Tener obesidad es una patología actual. Desde el inicio de la agricultura y la ganadería, hace ocho mil años, el ser humano empezó a hacer menos ejercicio, siendo este uno de los factores que favoreció el inicio de la obesidad.
Somos hijos del hambre, ya que nuestra especie se tuvo que adaptar a cientos de miles de años de penuria alimentaria. Así es como mutamos y adquirimos el genotipo ahorrador. Unos genes que, actualmente, en una época de abundancia permanente, pueden ser responsables de la obesidad de mucha gente y de muchas otras enfermedades de la opulencia.
Ya veis que este libro nos advierte de qué mal tenemos que morir (bueno, es una manera de hablar…). Campillo nos cuenta de dónde venimos y hacia dónde vamos, y retrata la evolución humana y la evolución de las enfermedades.
¿El diseño de nuestro organismo se corresponde con el estilo de vida actual? ¿Qué papel tienen nuestros genes en la aparición de determinadas enfermedades? La diabetes, la hipertensión, la arteriosclerosis, el cáncer son, como afirma Campillo, “enfermedades de la opulencia”?
Tenemos claro que en la prehistoria no había ni estrés, ni tabaco, ni alcohol… Tal vez, después de la lectura de Campillo, deberíamos recuperar ideas de aquel estilo de vida.
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