proteinas

El deportista de resistencia, como el corredor, el nadador o el ciclista, suele centrar la atención en el consumo de hidratos de carbono, que es lo que le permite aguantar durante las largas jornadas de entrenamientos y competiciones. A menudo, sin embargo, estos deportistas desatienden el consumo de proteínas, clave también en el rendimiento. Hoy veremos que en el deporte de resistencia también hay una mayor necesidad de proteínas y que un consumo adecuado tendrá implicaciones en el desarrollo de la práctica deportiva.

Las proteínas son macromoléculas formadas por la unión de centenares o miles de aminoácidos. Los aminoácidos se dividen en aminoácidos esenciales y no esenciales. Los esenciales son los que no elabora el organismo y que se deben incorporar mediante la dieta; los no esenciales son los que sintetiza el metabolismo.

Funciones de las proteínas

Estructural: forman parte de las estructuras corporales, y suministran el material necesario para el crecimiento y la reparación de tejidos y de órganos del cuerpo.

Reguladora: algunas proteínas colaboran en la regulación de la actividad de determinadas células. Esta función reguladora es tan importante que en el cuerpo tenemos hormonas de naturaleza proteica; enzimas de proteínas que favorecen múltiples reacciones orgánicas y algunos neurotransmisores con estructura de aminoácido o derivados.

Defensiva: forman parte del sistema inmunológico o defensas del organismo (anticuerpos, inmunoglobulinas).
Intervienen en procesos de coagulación: impiden que, cuando un vaso sanguíneo se daña, perdamos sangre.

Transporte de sustancias: transportan grasas (apoproteínas), oxígeno (hemoglobina); también facilitan la entrada a las células (transportadoras de membrana) de sustancias como la glucosa, aminoácidos, etc.

Energética: cuando la aportación de hidratos de carbono y grasas resulta insuficiente para cubrir las necesidades energéticas, los aminoácidos de las proteínas se utilizan como combustible energético (1 gramo de proteína suministra 4 Kcal).

  • Los aminoácidos son fundamentales para el buen funcionamiento del organismo. Para una persona adulta, los aminoácidos esenciales son ocho, mientras que durante el crecimiento hacen falta dos más.
  • Aminoácidos esenciales: fenilalanina, leucina, isoleucina, lisina, metionina, treonina, triptófano y valina. Durante la infancia y la adolescencia: arginina y histidina.
  • Aminoácidos no esenciales: alanina, cisteína, cistina, glicinia, hidroxiprolina, prolina, serina, tirosina, ácido aspártico, y glutámico.

El consumo de estas proteínas es fundamental para al buen funcionamiento de multitud de funciones del cuerpo. Si el consumo de proteínas es insuficiente, o si las que consumimos son de baja calidad, el cuerpo tenderá a “comerse” las proteínas propias y, por lo tanto, disminuirá la masa muscular, lo que comportará una disminución de la fuerza y de la resistencia; dos calidades imprescindibles en el deporte.

Las proteínas que ingerimos son descompuestas durante la digestión. Los aminoácidos que se derivan de ellas atraviesan la barrera intestinal y son distribuidos –a través de la sangre– por todo el organismo hacia las células. Es aquí donde son consumidos durante la fabricación y síntesis de proteínas estructurales, enzimas, hormonas y neurotransmisores, todos necesarios e imprescindibles para la vida.

Núria Serra
Núria Serra

Bióloga