¿Qué básicos debemos tener en cuenta cuando llega el verano?

Con el calor tenemos menos hambre, pero tendemos a pasar picando cualquier cosa. Nuestra alimentación en verano debe basarse en frutas y verduras de temporada que nos hidraten bien, además de aportarnos fibra, vitaminas y sales minerales. Frutas y verduras serán nuestras aliadas: hidratan y son fuente de fibra, agua, vitaminas y sales minerales. Pensemos en el gazpacho y las sopas frías, que resultan tan saludables. Como todo el año, el objetivo será alcanzar las cinco raciones diarias de frutas y verduras (unos 400 g), pero tengamos cuidado y no nos pasemos con la fruta, recordemos que, por apetecible que resulte, contiene azúcares y no conviene excederse. Además, es muy importante realizar actividad física regular para mantener un óptimo estado de salud, no solo físico, sino también mental.

¡Pero hay más! En el inconsciente colectivo llevamos grabado a fuego que, en verano, no se deben tomar vitaminas, pero si bien es verdad que, con una dieta equilibrada y llegando como mencionábamos antes a las cinco raciones diarias de frutas y verduras deberíamos poder aportar todas las vitaminas que necesitamos, esto no siempre sucede así por varios motivos. No siempre las hortalizas y frutas que nos llegan tienen la calidad nutricional necesaria debido, entre otras cosas, a que no podemos comerlas recién recogidas del huerto o del árbol, y a que nuestras necesidades, por situación de estrés, pueden estar aumentadas. Así que, si a pesar de comer bien, sentís que os falta un punto de energía y os falla la concentración, nada hay que oponer a tomarse un complemento alimenticio vitamínico, en el que las dosis de vitaminas están en el rango de las alimentarias. Un aporte equilibrado de vitaminas lo dan las algas verdiazules AFA (Aphanizomenon Flos Aquae). Se trata de un complemento alimenticio natural a base de microalgas ricas en vitaminas del grupo Bde clorofila y aminoácidos. Constituyen un aporte de nutrientes que intervienen en el metabolismo energético del organismo y fortalecen el sistema nervioso (grupo de la vitamina B) por lo que ayudan a recuperar del cansancio y la fatiga intelectual. 

Hemos dicho que hay que hidratarse para compensar la pérdida de agua y minerales por el sudor, y hemos aconsejado beber agua, pero también podemos contar con bebidas saludables y agradables al paladar como el agua de coco virgen. Esta agua se obtiene del coco verde (Coco lucifera) justo antes de que se comience a formar la pulpa y contiene electrolitos tan interesantes en verano como potasio, calcio, sodio, fósforo y magnesio. Esta agua es consumida diariamente y apreciada en los países productores de coco, y se puede consumir tal cual, ya que su sabor es excelente, o combinada en batidos, añadida a cualquier bebida o incluso para hacer salsas. Se puede consumir a cualquier hora del día y es ideal para compensar pérdidas después de realizar ejercicio o cuando se ha sudado mucho. 

Para compensar la pérdida de minerales también puede ser útil el coral natural marino, que contiene calcio, magnesio y oligoelementos, nutrientes necesarios para los huesos. En el coral natural marino que no se extrae del mar –que nadie piense que se rompe el equilibrio de los mares– si no de corales fósiles triturados, que se encuentran fuera del mar, en la isla de Santo Domingo (en el Caribe), el calcio y el magnesio están presentes principalmente en forma de carbonato, por lo que estos nutrientes ayudan también a disminuir la acidez que se produce en el organismo cuando en la alimentación diaria abundan los lácteos, las carnes y los embutidos o cuando estamos sometidos a estrés. Hoy se sabe que un exceso de acidez en los líquidos fisiológicos puede contribuir a una disminución de la capacidad del cuerpo para absorber minerales y otros nutrientes, una bajada de energía, una reducción de la capacidad para reparar tejidos del organismo, de desintoxicar de los metales pesados e influye negativamente sobre la capacidad del sistema inmunitario. 

¿Y para las digestiones? 

Comer mal, a destiempo y rápido durante el día –porque no da tiempo de ir a casa–, e irse de tapeo o a comer algo al final de la jornada –porque la noche cae tarde y no apetece meterse en casa después del trabajo–, es causa de digestiones pesadas y molestias digestivas variadas. Lo mismo sucede en las vacaciones, porque bien se merece uno un premio y darse un festín suele ser uno de los premios favoritos. Una ayuda para reducir estas molestias se encuentra en un concentrado de papaya fresca de cultivo ecológico, madurada en el árbol, que se prepara siguiendo una receta creada por la maestra Dharma y fundadora del monasterio budista del Loto en Hawái, Ji Kwang Dae Poep Sa Nim. Este concentrado de papaya facilita la asimilación de las proteínas y es, además, un producto alcalinizante natural, lo que alivia los síntomas de las digestiones pesadas.

¡Ah! y si no queremos descuidar el intestino y las defensas, recordemos los reconocidos beneficios de repoblar nuestra flora intestinal con productos probióticos combinados con fructooligosacáridos, que permiten que las bacterias probióticas crezcan mejor. Lactobacilos y bifidobacterias ayudan a prevenir las diarreas y a restaurar la flora bacteriana cuando se ha sufrido un episodio diarreico. En la propia página de MedLine (de la Biblioteca Nacional de Medicina de los EEUU) se refiere su utilidad en la prevención y tratamiento de la diarrea del viajero, tan típica de la época estival. 

Y si a pesar de todo pillamos un resfriado estival, siempre podemos recurrir a una solución natural con la ayuda de la fitoterapia. La grindelia (Grindelia robusta), el culantrillo (Adiantum capillus-veneris), la drosera (Drosera rotundifolia), el musgo de Islandia (Cetraria islandica), y la menta (Mentha piperita), entre otras plantas, tienen una acción sinérgica favorable a las vías respiratorias. La grindelia, el culantrillo y el musgo de Islandia apoyan la mucosa respiratoria, y ejercen un efecto mucolítico y expectorante; la drosera tiene un efecto antitusivo y la menta despeja las vías y descongestiona.

Una última recomendación.  Hay que recordar siempre que los complementos alimenticios son exactamente eso, complementos, y que aunque pueden ser de gran ayuda para el mantenimiento de la salud en ningún caso pueden sustituir una alimentación equilibrada y un buen estilo de vida.