Hace unas semanas que la vemos en La2 presentando el flamante programa “Menja’t el món” (“Cómete el mundo”). Marta Vergés, coach nutricional, es risueña y energética e impregna todos sus proyectos con este don. Por ello, Kalegria, el proyecto profesional que comenzó con talleres de cocina y que ha ido creciendo, tiene el nombre que tiene. Este Sant Jordi seguiréis encontrando su libro de recetas en tarro. Ya lo veis. Ha pasado de comerte el tarro a comerse el mundo.
Hace pocas semanas que presentas tu primer programa de televisión, aunque semanas atrás te habías estrenado en Movistar como colaboradora. ¡Eres la mujer healthy televisiva del momento! ¿Cómo va el programa de tele?
¡Muy bien! Ha tenido muy buena acogida. Los comentarios que recibimos son muy positivos. Estamos muy contentos porque nos dicen que es un programa con alma y es un objetivo que nos propusimos transmitir por encima de todo. Rigor, pero con algo más. Integrar la parte científica, la emocional y la creativa. Es muy gratificante sentir que hemos conseguido llegar a mucho tipo de gente diferente de forma positiva. Es un programa abierto a todos que no etiqueta.
Cuéntame cómo es eso de hacer un programa de contenidos a menudo “alternativos” en una televisión generalista. ¿Qué notas?
Creamos este programa con Carles Sànchez, el guionista y codirector, que me lo hizo a medida. Lo que más me gusta es que lo hemos creado con libertad total de explicar lo que queríamos decir y cómo lo queríamos decir. Teníamos un sueño y lo queríamos disfrutar. Nuestra primera sorpresa fue que gustara a una de las productoras visualmente más potentes del país, y que nos propusieran trabajar juntos. Esto nos ayudó mucho a ser visibles para la televisión generalista. Pero lo mejor de todo es que, cuando se lo quedó TVE Catalunya, no nos discutieron ni una coma del contenido. Han tenido confianza ciega, porque, aunque tocamos temas que podrían ser controvertidos, se hace con mucho respeto y con un estilo muy fresco. Notamos que los espectadores se están enganchando a este mensaje integrador. Esta combinación de explicar las cosas como son y a la vez reconocer que no podemos dar lecciones de coherencia absoluta, hacer que la gente se identifique, se acerque y quiera escuchar.
¿Qué nos hace falta para hacer programas de este tipo en horario de máxima audiencia?
Pues, por un lado, si cada vez hay más interés social por estos temas, las cadenas observarán que pueden tener una audiencia interesante. Esto ya empieza a pasar. Pero aún son las cadenas que no dependen de anunciantes involucrados en alimentación procesada las que más arriesgan. Por otra parte, faltan propuestas estimulantes y entretenidas que expliquen las cosas de una forma que enganche la gente.
¿Cuál ha sido el tema que más interés ha despertado hasta ahora y por qué?
Lo que más nos comentan, lo que es más nuevo, es el hecho de que se hable de la alimentación desde el punto de vista de las emociones. En los medios de comunicación siempre se suele hacer desde el punto de vista científico o gastronómico. Además, el tema del azúcar escondido en los alimentos envasados también ha generado muchos comentarios.
En el primer capítulo explicas que tuviste un trastorno alimentario.
Yo era una comedora emocional. Cualquier cambio emocional me hacía comer compulsivamente como una solución para no sentir lo que no sabía manejar. Quizás, por ello, entiendo tan bien esta relación entre las emociones y la alimentación.
Diría que recuerdo cuando empezaste. Creo recordar, incluso, el lugar donde nos conocimos a través de Carla. Era en la Casa Elizalde. ¿Puede ser?
Sí, ¡correcto! ¡Buf! Hace muy poco, pero a la vez parece que haga muchos años, porque han pasado muchas cosas en este tiempo. Entonces hacía poco que habías comenzado Soycomocomo y, mira ahora, ya has hecho dos festivales y te has convertido en la pionera que ha creado el movimiento healthy más grande de Catalunya. Admiro muchísimo tu trabajo; eres imparable. Has ayudado a mucha gente a hacer que se sienta acompañada en una comunidad fuerte y unida y con una imagen y lenguaje muy actual.
Han pasado pocos años y tu evolución ha ido a velocidad de crucero. ¿Cómo llegó Kalegria y qué querías aportar de diferente a la comunidad healthy?
Kalegria era una necesidad que me nacía de las entrañas; hacía tiempo que quería emprender en algo que aportara valor. Me había pasado muchos años trabajando para ganar dinero para llegar a fin de mes, pero necesitaba que mi trabajo tuviera un sentido más allá. Más que preguntarme qué podía ofrecer de diferente, me pregunté qué podía ofrecer que me saliera de forma natural y que pudiera ser un valor personalizado, y sentí claramente que era mi alegría, mi forma desenfadada de ver el mundo y de quitar hierro a las cosas. Y sentí que, dentro del ámbito de la alimentación, hacía falta una normalización en este sentido, ya que arrastramos mucha culpa. Quiero transmitir ganas y alegría para hacer cambios; sustituir los sacrificios por el entretenimiento. Y así, como un juego, empezar a probar.
