Cada día usamos productos que entran en contacto con nuestra piel y mucosas: champús, geles, pasta de dientes, colonias, maquillaje, cremas hidratantes, desodorantes… y a menudo no les prestamos mucha atención, pero pueden contener sustancias nocivas que tienen la capacidad de penetrar en el organismo y alterarlo.
Los químicos más habituales que podemos encontrar en los champús son:
Tensioactivos:
- Sodium Laureth Sulfate (Lauril éter sulfato de sodio)
- Sodium Lauryl Sulfate (Lauril sulfato de sodio)
- Cocamidopropyl Betaine (Cocamidopropil betaína)
Siliconas:
- Dimethicone (Dimeticona)
- Dimethiconol (Dimeticonol)
- Phenyl Thrimeticone (Feniltrimeticona)
- Amodimethicone (Amodimeticona)
- Cyclomethicone (Ciclometicona)
Sales:
- Sodium Cloride (cloruro de sodio)
- Sodium Sulfate (sulfato de sodio)
- Ammonium Chloride (cloruro de amonio)
- PPG-9
Alcoholes:
- Methylcholoroisothiazdinone
- Methylisothiazdinone
Aceites minerales:
- Petrolatum
- Paraffinum Liquidum (Parafina líquida)
Los tensioactivos son sustancias agresivas que eliminan los aceites naturales del cabello y hacen que se sequen. Esta sequedad se compensa con la acción de las siliconas, que producen una hidratación artificial, pero que a la vez sólo pueden ser eliminadas con los tensioactivos. Es un círculo vicioso que nos roba la hidratación natural del cabello y que termina haciendo que cada vez necesitemos lavarnos el pelo más a menudo.
Por tanto, son sustancias que, aunque parezca que mejoran el aspecto del pelo, en el fondo, lo desnutren y estropean.
Por otra parte, al lavarnos la cabeza, el champú entra en contacto con los poros capilares (dilatados por el agua caliente), por lo que es muy fácil que estas sustancias químicas entren y pasen al torrente sanguíneo.
El problema, sin embargo, no es que utilicemos puntualmente un producto con estos ingredientes; lo grave es el efecto acumulativo que tienen estos ingredientes si los usamos habitualmente y el efecto cóctel que podrían tener entre sí.
Una de las conclusiones de los investigadores es que algunos de estos químicos podrían actuar como disruptores endocrinos, e interferir en el sistema reproductor tanto masculino como femenino. Además, también se pueden ir acumulando en órganos vitales y alterarlos.
Encima, algunas de estas sustancias, como las parafinas y aceites minerales, tapan los poros de la piel, impiden que respire bien, la resecan y pueden causar reacciones alérgicas.
Es importante, pues, comprar champús que no contengan sulfatos, parabenos, siliconas, alcoholes ni aceites minerales.
Hay que tener en cuenta, también, que algunos productos, como las siliconas, son derivados del petróleo y no son biodegradables, por lo que además contaminan el medio ambiente.
Por todo ello, es vital apostar por champús naturales y orgánicos que eviten al máximo todos estos ingredientes nocivos y que nos nutran e hidraten el cabello y el cuero cabelludo respetando el equilibrio natural.
Habitualmente, son champús elaborados con derivados de azúcares vegetales, plantas y aceites esenciales orgánicos, y además ¡suelen oler de maravilla!
A continuación, citamos tres ingredientes que pueden contener algunos champús naturales y os explicamos sus beneficios:
El aceite de coco
El aceite de coco virgen en los champús va muy bien para reconstruir el cabello dañado, ya que gracias a su estructura molecular puede penetrar en el pelo, repararlo y prevenir que se estropee desde dentro hacia fuera.
Tiene propiedades antibióticas y antimicrobianas, lo que puede ser especialmente beneficioso en personas con pieles delicadas, irritadas o inflamadas. Además, hidrata y tiene efecto acondicionador.
El ginkgo
Es un árbol de origen chino considerado uno de los mejores remedios para mejorar la circulación sanguínea. Los principios activos de esta planta regulan la circulación mediante una acción vasodilatadora arterial y vasoconstrictora venosa. También mejora la circulación capilar a consecuencia de favorecer el riego sanguíneo en los tejidos.
El ginkgo actúa como un tratamiento de fuerza en el cabello, ya que facilita la circulación y fortalece la actividad celular desde la raíz.
La salvia
La salvia es una planta con propiedades medicinales gracias a sus aceites esenciales. En los champús, es un aliado excelente para mantener el cabello saludable y en buen estado, ya que ayuda a eliminar la caspa y aporta vigor y brillo. Mejora el estado del cuero cabelludo y relaja la piel.
Aparte, puede actuar como tinte natural, ya que aporta un tono castaño y puede ayudar a disimular las canas. Es una buena alternativa a los tintes comerciales y químicos, que pueden dañar el cabello.