¿Sabíais que el té matcha tiene sesenta veces más antioxidantes que las espinacas?¿Y veinte veces más que las frutas silvestres o la granada? De hecho, una taza de té matcha tiene diez veces más poder nutricional que una taza de té verde en infusión. Este maravilloso té es el que se utiliza en las famosas ceremonias del té en Japón.
¿Y dónde está la diferencia con el té verde que todos conocemos?
La gran diferencia está en que cuando tomas matcha consumes el 100% de sus hojas, beneficiándote de toda su calidad nutricional, mientras que, al infusionar un té verde en agua caliente, tan sólo unos pocos de sus nutrientes (antioxidantes, vitaminas y minerales) son extraídos.
Pero también la forma en la que se cultiva influye, pues este té se suele dejar unos veinte días a la sombra antes de su recolección, lo que incrementa enormemente la clorofila almacenada en sus hojas y por lo tanto su poder oxigenante, alcalinizante y desintoxicante (¡y también su precio!).
Al té matcha se le atribuyen numerosas cualidades, como que ayuda a perder peso y también a la concentración, pero sin lugar a dudas, la más importante es su alto poder antioxidante. Y ya sabemos que los antioxidantes nos defienden del envejecimiento prematuro (causado por radicales libres) así como de padecer enfermedades crónicas. En definitiva, cuanto más antioxidantes incluyamos en la dieta, ¡mejor!
Tiene un contenido especialmente alto en catequina, el tipo de antioxidante (flavonoide) más potente y beneficioso. Este tipo de antioxidante ha sido reconocido por sus inigualables propiedades anticancerígenas.
Además, hoy en día ya sabemos que el color verde es muy importante en la dieta. Este es el color de la clorofila, que oxigena sangre y células, es un potente desintoxicante, nos ayuda a eliminar metales pesados y químicos del cuerpo.
En la receta de hoy nos vamos a hacer una bebida deliciosa, ideal para calentarnos y reconfortarnos a media mañana. La receta la he hecho con la crema de avellana de Amandin (que viene con endulzante de arroz y avellanas), sin embargo, si se desea evitar el azúcar, se puede utilizar cualquier mantequilla de semillas o frutos secos (almendra, tahini, nueces…).
Probad esta bebida y enamoraros del matcha. ¡Cuidaros mucho mientras disfrutáis de una bebida deliciosa! No hay cosa más placentera que saber que os cuidáis mientras saboreáis algo que os encanta, ¿verdad?.
Eso sí, una cosa importante: hay que tener muy en cuenta que la temperatura con la que se prepara la bebida juega un papel rotundamente importante. Es importante preservar una temperatura moderada para no sobrecalentarlo, lo que haría perder enzimas y nutrientes (no se deben sobrepasar los 50 °C).
La receta
- Cantidad: 1persona
- Tiempo: 5 min
- Utensilios: batidora (opcional)
Ingredientes:
- 1 vaso de leche de avellanas ( ½ T – 80 g de avellanas crudas + 2 T – 500 ml agua)
- 2 C de crema de avellana
- 1 c de té matcha
- ¼ c de canela de Ceylán
- 1/8 c de cardamomo
Preparación:
- Para hacer la leche de avellana casera, poner las avellanas en remojo un mínimo de 8 horas (mediante este paso, no solo las reblandecemos, sino que también las “activamos”, ya que empieza el proceso de germinación, y son, así, mucho más fáciles de digerir, se inactivan antinutrientes, su calidad enzimática se enriquece y se vuelven alcalinas). Cuando hayan pasado las 8 h, descartar el agua de remojo, lavar bien bajo el grifo y triturar junto con el agua. Filtrar con una malla fina, bolsa para hacer leche vegetal o una tela limpia.Alternativamente se puede utilizar una leche comprada.
- Calentar 250 ml de esta leche en un cazo, con mucho cuidado de no sobrecalentar.
- Poner todos los ingredientes en una batidora y batir hasta obtener una bebida cremosa y con espuma (alternativamente se puede mezclar todo bien en una taza o utilizar una escobilla especial para batir té matcha)..
