Anna lleva muchos años en el mundo de la hostelería. Durante su trayectoria, ha ido tomando conciencia de la importancia de la alimentación, ha profundizado en la filosofía macrobiótica y ha evolucionado hacia una línea más vegetariana. Ha pasado por restaurantes como el Hortet y ya hace tiempo que colabora con Montse Bradford. Ahora ha abierto su propio restaurante. “En todos los municipios empieza a haber un restaurante saludable o vegetariano, y aquí en Sant Cugat faltaba uno”.
Le pregunto por el nombre del restaurante, muy ligado a la cocina macrobiótica. “Desde hace tiempo, cuando me imaginaba el nombre del restaurante, ya me había venido Kombu. Me gusta mucho la filosofía oriental del Yin y el Yang y, de todas las algas, es la que más me gusta”.
No hace ni tres meses que lo ha inaugurado y ya hay algún cliente fijo: “Me ha sorprendido porque hay ciertos productos que no tengo: lácteos, huevos, azúcares refinados, Coca-cola, Fanta… No tengo nada de todo eso y nadie me lo ha pedido ni se ha quejado. Todo el mundo ha entendido el concepto y estoy muy contenta con las respuestas que recibo”. Un 80 % de los platos son vegetarianos, y el resto pueden llevar pescado, pero todos tiene una clara filosofía oriental. Eso sí, siempre intenta que los productos sean ecológicos y de temporada.
Por las mañanas, el Kombu ofrece desayunos sanos y completos para que podamos empezar el día con energía. Podemos optar por zumos naturales de frutas y hortalizas, y bocadillos diferentes que se alejan de los típicos con embutido. Una combinación muy buena es el que lleva hummus, germinados y alguna hoja verde.
En el menú del mediodía, que tiene un precio de 12,50 €, podemos escoger entre la crema del día o hacernos nuestra propia ensalada a partir de un bufete muy completo. No solo de lechuga y tomate, sino también con patés vegetales, algún cereal, salsas saludables y diferentes verduras y hortalizas. Después, tenemos la opción de escoger entre dos platos combinados diferentes: el yin y el yang. El primero suele ser más suave, y el segundo más potente, pero ambos presentan un equilibrio entre los alimentos que necesitamos en nuestro día a día para aguantar bien la jornada: cereales integrales, proteína en forma de legumbres o pescado, verdura dulce, verdura verde, fermentos, germinados y algas. Y para terminar, los postres, que siempre son caseros y si se endulzan es con melazas o agave. Un pastel buenísimo que no os podéis perder es el de zanahoria y crema de anacardos.
¡Ah! Y si solo queréis el plato combinado también hay la opción de optar por el menú exprés.
La línea del restaurante tiene una clara influencia macrobiótica, pero Anna no se cierra puertas y también podemos encontrar algún plato raw: “Intento que haya un equilibrio”. Se puede probar un paté de remolacha crudo de un color vivo intenso acompañado de chapatas de trigo sarraceno, o unos deliciosos raviolis de calabaza rellenos de shiitakes y queso de frutos secos. Todo servido con una presentación espectacular.
Viernes y sábado por la tarde, el restaurante dispone de una carta muy diferente. Se mantiene la misma filosofía, pero ya no encontramos los platos combinados sino una amplia variedad de texturas y sabores: algunos platos crudos, algunos con pescado y otros vegetarianos. Os recomiendo el rissotto de arroz negro con perfume de coco y crujiente de puerro. Además, también podemos degustar vinos biodinámicos y ecológicos o un licor de jengibre artesano.
Contacto
c/ San Domènec, 7
Sant Cugat del Vallès
Tel.: 93 633 95 35
Horario: Mediodías de lunes a sábado. Noches de viernes y sábado. Domingo cerrado.
Georgina Estapé
Blogger graduada en publicidad y relaciones públicas y estudiante de dietética