Había un tiempo en nuestra vida en el que perder peso era relativamente fácil. O, al menos, no engordábamos con el mínimo descuido. En cambio, ahora, a partir de los cuarenta años más o menos, la cosa se ha complicado.
¿Qué hace que de repente tengamos una barriga que antes no estaba o que ni nos planteemos comer igual que el resto de la familia? ¿Por qué ahora es tan fácil engordar y tan difícil adelgazar?
La caída de estrógenos durante el climaterio tiene un impacto a nivel sistémico
Lo que sucede es que, en torno a los cuarenta años más o menos, los ovarios comienzan a disminuir la producción de una hormona que, aunque se define como hormona sexual, tiene un impacto muy amplio en nuestra biología.
La producción de estradiol (son los estrógenos más activos) por parte de los ovarios comienza a caer durante el climaterio (etapa que precede a la menopausia), y esto significa que se va acabando nuestra vida fértil. Pero estas hormonas tienen múltiples funciones en el organismo, como proveer energía al cerebro.
El sistema nervioso central percibe esto como una amenaza –pues sin energía podríamos morir– e inicia una serie de reacciones que, de forma resumida, nos llevan a acumular más energía y a gastar menos. Engordas más fácil, quemas con mayor dificultad.
Pero, además, los estrógenos tienen un papel muy antiinflamatorio, con lo cual, tener menos afecta también a nivel inmunitario, e impacta por lo tanto en la composición corporal. Se trata de un tema muy complejo y, como explica una revisión científica de la prestigiosa revista Endocrine Society (2013), “las acciones de los estrógenos en el músculo, el hígado, el tejido adiposo y las células inmunitarias están involucradas en la sensibilidad a la insulina, así como en la prevención de la acumulación de grasa y la inflamación.”
Acompañar el proceso y volverlo a nuestro favor
Esto es normal y, de hecho, no es algo contra lo que podamos ni debamos pelear. Pero, si lo entendemos, es más fácil pensar una solución que no vaya en contra de nuestra naturaleza.
No podemos responder a la ganancia de peso igual que antes. Nuestra biología está en un proceso de cambio que requiere estrategias nuevas. Ya no sirve matarse de hambre durante un mes de operación bikini, ni tampoco sirven la mayoría de dietas a corto plazo que nos podían dar resultados en épocas en las que éramos más flexibles metabólicamente.
Perder peso a partir de los cuarenta es posible
Podemos hacer mucho para perder peso y, a la vez, encontrarnos más vitales que nunca.
Hay alimentos que nos ayudan a amortiguar la caída de estrógenos, ingredientes que nos permiten tener una microbiota intestinal que nos ayude a perder peso, comidas que le dan al cerebro esa señal de saciedad que ha perdido, o al cuerpo la energía que necesita para ponerse a quemar… hay un patrón de alimentación que permite ser eficiente a la hora de utilizar las calorías que se consumen.
Si quieres tomar las riendas de este proceso y conseguir perder peso de forma saludable, hemos lanzado la segunda edición de nuestro curso digital “Pierde peso, mujeres 40-50-60”, dedicado a que mejores tu composición corporal en este momento de la vida, pero también a que recuperes la vitalidad y el placer por comer. A los cincuenta años puedes sentirte mejor que a los treinta, si pones bien el foco.
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