El microbioma de la piel es el que más cambia con la edad. De hecho, es muy frecuente que nos consulten a partir de una determinada edad porque la piel empieza a picar; y es que la causa más frecuente de picor en la vejez es la sequedad. Cuando pasa eso, la alteración de la flora cutánea produce un estado inflamatorio en una piel ya de por sí alterada por la edad.

marcha atopica

Cómo abordar de forma completa la dermatitis atópica

Los microorganismos de la piel (fundamentalmente bacterias y hongos) no se distribuyen homogéneamente y eso depende de varios factores que influencian su microambiente, como el pH, la humedad o la temperatura.

La piel es un órgano muy complejo, con una función de barrera fundamental que viene determinada por tres componentes bien diferenciados:

  • microbiológico: compuesto por el microbioma cutáneo.
  • físico: los corneocitos y su envoltura lipídica.
  • inmunológico: capaz de activarse y frenar el sobrecrecimiento de bacterias dañinas o sobreactivarse y producir daño.

 

La importancia del equilibrio de la microbiota cutánea

Se sabe que la biodiversidad bacteriana de los pacientes con dermatitis atópica es menor de la esperada, ya que se produce una disminución relativa de numerosos taxones bacterianos, residentes habituales de la piel, como consecuencia del aumento de Staphylococcus aureus.

 La severidad del brote de dermatitis aumenta de forma directamente proporcional a la cantidad de Staphylococcus aureus, a la par que disminuye la diversidad microbiana.

 Cuando tratamos el brote de dermatitis, se revierte este cambio en la biodiversidad (sin necesidad de antibióticos, que solo deben usarse en casos de sobreinfección). De hecho, en pacientes con dermatitis que reducen la carga bacteriana estafilocócica, sin hacer nada más, mejora el control de los brotes de la enfermedad.

Por otro lado, la presencia aumentada de Staphylococcus aureus influye en la integridad de la barrera epidérmica, ya que daña la envoltura lipídica del corneocito, el componente físico de la piel.

Una de las recomendaciones que más damos son los baños con hipoclorito sódico diluido (lejía), una vez a la semana. En una bañera llena de agua, se echa y se remueve un tapón de lejía, y el paciente se sumerge unos diez minutos, luego se aclara bien y se hidrata la piel.

La relación del eje intestino-piel

La microbiota intestinal tiene varias funciones importantes, entre las cuales están algunas fundamentales para la piel. Una de las funciones más importantes de la microbiota intestinal es completar un buen desarrollo y maduración del sistema inmunitario.

Se cree que el microbioma es el mayor regulador del eje intestino-piel. De hecho, se cree, que la microbiota intestinal es más importante en las enfermedades de la piel que la propia microbiota de la piel. Esto se debe a que, en un ambiente inflamatorio intestinal, aparece una permeabilidad que permite el paso de moléculas inflamatorias que sobreactivan el sistema inmunitario.

La microbiota intestinal es más importante en las enfermedades de la piel que la propia microbiota de la piel.

Además, hay células del sistema inmunitario maduradas en el intestino que no solo se quedan en el intestino, sino que se encuentran también en la sangre, el hígado, los pulmones, las mucosas y la piel, con lo que participan en el reconocimiento bacteriano y en la inflamación.

Las 8 claves para tratar con éxito la dermatitis atópica

Dentro del abanico de recursos disponibles a día de hoy, las modalidades terapéuticas que permiten modificar, restaurar o corregir los estados de disbiosis intestinales y epidérmicas, para mejorar la interacción entre microorganismos, el sistema inmunitarioy la barrera cutánea, son:

  • Modificación de la dieta
  • Uso de antibióticos, probióticos cutáneos e intestinales
  • Trasplante de microbiota fecal

El mejor momento o la ventana de oportunidad son los primeros mil días desde el nacimiento, para evitar el círculo vicioso de inflamación, permeabilidad intestinal, malabsorción, disbiosis, alteración inmune…

La dermatitis atópica se debe tratar desde una perspectiva holística y hay que cumplir estos puntos clave:

  1. Elegir buenos productos tópicos hidratantes y que preserven la función de barrera de la piel, sin exceso de perfumes ni conservantes.
  2. Usar probióticos, prebióticos, postbióticos y parabióticos, tanto tópicos como vía oral, que rescaten la alteración en la flora cutánea e intestinal.
    • En metaanálisis recientes, lo que se ve es que la exposición a probióticos durante el embarazo disminuiría la incidencia de dermatitis atópica en menores de cinco años, así como su gravedad en lactantes. Parece que lo más útil es usar tratamientos prolongados desde el embarazo.
    • Los productos probióticos tópicos ya están disponibles en nuestro medio. Son capaces de modificar la microbiota cutánea y, con ello, conseguir un mejor control de los brotes de dermatitis atópica.
    • Cualquier producto que apliquemos en la piel, podría persistir hasta dos semanas en ella y alterar nuestro microbioma, para bien o para mal, por lo que hemos de seleccionar bien los que usamos, especialmente en piel seca o atópica. Lavar la piel no elimina el microbioma, solo sebo y microorganismos transitorios.
  3. Tomar aceites vegetales de calidad ricos en ácidos grasos omega-3 y omega-6.
  4. Detectar de forma precoz alergias de contacto o alimentarias.
  5. Evitar climas extremos o muy secos.
  6. Evitar el uso de antibióticos si hay sobreinfecciones.
  7. Abordar el prurito para evitar rascarse y mejorar la calidad de vida.
  8. Asesorar al paciente con recomendaciones en función de su actividad laboral y el uso que tenga que hacer de irritantes en su día a día.