Encontramos, en primer lugar, los tratamientos de drenaje linfático, que son un gran aliado para mejorar la circulación. Podemos recurrir a los beneficios de la aromaterapia combinando uno, dos o tres aceites esenciales como el de ciprés (Cupresus sempervirens), de romero (Rosmarinus officinalis –1,8-cineol), de geranio (Pelargonium graveolens). Noèlia Martínez, directora del centro de estética Armonic Body recomienda el drenaje linfático para ayudar a mejorar el sistema circulatorio y eliminar líquidos y toxinas acumuladas. “Está especialmente indicado para las personas con problemas circulatorios, celulitis edematosa o piernas cansadas y también para personas intervenidas quirúrgicamente, ya que ayuda a recuperarse más rápidamente” nos comenta Noèlia. También nos recuerda que hay ciertas contraindicaciones que el profesional siempre debe tener presentes, como cáncer, infecciones agudas, trombosis, flebitis, varices con relieve, inflamación crónica, hipotensión crónica, insuficiencia renal crónica.
También podemos recurrir a los beneficios de la arcilla para mejorar la circulación; incluso la podemos combinar con aceites esenciales. Podemos hacer vendajes de arcilla roja, que es el tipo de arcilla que tiene más beneficios para activar la circulación, y dejarlos durante unos veinte o treinta minutos y repetirlo dos veces al día durante una semana y después hacerlo dos o tres veces por semana. Otra buena opción son los baños con arcilla. Para ello hay que poner una o dos cucharadas de arcilla roja en agua y unas gotas de aceites esenciales (a elección).
Conviene utilizar cremas de cosmética ecológica específicas para activar la circulación. Hay muchas marcas de cremas de cosmética certificada diseñadas para aplicar sobre las piernas y ayudar a reducir la sensación de pesadez, y sentir frescura y aligeramiento de la zona. Acostumbran a tener extractos de hamamelis, ciprés, lavanda, salvia y otros aceites esenciales que aligeran las piernas cansadas.
Otras propuestas a tener en cuenta son los baños con contraste de agua fría y tibia para ayudar a activar la circulación y los ejercicios de respiración.
Pautas nutricionales
Seguir una dieta rica en alimentos de temporada
- Aumentar el consumo de alimentos ricos en flavonoides, sustancias antioxidantes: arándanos, moras, toronjas, frambuesas, fresas, bayas de Goji, açaí…
- Consumir líquido abundante: en zumos de frutas naturales, infusiones, agua…
- Aumentar el consumo de alimentos alcalinos: cereales integrales, verduras, algas…
- Reducir el consumo de carne, lácteos y grasas saturadas y sustituir por proteína vegetales y grasas buenas (aceite de semillas y de oliva de primera presión en frío, frutos secos, semillas oleaginosas).
- Eliminar los alimentos refinados y sustituir por alimentos completos: cereales refinados por cereales integrales, sal refinada por sal marina o sal del Himalaya…
- Incorporar en los platos germinados de alfalfa, fenogreco, brócoli... que son muy ricos en enzimas y en antioxidantes.
- Aumentar el consumo de fibra: favorece el tránsito intestinal y evita que las paredes de las venas se debiliten. Los alimentos ricos en fibra son los cereales integrales, la fruta seca, las verduras, las frutas, las semillas oleaginosas.
- Tener en cuenta los complementos alimenticios para mejorar la circulación.
En el mercado encontramos algunos complementos alimenticios que, junto a una dieta adecuada, pueden fortalecer las paredes de las venas, mejorar la circulación de retorno y la elasticidad de venas y arterias.
- Silicio: mineral que ayuda a mantener los vasos elásticos y tonificados, y que favorece una mejor circulación y una mejor calidad de todos los tejidos del cuerpo como, por ejemplo, la piel.
- Preparados ricos en antioxidantes y nutrientes que favorecen la nutrición del tejido conjuntivo, como el colágeno o el ácido hialurónico.