El Valle Ecológico nació hace ya casi cinco años cuando Luis Muñoz, que actualmente participa en ¡La Colmena Que Dice Sí!, decidió cambiar su trabajo en la oficina de turismo de Herrera del Duque para reactivar la huerta de su abuelo y dedicarse profesionalmente a la agricultura. “Yo siempre he estado ligado al campo: desde pequeño he ayudado a mi abuelo en el campo y mi padre era ganadero. Así que, para mí, hacer este cambio surgió como algo natural”.
Pero trabajar el campo “no puede ser nunca una moda. A todo el mundo le gusta cultivar su propio huerto en casa, pero cuando hay que meterse “manos a la obra” y sembrar mil tomates, mil calabazas… cuidarlos, quitar la hierba a mano y poner paja para que el suelo quede esponjoso, irse a las siete de la mañana a coger las espinacas, que están congeladas… es duro”. Así que, aunque ha tenido apoyo de algunos trabajadores durante todos estos años, “la mayoría del tiempo he estado solo”. Eso significa que los pequeños productores acaban haciéndolo todo: entregar, hacer de comercial, de agricultor, trabajar en el ordenador. “Creo que es una de las razones por las que cuesta encontrar fruta y verdura ecológica en Madrid: es duro y no hay mucha gente que se lance a una agricultura ecológica y artesanal, a nivel profesional. Tirar adelante esto es muy difícil”.
Por suerte, actualmente ha dado un paso importante, ya que se ha asociado con Guille, otro productor, que dispone de más infraestructuras. Así que Luis se ha llevado la huerta allí, al Valle del Tiétar. “Esto nos ha permitido poder dar un mejor servicio, compartir trabajo y apoyarnos a nivel humano. De esta manera tenemos mucha más producción y hemos ampliado nuestro catálogo de productos. Guille se ocupa más de cultivar y yo de entregar y vender, y de este modo disponer del tiempo de estar más presente en las Colmenas para tener el contacto directo con el consumidor.”
Venta directa a través de las Colmenas
Aunque también entregan en algún grupo de consumo y en alguna tienda o restaurante, el principal canal de distribución ahora mismo en Madrid son las Colmenas. “Llevo con el proyecto desde el inicio, hace ya casi tres años, cuando sólo había dos Colmenas y era todo muy incipiente. Y aunque no me salía a cuenta los primeros meses, aposté porque me pareció una idea fabulosa, ya que tenía muy claro que no quería ser otro agricultor más que vendiera a las grandes distribuidoras. Mi filosofía siempre ha sido basada en la confianza entre productor y consumidor final, para que supieran dónde compraban; y las Colmenas hacen posible esta venta directa. Además, es la única vía que tenemos de ganar el dinero que corresponde al trabajo que hacemos, vendiendo al precio que realmente valen los productos. No puedo sembrar mil lechugas y venderlas a 0,3 céntimos. Así no puedo vivir y yo quiero seguir siendo fiel a esta agricultura ecológica, en la que se cultiva en dos o tres hectáreas y con un trabajo muy artesanal”.
La plataforma de ¡La Colmena Que Dice Sí! “nos da un salto cualitativo importante”, ya que por una parte son los propios productores que ponen sus propios precios y condiciones de comercialización, y además el consumidor tiene la confianza de encontrarse con muchos productores que siguen filosofías y maneras de producir parecidas. Y luego, por otra parte, está el alcance, la visibilidad, el llegar a muchos más sitios: “Al principio no paraba de dar vueltas por Madrid buscando dónde vender los productos… Abrirse mercado es lo más difícil. En cambio, en este modelo hay la figura del Responsable de Colmena, que nos ahorra las tareas de buscar consumidores y de gestionar la comunidad de consumo en el barrio, además del día de distribución. Ahora cada vez más gente quiere crear su propia Colmena, así que estas comunidades de barrio han crecido muchísimo. Actualmente tenemos 200 pedidos a la semana y estamos contentos”.
Lo ecológico es amar la tierra
Ante la pregunta de qué respondería a la gente que considera que la fruta y verdura ecológica es cara, Luis responde: “La gente se tendría que preguntar por qué la convencional es tan barata. La ecológica vale lo que tiene que valer. Aquí en mi zona, en la agricultura convencional, se paga el quilo de tomates a 0,06 céntimos. Además, es un tipo de agricultura en la que el agricultor tiene que estar todo el día fumigando, porque son tierras superexplotadas, donde el tomate que siembran ya sale muerto porque lo tienen que cultivar a base de abonos y fertilizantes químicos… y para que luego con una tonelada, saquen 60 euros. Ayer hasta vi en una tienda de Madrid, que vendían tomates a 0,49 céntimos. Quien quiera comprar tomates a ese precio está en su derecho, pero habría que preguntarse qué gana el agricultor, si de estos 0,49 céntimos tienen que sacar margen dos o tres intermediarios…”
Pero, además, entra la calidad del producto a nivel nutricional, ya que existen muchísimas diferencias entre un tomate ecológico y uno convencional: “entre los tres y cuatro últimos días de maduración es cuando el tomate coge todas sus propiedades y vitaminas, así que los tomates que no son locales y vienen de Latinoamérica por ejemplo, para que podamos comerlos en invierno, se han cortado un mes antes, maduran en una cámara frigorífica camino a España y ese tomate no tiene ningún valor nutricional”.
Y termina: “Para mí, el término ecológico no es el sello, que entiendo que se necesita para dar la confianza a un consumidor que no conoce este tipo de producción. Sino que va más allá; significa equilibrio, sostenibilidad, cuidar la naturaleza y ayudar a que siga su curso. Lo ecológico es amar la tierra y cuidarla para que siga viviendo y sea rica para cultivar”.
Dónde encontrar la fruta y verdura de El Valle Ecológico, a través de las Colmenas
Encontraréis la fruta y verdura ecológica de Luis de El Valle Ecológico en las siguientes Colmenas. Sólo hay que registrarse de manera gratuita para hacer el pedido online y recogerlo la misma semana en la Colmena más cercana.