Para los niños que tienen problemas para comer verduras, el pan con tomate es ideal. “Debido a la gran necesidad que tiene el organismo de comer diariamente alimentos que contengan vitamina C, añadir mucho tomate al pan nos permitirá introducir esta vitamina discretamente a la dieta”, escribe Pilar Senpau en el libro Dieta catalana y salud. Y sigue: “Sin la vitamina C que nos aportan las hortalizas no se puede vivir ni ser feliz, porque el cuerpo no la puede fabricar y la necesita para muchas funciones, como por ejemplo razonar y sentir”.
¿Pero qué pan y qué tomate son ideales? El médico Jorge Pérez-Calvo alerta sobre el tipo de pan no recomendable: “Pan horneado, que no haya sido elaborado con ingredientes biológicos ni levadura madre, ni tampoco el pan preparado con harinas refinadas”. De hecho, él mismo añade el pan a la lista de alimentos que conviene evitar o reducir al máximo (en la lista aparecen el azúcar y la miel en el número 1; el pan ocupa las últimas posiciones).
¿Cómo preparáis el pan con tomate?
Hay teorías para todos los gustos a la hora de preparar el pan con tomate. Algunos mojan el pan con el tomate por los dos lados pero solo ponen aceite en una. Otros solo por uno. Además hay gente que pone una pizca de sal (el médico Jorge Pérez-Calvo recomienda siempre sal marina, sal rosa del Himalaya; y los aceites de primera presión en frío). ¿Cómo lo hacéis vosotros?
Además, la especialista en nutrición y salud Olga Cuevas afirma en el libro El equilibrio a través de la alimentación que “el mejor pan es el integral de masa madre y hecho con harina de cultivo biológico”. Ella misma cuenta qué es la masa madre y por qué es tan importante: “La masa madre se obtiene a partir de microorganismos (bacterias lácticas, bacterias acéticas y levaduras) que se desarrollan en la harina completa por el hecho de amasarla y de dejarla en reposo. La masa es predigerida y favorece la asimilación de los nutrientes y la flora bacteriana intestinal se beneficia por la presencia de las bacterias desarrolladas en la fermentación”.
Finalmente, los tomates. El zumo de tomate de producción agrícola ecológica tiene más componentes fenólicos –que son los que nos protegen contra algunas enfermedades– que no los producidos con tomates de cultivo convencional. Lo asegura un estudio liderado por Rosa M. Lamuela, profesora del departamento de Nutrición y Bromatología de la UB, y publicado a la revista electrónica Food Chemistry.
Así pues, con un buen pan y un buen tomate, podemos seguir la fórmula de la cocinera Carme Ruscalleda para atraer a los niños: mientras se va mojando el tomate se van diciendo los nombres de la semana; cuando se llega al domingo, se acaba de mojar el pan con el tomate.