Una tarde, andando por Molins de Rei, una amiga me dijo: “Este lugar te encantaría”. Me lo quedé mirando y presté atención a la decoración exterior: flores en botas de agua y en maderas, y una decoración única en cada rincón. Dudé unos segundos si era un restaurante, cafetería o un sitio para pasar la tarde. Fue la luz tenue de dentro y los colores cálidos y agradables los que me invitaron a entrar, sólo para curiosear. Vi una pared con un mensaje que me invitó a reflexionar y me percaté de que tenían una carta colgada en la pared. La cogí y empecé a leer. Me enamoré de todo y supe que tendría que volver.
Me traen una taza de té estampada con flores y a Helena otra con un estampado diferente, y se me ocurre decir: “¡Qué bonitas las dos!”. Sin dudarlo, Meri me cuenta: “Esta es la idea, que nada sea igual que otra cosa. Como si te tomaras un té en casa con tu taza de todos los días.”
Setembre surgió de Meri y Helena, unas hermanas valientes por empezar la aventura en el mundo de la restauración. Fusionaron el arte de la decoración y la mano en la cocina de Meri junto con las ideas y el conocimiento sobre una alimentación saludable ecológica de Helena. Tenían claro que ellas solas no podían, por eso quisieron contar con Cristina, con su simpatía y amabilidad de cara a los clientes o, como ellas los llaman, “amigos”. “Las tres hermanas somos muy diferentes, y cada una aporta algo. Nos complementamos, de las tres hacemos una, una superwoman”, cuenta Cristina.
Setembre se inauguró el 13 de junio del 2014, fruto del sueño de Meri, que ya tenía la idea en mente de montar una cafetería en la que la gente se sintiera como en casa, enfocada a todos los públicos, para hacer un café con leche o sentarse a comer.
Sirven comida para todos los paladares. “Decidimos abrir el abanico a todas las posibilidades y cocinamos tanto comida vegana como platos con carne de agricultura ecológica, embutidos ecológicos y pescado, la mayoría salvaje”, cuenta Meri, mostrando sus ganas de cocinar para satisfacer los paladares de todos sus amigos ya sean vegetarianos, veganos, flexiterianos u omnívoros, como también alérgicos, intolerantes o sensibles al gluten. Tienen claro que “sano no quiere decir ni ser vegetariano, ni vegano ni omnívoro”, sino que la clave es utilizar alimentos de calidad, de proximidad y ecológicos, y hacer combinaciones llenas de color.
La mayoría de los alimentos son ecológicos, se podría decir que un 90%, y de proximidad. La gran variedad de hortalizas y vegetales provienen de productores que ellas mismas conocen, ya sea el productor del pueblo del lado que saben que no usa químicos, o de proveedores con certificación ecológica, además de algunas hortalizas que en verano sacan de su huerto. Las carnes provienen de vacas y pollos felices, de Girona, concretamente de Camprodon.
Una de sus especialidades son los creps, hechos con harinas que no sean de trigo convencional, como de kamut, de garbanzos y de arroz (opciones sin gluten). Están también hechos con leche ecológica o también con bebida de soja o de avena. Además, utilizan huevos ecológicos, pero también ofrecen opción vegana sin. Alejándose de relacionar crep con dulce, hacen combinaciones innovadoras y de lo más deliciosas que gustarán a todo el mundo.
Hay una carta fija que indica las opciones vegetarianas y veganas, y todos los alergógenos que puedan haber que cambia cada estación para adaptarse a la temporada (otoño-invierno y primavera-verano). “Siempre tenemos los mismos platos para ofrecer, todavía con la idea de que Meri cocina para la familia. Y de vez en cuando, si el campesino nos trae champiñones, Meri se inspirará y hará algo con ellos”, cuenta Cristina con admiración. Todo lo que hay lo hacen ellas, en especial los dulces, que se alejan de la bollería industrial, con harinas e ingredientes de calidad.
“El día a día es lo que nos ha hecho consistentes. Levantarnos y sentirnos inspiradas, con ganas de venir y dar lo mejor de nosotras mismas”, cuenta Meri. “Hemos llegado a un punto que hemos hecho cuatro estilos diferentes a lo largo del día. Por la mañana están las típicas mamis, parejas, chicas jóvenes que vienen y desayunan. Al mediodía es el parón rápido-sano del trabajo. Luego por la tarde es un ambiente de mamás y niños, que vienen a merendar. Y luego, a partir de las ocho, tenemos una noche bohemia; cambia mucho el ambiente: pueden entrar los que quieren cenar ligero de tapas con la misma comida que en el almuerzo, como también los que quieren un gintonic, se relajan, hablan, piden música. Siempre con un ambiente sano.”
El local es muy agradable, y las frases que invitan a la gente a ser conscientes van cambiando.
El ingrediente principal de Setembre es que todo está hecho con mucho cariño, y se nota. Consiguieron su objetivo; me voy de Setembre bien, cómoda, como si me hubiera tomado un té en mi casa, y con ganas de volver.
Localización: Carrer Carril, 45, 08750 Molins de Rei, Barcelona
Al lado de la estación
Horarios: Lunes a sábado de 8 a 23 h
- Desayuno: de 8 a 11-12 h
- Comida: 12 a 16 h
- Merienda: 16 a 19 h
- Cena: 20 a 23 h
Mireia Galtés
Graduada en publicitat i relacions públiques i estudiant de dietètica, blogger a Lemon’s Secrets