Aunque suene extraño, el intestino tiene una importante actividad neuronal semejante a la de la cabeza. El sistema nervioso que forma parte de este intestino es nuestro segundo cerebro. Muchas veces, el estado de ánimo, el pensamiento o el rendimiento intelectual dependen de la salud del sistema digestivo. Tener resistencias como flatulencias, malas digestiones, diarreas o estreñimientos nos irrita y buscamos desesperadamente alguna solución para poner fin a esta sintomatología tan desagradable. Debemos ser conscientes y entender que hace falta constancia y un período de tratamiento largo para poder recuperar el equilibrio interno.
Es muy importante cuidar el cuerpo y mantener el sistema digestivo estable para poder lograr una salud física y mental.
¡No más malestar intestinal!
Actualmente, mucha gente tiene alteraciones gastrointestinales –diarrea, estreñimiento, digestiones pesadas, flatulencias, acidez…– por causas muy diversas: enfermedad de Crohn (enfermedad autoinmune que provoca una inflamación intestinal), colon irritable (molestias y dolor intestinal con alternancia o cronicidad de diarreas y estreñimiento), síndrome de mala absorción intestinal (hiperpermeabilidad intestinal que permite la filtración de macromoléculas “tóxicas” a través de la pared del intestino y que provoca cansancio, estrés… e, incluso, y de manera indirecta, tendinitis, dolor óseo, acné…), celiaquía (intolerancia al gluten), intolerancias o alergias alimentarias sin determinar, males hábitos alimentarios, ya sean alteraciones horarias o dietas desequilibradas. Primero tendríamos que ir al médico para saber exactamente cuál es el problema y, luego, escoger el tratamiento más adecuado para disminuir la sintomatología y saber si puede erradicar el problema. De una forma u otra, y en cualquier caso, una buena opción sería consumir algún tipo de complemento alimentario.
¿De qué suplementos alimentarios estamos hablando?
Un inicio de tratamiento para tratar la sintomatología anterior sería tomar a la vez L-glutamina, prebióticos y probióticos.
La L-glutamina es un aminoácido no esencial sintetizado por el organismo gracias a los alimentos. Se encuentra en altas concentraciones en las fibras musculares y repara estos mismos tejidos después de un esfuerzo físico; de hecho, es un complemento básico para los deportistas. Además, cicatriza y repara las paredes intestinales y evita las permeabilidades gástricas, lo que nos permite absorber mejores los alimentos. Por lo tanto, es un complemento básico para asegurar que aprovechamos al máximo todo lo que ingerimos, tanto alimentos como suplementos.
Conviene especialmente a personas con celiaquía diagnosticada de manera tardía para reparar las microvellosidades intestinales, ya que han sido agredidas durante mucho tiempo por el gluten, una sustancia agresiva para el intestino.
Los alimentos de origen animal son una fuente rica de este aminoácido (huevos, cerdo y pollo); sobre todo las carnes crudas y, de pescado, el salmón. Hay que consumir todos estos productos de la manera más natural posible, es decir, sin que hayan sido alimentados con hormonas u otras sustancias, cuanto más ecológicos mejor.
Las legumbres, los cereales integrales y los lácteos también son una fuente importante de L-glutamina; sobre todo los quesos frescos y los yogures.
Los prebióticos y probióticos nos permiten recuperar la flora intestinal, mejorar las digestiones, regular el tránsito intestinal… De todas formas, hay que diferenciarlos.
Los prebióticos son ingredientes no digestibles, como los fructoligosacáridos (FOS), la fibra y la inulina, que permiten el crecimiento de bacterias vivas, como son los probióticos (bifidobacterias y lactobacilos); es decir, se consideran el alimento de estos últimos.
Los prebióticos los podemos encontrar en la fruta, verdura, alimentos que nos aporten fibra alimentaria; especialmente, las chicorias…
No tienen efectos secundarios.
