Básicamente, los criterios diagnósticos aún no están consensuados y la enfermedad como tal no tiene un estatus oficial, si no que pertenece a un cajón de sastre llamado “trastornos de conducto alimentaria no especificados”, TCANE.

Toda la información sesgada que hay sobre la ortorexia hace que gente que intenta cuidar la alimentación sin obsesionarse se asuste. La mayoría de los hábitos de los ortoréxicos coinciden con los de las personas que intentamos hacer una dieta saludable, claro, pero con una diferencia fundamental: todo eso se hace de una forma obsesiva sin tolerar alternativas. Consumir alimentos ecológicos y no comer carne, por ejemplo, no son conductas que puedan definir a un ortoréxico, ni mucho menos. Más adelante veremos algunas preguntas que se están haciendo servir en tests de detección de ortorexia y que están proporcionando una relación alta entre la enfermedad y diferentes conductas de los individuos encuestados.

mujer tomate

La ortorexia es una obsesión por comer alimentos “considerados” sanos. La busca de una alimentación saludable se convierte en una relación enfermiza con el acto de comer. A medida que se obsesionan más y más, los ortoréxicos van restringiendo los alimentos que consumen porque no los consideran saludables. También cambian la manera de preparar y de cocinar los alimentos y los materiales que utilizan de una forma radical y sin tolerar alternativas ni matices a sus decisiones. El hecho es que la mente de un ortoréxico invierte cada vez más tiempo en lograr su objetivo, y con mucha probabilidad respondería afirmativamente a las preguntas:

“¿Dedicas más de tres horas al día a pensar en tu dieta saludable?”

Comer acaba pasando a ser un ritual complicadísimo cada vez más difícil de mantener. Incluso puede ir más allá de la alimentación y afectar a la ropa que se utiliza: tejidos orgánicos, libres de tintes tóxicos. Es entonces cuando el sentimiento de culpabilidad acostumbra a aparecer porque no se cumplen todas las normas que se van imponiendo. Llevar a cabo todos los requisitos construidos en torno a la alimentación hace que los ortoréxicos se aíslen socialmente para no comer alimentos de procedencia dudosa en comidas familiares, en casa de amigos o en restaurantes.

“¿Tu forma de alimentarte te ha aislado socialmente?”

Desarrollar ortorexia depende de muchos factores que aún se deben estudiar, pero hay algunos rasgos que se han detectado en bastantes pacientes. Por ejemplo, la búsqueda de sensación de control a través de una dieta saludable y la búsqueda de seguridad. También se puede desarrollar como mecanismo para esconderse de la realidad: un hecho traumático o una situación que no se puede superar. Otros motivos que desencadenan una obsesión extrema por la comida saludable pueden ser la búsqueda espiritual o religiosa a través de una forma de alimentarse pura o sagrada, o también empezar con dietas “curativas” para superar una enfermedad que acaban convirtiéndose en dietas muy limitadas.

manzana

“¿Conforme ha aumentado la calidad de tu dieta, ha disminuido tu bienestar?”

La ortorexia es una enfermedad muy difícil de detectar. Incluso el entorno más próximo del afectado puede tener dificultades para percatarse de ello. Por eso hay casos que se detectan muy tarde, cuando el individuo está desnutrido y totalmente inmerso en el afán de alimentarse saludablemente. En este punto es necesario un tratamiento médico para corregir el estado nutricional del enfermo, que puede rechazar incluso fármacos o suero. Convencerlo de que su conducta lo está perjudicando es una tarea difícil porque cree que todo lo que hace es por salud. Poco a poco, con la ayuda de un psicoterapeuta, deberá conquistar su vida de nuevo, y deshacerse de las obsesiones por la comida sana.

La ortorexia puede ser una enfermedad muy grave, sin embargo, hoy día, no tiene una incidencia muy alta. Como ya hemos dicho, podría ser que la tendencia vaya al alza, pero nos falta una base sólida para el diagnóstico y, a partir de aquí, hacer un seguimiento. mientras tanto, es importante remarcar que, sin llegar a niveles patológicos, muchas personas se preocupan por la comida e incluso pueden llegar a angustiarse. A toda esta gente –entre la cual me incluyo a mí mismo en alguna etapa de la vida– le quiero decir que hable con algún profesional si tiene su oportunidad. Nos puede ayudar muchísimo de una forma muy sencilla resolviendo dudas y preocupaciones que muchas veces no tienen razón de ser.

Todos tenemos el derecho y debemos tener la posibilidad de alimentarnos de una forma saludable. Sin miedos y sin complicaciones. Acercándonos a los alimentos con seguridad e ilusión.

Bibliografía:

  • Varga, B. Konkolÿ, S. Dukay-Szabó, F. Túry, E.F. van Furth. “When eating healthy is not healthy: orthorexia nervosa and its measurement with the ORTO-15 in Hungary” BMC Psychiatry 2014
  • Aranceta Bartrina, Javier “Ortoréxia o la obsesión por la dieta saludable” Archivos Latinoamericanos de Nutrición Vol. 57 Nº 4, 2007
  • Mabel Gracia Arnaiz et al.“Els trastorns alimentaris a Catalunya – Una aproximació antropològica¨ Generalitat de Catalunya 2007
  • Catalina, M. L. Bote, B. Garcia, F. Ríos, B. (2005). “Ortorexia nerviosa. ¿Un nuevo trastorno de la conducta alimentaria?”. Actas Españolas de Psiquiatría, 33(1): 66-68.

Artículo escrito por:

Foto_carnet_26.09.2014Ferran Tusquellas Mateo
Nutricionista-Dietista
ftusquellas@gmail.com