A todos nos gusta disfrutar algún día de un tipo de comida diferente a lo habitual, especial y aparentemente menos saludable y que asociamos a días de fiesta o al hecho de comer fuera de casa. Pero ¿qué pasaría si os digo que es posible cenar una pizza o unos tacos saludables? Hoy os traigo los tacos; la pizza la dejamos para otro día, ¿de acuerdo?
El taco, de origen mexicano, no es más que una “tortilla” de maíz (aunque también los hay de trigo) enrollada. Los mexicanos lo comen así, tal cual, como acompañamiento de sopas o platos más bien con una consistencia líquida. Otras veces, sin embargo, la sirven con alguna salsa, aliño o acompañamiento propio de cada región. Actualmente, la visión que podemos tener del taco a menudo está influenciada por la gastronomía de Texas, Estados Unidos, donde es un plato en sí, una comida rápida que consiste en doblar una tortilla en forma de U (los mexicanos lo comen enrollado) y rellenarla con ingredientes como alubias (frijoles), queso fundido, guacamole, chile y otras especias picantes.
Hay diferentes tipos de tacos; los que más conocemos nosotros son los burritos (hechos con harina de trigo y rellenos con carne picada y judías fritas) o los ahogados, como las enchiladas (hechos con harina de maíz y rellenos de carne de pollo).
Los tacos que presento en esta receta no tienen gluten, ya que están hechos con tortilla de maíz, y son veganos, es decir, sin ningún tipo de producto de origen animal. Como son tacos sobre todo a base de verduras son más fáciles de digerir; importantísimo en cualquier comida y sobre todo por la noche. Ahora bien, recordad siempre cenar pronto y dejar cuatro horas desde la hora de la comida hasta el momento de irse a la cama, si la cena ha sido copiosa. Cenar ligero y pronto nos asegura un sueño reparador y energía y vitalidad para el día siguiente.
Todos los tacos de la receta permiten variaciones; os invito a experimentar con las mezclas de verduras y salsas. No se trata de hacer una cena con los tres tipos de tacos; simplemente aquí se trata de presentar opciones diferentes. Yo los suelo hacer con las verduras crudas o cocinadas que tengo en la nevera y entonces simplemente hago alguna salsa crudivegana rápida. Lo más fácil de hacer y de digerir es optar por un tipo de relleno de tacos y hacerlos todos iguales. En la cocina y los intestinos “menos es más”; es decir, a menos mezclas, más facilidad de preparar y limpiar la cocina, y más fácil también, sobre todo, de digerir.
¡Buen provecho!
Para hacer la base de los tacos:
- Calentar la tortilla de maíz (he usado de la marca Nagual comprada en Biospace) por los dos lados en una sartén sin aceite hasta que recupere la flexibilidad inicial. Una vez abierto se deben guardar el resto de tortillas en la nevera.
TACO 1
- 1 tortilla de maíz.
- Kale (col rizada) hecha al horno con un poco de aceite de oliva virgen extra ecológico de primera prensada en frío (AOVE) + sal marina sin refinar + levadura nutricional al gusto.
- Salsa de anacardos crudivegana: triturar 1 taza de anacardos (previamente remojados mínimo durante 30 minutos) + 2 cucharadas de vinagre de sidra de manzana no pasteurizado + una cucharadita de zumo de limón + un poco de sal marina sin refinar.
- La salsa sobrante se puede guardar para acompañar unas verduras o ensalada, o se puede triturar con alguna fruta dulce para hacer un yogur vegano delicioso sin azúcar para tomar a media mañana o media tarde.
TACO 2
- Aguacate cortado en láminas finas.
- Tomates cherry.
- Germinados (los de la foto son de brócoli).
- Paté de aceitunas y ajo.
TACO 3
- Zanahoria rallada.
- Calabacín a la plancha.
- Puerro salteado con aceite de oliva y sal durante 7 minutos.
- Salsa guacamole con ajo negro: triturar 1 aguacate + 1 diente de ajo negro + zumo de medio limón + sal marina sin refinar.
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