Los probióticos son alimentos con microorganismos vivos que, como están activos, nos permiten estabilizar la flora intestinal y reforzar el sistema inmunitario. Por lo tanto, sirven para tratar diarreas, estreñimiento, colon irritable, enfermedad de Crohn, refuerzan la flora intestinal después de un tratamiento farmacológico de antibióticos, regulan las flatulencias y el tránsito intestinal…
- Los más habituales son los Lactobacillus acidophilus, el Lactobacillus casei, Bifidobacterium longum…
- Son alimentos probióticos los yogures frescos, el kéfir, otras leches fermentadas…
- No tienen efectos secundarios excepto si hay inmunodeficiencias; en tal caso, se debería consultar al médico, ya que estas bacterias actuarían como patógenas.
- Para tratar el estreñimiento y controlar otros aspectos como el colesterol o el azúcar es recomendable incluir fibra alimentaria en la dieta.
- Hay tanto fibra soluble (avena, legumbres…) como insolubles (cereales, granos enteros…). La primera es más adecuada para controlar el colesterol y los niveles de glucosa en sangre; y la segunda, para evitar el estreñimiento.
Hay que destacar la Chlorella, alga verde con propiedades depurativas importantes (ayuda a eliminar toxinas y metales pesados) que regula el tránsito intestinal. Aporta oxígeno a las células, revitaliza y aporta energía y nutrientes. Es una alternativa para poder regular el estreñimiento y depurar el organismo.
Actualmente, y aún poco divulgada, tenemos la leche de yegua, que es una alternativa para regenerar la flora intestinal y, por lo tanto, evitar muchos de los síntomas descritos en este artículo. Refuerza a la vez el sistema inmunitario y nos ayuda a mejorar la absorción de los alimentos. Regula eficazmente los brotes de diarreas en las enfermedades de colon irritable, Crohn…
La conclusión es…
Mantener una salud intestinal es la base del bienestar físico y mental. Cada vez hay más casos de intolerancias alimentarias, digestiones pesadas, ciclos de diarreas y estreñimientos… Hay que tener en cuenta la calidad, la procedencia y la manera en la que han sido tratados los productos que ingerimos y eliminar los que nos perjudican, ya que eso puede definir las resistencias que manifiesta el organismo. Añadir suplementos alimentarios como hábito cotidiano es la manera de aportar una ayuda positiva para adquirir una buena estabilidad interna.
Ante cualquier sintomatología, es importante descubrir la causa. Casi nunca relacionamos los dolores óseos o articulares o el acné con la posibilidad de tener alguna intolerancia o alergia a algunas proteínas que alteran el bienestar del intestino.
Hay que destacar, también, la vitamina D, que, aunque parezca extraño que aparezca en este apartado, es una de las vitaminas más básicas y, al mismo tiempo, de las que tenemos más déficit. Los alimentos que consumimos la contienen en bajas concentraciones, pero la fuente más importante de síntesis es la radiación solar. Esta vitamina no solo ayuda a fijar el calcio a los huesos, sino que, además, refuerza el buen funcionamiento del sistema inmunitario y controla el sistema nervioso (estados de ansiedad, depresión…). Por lo tanto, es muy importante tener el tracto digestivo bien reforzado para poderla absorber al máximo a través de los alimentos y exponerse al sol unos minutos al día para mantener unos niveles estables y constantes.
Farmacia Internacional recomienda:
Salud gastrointestinal: un posible tratamiento sería tomar un probiótico como Pileje Lactibiane Reference, 1 sobre o comprimido por la mañana en ayunas. Seguidamente tomar Inovance Tolerancia (L-glutamina, cinc, vitamina D y Chlorella), un comprimido unos 15 minutos antes de cada comida. Las personas con colon irritable o Crohn, por ejemplo, pueden tomar dos cápsulas de leche de yegua al día.
Por lo que respecta a la dieta, recomendamos consumir quesos frescos, frutas, verduras frescas y productos de origen animal, pero de procedencia ecológica; y también tomar, de forma moderada, café (es preferible sustituir el café por infusiones) y alcohol, ya que son productos que irritan las microvellosidades intestinales.
Os animamos que, ante cualquier duda de intolerancia o alergia alimentaria, os hagáis una prueba para detectar estos problemas mediante una pequeña muestra de sangre que analizarán en el laboratorio.
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