El movimiento de Comida Real defiende la idea de volver a alimentarse con alimentos tal y como los encontramos en la naturaleza, o en el mercado. El objetivo es basar la alimentación en ingredientes que luego son “procesados” en nuestras cocinas.
En las últimas décadas, una gran cantidad de alimentos reales han sido reemplazados en el carro de la compra por productos industriales que han simplificado enormemente la resolución del menú diario en detrimento de la salud.
No todos los productos procesados son insanos
Aunque lo ideal es que cada uno procese los alimentos en su cocina, existe una realidad difícil de eludir y es que, hoy en día, cada vez cuesta más dedicar tiempo a preparar las comidas.
Sin embargo, no todo son malas noticias. Existen productos alimenticios procesados que son totalmente aceptables desde el punto de vista nutricional, tanto por la calidad del alimento que se utiliza como por su procesamiento, respetuoso con el ingrediente. Afortunadamente hay varios ejemplos y algunos de ellos son especialmente interesantes, porque prepararlos enteramente en casa requeriría invertir mucho tiempo.
Aprende a mirar las etiquetas
Para reconocer los productos que valen la pena, es fundamental mirar las etiquetas. Los supermercados Veritas han iniciado un proyecto para facilitar este trabajo a los clientes, que consiste en comparar etiquetas de productos más saludables con los que no conviene consumir.
Veamos, por ejemplo, el caso de las sopas, que en esta época del año apetecen especialmente. Si no tenemos tiempo de cocinarlas, podemos escoger una alternativa procesada que sea nutricionalmente interesante, si sabemos “leer” bien el etiquetado.
¿Qué deberíamos encontrar en una sopa de pollo de calidad?
Veritas compara la sopa de pollo deshidratada ecológica de la marca Natur Compagnie, que se puede encontrar en sus superficies, con una no ecológica de la marca referente en el sector.
Lo primero que debemos buscar son ingredientes de calidad. Si proceden de agricultura ecológica certificada, tenemos una gran parte del tema resuelto. Esto significa que no habrá pesticidas ni antibióticos en los alimentos y sí, en cambio, un máximo de nutrientes.
Tan importante como lo que lleva la sopa es lo que no deberíamos encontrar entre sus ingredientes. No deberíamos ver en la lista ni grasa de palma, ni cloruro de potasio, ni azúcar tipo jarabe de caramelo, ni glutamato monosódico (E621), ni otros potenciadores artificiales del sabor. Dichos ingredientes son perjudiciales y suelen estar presentes en otras sopas de pollo de marcas convencionales no ecológicas.
Otro aspecto importante es la cantidad de pollo que lleva. La sopa de pollo de Natur Compagnie contiene en total un 7,5% (4,2% de carne de pollo y 3,2% de grasa de pollo), mientras que la de la marca convencional referente del sector solo tiene un 1,6%. A veces nos pasa que el producto que compramos tiene menos cantidad del alimento que buscamos que de otros que muchas veces no sabemos ni qué son.
Asimismo, muy importante es, entre los ingredientes, la presencia de verduras, hierbas aromáticas y especias saludables. En la etiqueta de una sopa de pollo deshidratada deberíamos encontrarnos este tipo de alimentos tanto en buena cantidad como en variedad.
La sal es otro de los aspectos que suelen marcar una diferencia entre un producto de buena calidad y uno que no lo es. La sal debe, en todos los casos, ser marina y sin refinar.
Aprender a leer las etiquetas es un objetivo que deberían plantearse todas las personas que quieran llevar una alimentación saludable, pero que carezcan de tiempo para elaborar todas las preparaciones en casa. Además de ofrecer productos de máxima calidad, los supermercados Veritas ofrecen, con el proyecto de comparar etiquetas, orientación a sus clientes en el proceso de compra.