelanto de la menarquia, la primera regla, tal como explicamos en otra ocasión. Y aún más: «También hay más riesgo de cáncer de mama, porque las mujeres tienen la regla más años y, por tanto, están más expuestas a la estrógenos». Está demostrado que, en China, las mujeres con cáncer de mama forman un porcentaje muy pequeño. «Es así, entre otros motivos, porque la media de edad de la menarquia es a los diecisiete años», afirma el médico Pedro Ródenas López.
A la hora de apuntar tres excesos de la alimentación infantil, el médico apunta hacia la carne, los lácteos y los productos refinados.
Una propuesta de menú según el médico Pedro Ródenas
- Para desayunar: Fruta y cereales con leche vegetal o fruta y un bocadillo con paté vegetal.
- A media mañana: Un plátano con frutos secos (dátiles, orejones, higos).
- Para comer: Ensalada completa con aguacate y semillas (que sea atractiva) y cereales con legumbres (plato único) o bien un plato de verdura o pasta acompañado con proteína animal (pescado y pollo, sobre todo). Postre: Manzana.
- Para merendar: Frutos secos con yogur o fruta fresca con una barrita de muesli.
- Para cenar: Ensalada, pan con tomate con paté vegetal. Una tortilla de verdura. Postre: Manzana.
(La cena también puede ser como la comida, pero está bien elegir opciones más suaves.)
El pan, siempre integral. Es importante pensar en los frutos secos a diario y que las legumbres aparezcan tres o cuatro veces por semana.
Si se quieren lácteos, uno por día. Si se hace un yogur para el desayuno, ya no será necesario ni quesos ni leche. Hay que tener en cuenta que los licuados vegetales no son lácteos.