Hablemos de Cómete el tarro, ahora. Lo de los tarros fue una moda, pero en este caso, y en tu libro lo demuestras, hay una base alimentaria que es válida hagas tarros, fiambreras o platos de cerámica.
Sí, me centré en los tarros de vidrio porque era un buen vehículo visual que aportaba una novedad a la fiambrera de siempre. Pero sobre todo me gustaba por el tema de dejar de lado el plástico.
Pero, como dices, podemos utilizar otro contenedor. La base alimentaria a la que me refiero en este libro va enfocada a tener digestiones más ligeras y muchos nutrientes biodisponibles. El resultado es ganar energía y superar la sensación de sueño por la tarde. Un buen proceso digestivo de principio a fin y un buen aprovechamiento de los nutrientes son uno de los pilares para tener salud.
Recordemos a la gente qué son los tarros y cómo se montan.
El hábito de prepararse la comida dentro de un tarro de vidrio, además de ser muy estético, es una fórmula que permite conservar más días los alimentos. Así pues, durante el fin de semana, que es cuando tenemos tiempo de hacer la compra fresca y de preparar comida, podemos elaborar los cinco recipientes que necesitaremos para pasar la semana y comer en el trabajo. Hay una forma de montarlos que también ayuda a que se conserven más tiempo. Es importante que los alimentos que sueltan agua queden siempre en la primera capa del fondo del tarro, para que no mojen ni dañen los vegetales de otras capas. Después colocaremos las capas de alimentos que pesen más. Así pues, acabaremos con los alimentos más secos, que pesen menos y que sean más vulnerables, como, por ejemplo, las hojas verdes.
Hay recetas muy sencillas. ¡Tu mousse de cacao es un imprescindible para mí!
La verdad es que comer sano puede ser muy fácil. La mayoría de recetas saludables no son nada complicadas y se hacen rápido. Solo hace falta empezar y encontrar unas horas para cocinar recetas nuevas, que, una vez integradas, se harán de forma automática. Y sobre todo permitirnos equivocarnos si no nos sale a la primera.
¿Eres vegana?
Soy demasiado curiosa y creativa para agarrarme a una etiqueta. Estoy en constante evolución. He pasado por muchas formas de comer consciente (vegetarianismo, macrobiótica, veganismo, crudiveganismo…) y, por fin, he conseguido escucharme. La alimentación que me va bien, y que tomo, se basa en vegetales ecológicos (muchísima verdura, fruta, semillas, frutos secos, legumbres y cereales). Tengo una gran sensibilidad por los animales que, a medida que me alimento conscientemente, va creciendo, pero a la vez hace tiempo que dejé de ser dogmática, así que, si un día puntual tengo que comer un huevo o un yogur, no siento ninguna contradicción. Lo que ya hace muchos años que no como, y que mi cuerpo y mente no toleran es la carne y derivados.
He visto un ingrediente muy repetido en las recetas que te debe gustar mucho. Los tomates secos...
¡Me encantan! Es un ingrediente muy mediterráneo que da un toque de proximidad ya la vez mucho sabor. Además, se conservan muy bien. Me gusta mucho macerarlos durante meses con hierbas y un buen aceite de oliva virgen.
Y hablando de la vida y tu carrera en general ahora... Te veo muy activa, con mucha marcha. ¿Dónde te veremos y qué te veremos hacer los próximos cinco años, Marta?
¡Pues seguiré activa! Porque soy una marchosa. Hace tres años, cuando empecé con el proyecto Kalegria, no me podía ni imaginar que hoy presentaría un programa propio, así que no pienso demasiado en cosas concretas para no ponerme límites. Lo que sí me mantiene activa es embarcarme siempre en lo que me hace ilusión. Y ahora me hace mucha ilusión la oportunidad de seguir explorando en el ámbito de la creatividad comunicativa con el hilo conductor de crear buenos hábitos de salud y alimentación.
Hay un rasgo que deja alucinada la gente. Si no quieres, no contestes, pero es una demostración irrefutable de que la alimentación sana da vida energía y juventud y es que ¡parece que tengas quince años menos!
Oh, ¡gracias! La alimentación ayuda muchísimo, pero uno de los alimentos más importantes es regar la ilusión por las cosas. Por suerte, soy una persona que se ilusiona fácilmente. Y cuando pierdo la ilusión, la busco en otro sitio. Realmente es mi motor.