Esta mujer desprende luz. En su blog, con sus recetas, en los vídeos que cuelga en Facebook y con sus cursos online. Y de ella nos enamoró que, de todas las recetas buenísimas de nuestro recetario tradicional, siempre encuentre la mejor forma de seguir disfrutándolas y que sean 100% sanas.
¿Cómo y cuándo has aprendido a cocinar?
Aprendí a cocinar desde muy pequeña. Siempre me ha gustado mucho, mucho comer y, si quieres alimentarte bien, tienes que cocinar tú y no depender de nadie más. Para mí es uno de los grandes placeres de la vida y soy incapaz de comer algo que no me guste. Siempre fui autodidacta y he recuperado muchas recetas de mi familia.
¿De dónde viene el interés por la comida saludable?
Hace unos años empecé a sentirme muy cansada y un médico me cambió la alimentación. Sentí que volvía a nacer y un mundo nuevo se abría ante mí, ante una nueva forma de comer. Me enamoré de este estilo de vida, lleno de vitalidad y de un sin fin de nuevos alimentos. Lo que para muchos es un drama, para mí fue la aventura de mi vida. Me encanta descubrir cosas nuevas y observar los cambios. Lo que más me enganchó fue la sensación de sentirme bien después de cada comida. ¡Es maravilloso!
¿Has hecho estudios formales de cocina? ¿Y de dietética?
No he estudiado nada de cocina, pero mi sueño tampoco es convertirme en chef, ni mucho menos. Mi misión es ayudar a la gente a cuidarse, a comer bien y, sobre todo, a disfrutar de la comida. Por eso mis estudios están más relacionados con este vertiente. Soy coach nutricional y experta en nutrición natural y holística.
¿Cuál fue el primer plato que versionaste? ¿Y cuál es tu plato versionado preferido?
Creo que todo en esta vida tiene un lado positivo e pasa igual con las recetas. Toda tiene su versión saludable y me encanta adaptarlas. En esta vida no hay que prescindir de lo que nos gusta sino elegirlo en su mejor versión. Mis platos favoritos versionados… ¡Qué difícil! Me gustan tantos que no puedo decirme por uno solo. Si tengo que elegir, me quedaría con la pizza o las croquetas. ¡Madre, qué rico solo de pensarlo! ¡Y hay una versión sana para ellas!
¿Qué cosa no puede faltar en la cocina de Lucía Gómez?
Sin duda alguna, la levadura nutricional. ¡Estoy enganchadísima! También los limones y la batidora. Soy súper práctica y me encantan las máquinas que me hacen la vida mucho más fácil. ¡Ah, y mucha, mucha verdura!
¿Cómo desarrollas actualmente esta pasión por la alimentación sana?
En este momento, doy cursos de cocina, tanto presenciales como online a través del blog cocinandoelcambio.com. También imparto charlas, colaboro con revistas y paso consulta como coach.
¿Te identificas con alguna corriente de alimentación?
¡Uy, no! No me gustan nada las etiquetas, te vuelven esclavo de esa religión. Yo creo que todas son buenas: macrobiótica, crudivegana, ayurveda, etc., aunque sería incapaz de ser tan estricta con mi dieta. Creo que, al final, te genera más estrés que otra cosa, o por lo menos a mí. Es importante sentirte libre y adaptar tu alimentación a tu estilo de vida y procurar quitar los tóxicos como el azúcar, el trigo, los lácteos y reducir las proteínas animales. Si me tuviera que definir dentro de alguna, me quedaría con la flexivegetariana. Ser flexibles nos relaja y nos permite disfrutar.
¿Cuál es tu restaurante favorito de Madrid? ¿Por qué?
Tengo muchos favoritos. Me encanta Vega, Botanique y uno nuevo que acabo de descubrir: Olivia te cuida. Me gustan porque tienen muchísimas opciones y saben preparar las verduras como nadie. ¿He dicho ya que me fascinan las verduras?
¿Un cocinero que te inspire?
Sin ninguna duda, mi abuela. Ella, con dos cositas, te hacía verdaderos manjares. Yo considero que las grandes cocineras del mundo son las abuelas, y la mía era la mejor. Ahora estoy intentando recuperar sus recetas pero con un toque más saludable, si cabe.
Estoy intentando recuperar recetas de mi abuela y darles un toque más saludable, si cabe.
¿Qué otras aficiones tienes?
Me encanta la naturaleza y los animales. Me crié en el campo, en una escuela libre, y cuando estoy en él lo siento realmente mi casa. Me gusta mi familia, mi incondicional compañero y mis gatos. ¡Soy tan feliz! También me gusta viajar y descubrir ingredientes nuevos, además de la fotografía y el cine.
¿Tienes algún sueño por cumplir?
Cada día que me levanto tengo por lo menos tres. Soy soñadora como nadie. Y me entusiasmo con las pequeñas cosas de la vida. Pero si me tengo que quedar con “el gran sueño” diría: poder ayudar a más personas para que, cada vez, disfruten de una alimentación más saludable. Creo que es la herramienta perfecta para ser mejores personas.