El estómago es un órgano –en forma de saco, aproximadamente– que juega un papel fundamental en la digestión de los alimentos. En su interior se mezcla el bolo alimenticio que hemos generado a través de la masticación con los jugos gástricos provenientes de las células del estómago, los jugos pancreáticos y los zumos biliares. Estas secreciones contienen enzimas, entre otras sustancias, que permiten digerir los alimentos para absorberlos adecuadamente.

Entre los jugos gástricos, está el ácido clorhídrico, una sustancia que liberan las células especializadas del estómago que ayuda a acidificar el pH del interior de este órgano, cosa importante y necesaria para la digestión y que, al mismo tiempo, constituye una barrera de defensa ante sustancias o microorganismos no deseados.

Una de las funciones del ácido clorhídrico es activar la pepsina, la enzima necesaria para digerir las proteínas, y mantener un pH óptimo para que funcione bien. Por lo tanto, con el fin de digerir bien los alimentos proteicos hay que tener unos buenos niveles de este ácido; si no, las digestiones pueden ser mucho más lentas o insuficientes. Pero además, mantener un pH ácido en el estómago también es importante, porque hay ciertos micronutrientes de los alimentos, como el hierro o el calcio, que necesitan de esta acidez para poder ser digeridos y absorbidos adecuadamente.

Por otra parte, la absorción de la vitamina B12 –muy importante para el sistema nervioso y para la formación de los glóbulos rojos– también depende de los jugos gástricos, ya que permiten liberar el factor intrínseco, una glucoproteína que se encarga de fijar la vitamina B12 en el intestino delgado para que pueda ser absorbida.

Aloe para desinflamar el estómago

A menudo, por culpa del estrés, ciertos medicamentos o alimentos concretos, el estómago se ve afectado. La capa mucosa del estómago y la secreción de ácido clorhídrico puede disminuir y esto afecta directamente a las digestiones, que empeoran: aparece una sintomatología desagradable como acidez, malestar abdominal o dolor, eructos, mal aliento o hinchazón.

Tendemos a pensar que la acidez es una consecuencia de la hiperclorhidria, por hiperproducción de ácido clorhídrico o hernia de hiato, pero también lo es de la hiperclorhidria, debido a una disminución de la capa mucosa estomacal. En ambos casos, un gran remedio para desinflamar el estómago, protegerlo y regenerar la mucosa es tomar jugo de aloe.

El Aloe vera, también conocido como “la reina de las plantas medicinales”, ha sido considerada un gran remedio natural desde hace más de cinco mil años, porque tiene muchos efectos positivos sobre el organismo. Es una planta de aspecto llamativo que destaca por su capacidad de sobrevivir a períodos calurosos y secos durante mucho tiempo. Dentro de su pulpa, está el gel que sirve para preparar diferentes soluciones beneficiosas para la salud. El zumo está formado por un 99% de agua y un 1% de más de doscientos ingredientes valiosos como vitaminas, minerales, enzimas, aminoácidos y acemannan (un compuesto que tiene propiedades inmunoestimulantes y antivirales). Todos conocemos sus beneficios para la piel –va bien para hidratar y tratar quemaduras– o para los intestinos –favorece el tránsito de las deposiciones–, pero tiene muchos más beneficios, especialmente para el sistema gastrointestinal, gracias a sus propiedades antiinflamatorias, antisépticas, antibióticas y antioxidantes.

Para proteger las paredes del estómago, regenerar la mucosa y regular la secreción de ácido clorhídrico se recomienda tomar 20-30 ml antes de las tres comidas principales. Además, si hay úlceras estomacales, también resulta beneficioso tomar para ayudar a cicatrizar las heridas.

Lo importante es elegir un jugo de aloe de calidad y de cultivo biológico que garantice que se ha obtenido por medio de un proceso cuidadoso de prensado y filtrado de las hojas de la planta, como es el caso del zumo de Raab Vitalfood: natural, ecológico y sin ningún tipo de aditivo.