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Diez consejos para una cesta así de sana

1- Si toda la familia no puede comer eco es mejor ofrecer los alimentos bio a los más pequeños, ya que un niño con cinco años puede estar más intoxicado que un adulto, aunque exteriormente no lo parezca. Los niños, proporcionalmente, comen mucho más que un adulto, ya que están en crecimiento. Ejemplo: un bebé de tres meses duplica el peso, y al cabo del año ya lo supera con creces.

2- Comprar bio los alimentos que se consumen más a lo largo del día. Por ejemplo: si se toman 400 ml de leche, 500 g fruta, 300 g verdura, 400 g arroz y, en cambio, 20 g de café o 30 g azúcar, comprar lo primero… Así se evita el consumo de toxinas extras. Más vale comprar bio los alimentos básicos que no los más superfluos, que se toman en cantidades pequeñas o de forma esporádica. Por ejemplo: azúcar, café, té, cacao, miel, mantequillas…

3- Respecto a las verduras y hortalizas, es mejor que sean bio las verduras de hoja, todo tipo de coles, ya que no se pueden pelar, que no otras como la patata, la remolacha, la zanahoria, la calabaza, etc., que normalmente se comen sin la piel, que precisamente es donde quedan los restos de pesticidas, insecticidas… De todas formas, las ecológicas tienen más sabor. Es la típica frase: “Es que los tomates de ahora no saben igual que los de antes”. Pues los ecológicos sí.

4- En el caso de las frutas es mejor que sean bio las que se comen con piel que no las que se pelan, como el plátano, el aguacate, la castaña… De todas formas, hay que decir que las bio son más sabrosas y aromáticas, ya que han sido cosechadas en el momento óptimo de maduración. Eso es importante no solo para el paladar de los adultos sino para enseñar a los más pequeños a comer fruta, ya que las frutas verdes, ácidas, sin aroma o sabor no gustan a casi nadie.

5- Aunque parezca mentira, hay pescado ecológico, pero es tan raro encontrar que aconsejamos comprar salvaje o de extracción, en vez del de piscifactoría, que come piensos y recibe vacunas… Es importante fijarse en las etiquetas de las pescaderías.

6- Sobre los cosméticos ecológicos, hay que aclarar que no hay una normativa reguladora igual para todos, por lo que la calidad puede variar mucho de una marca a otra. Recomendamos antes una crema corporal o un maquillaje ecológico, que no un champú o un suavizante, ya que estará más tiempo en contacto con el cuerpo y, por lo tanto, se absorberán más los componentes que no los de un jabón, que casi no está en contacto con la piel. La pasta de dientes es diferente, ya que, aunque no está mucho tiempo en la boca, la absorción de la pared de la boca es superior al de la piel; por eso se dan muchos medicamentos sublinguales.

7- Hacer rutas por los supermercados, ya que cada vez más se pueden encontrar productos eco en las grandes superficies un poco más baratos. Ejemplo: Bonpreu, Aldino, Lidl, Caprabo, Hipercor, Carrefour son algunos establecimientos donde se pueden encontrar productos eco. De todas formas, también hay ofertas interesantes en las herbodietéticas tipo 2×1, o descuentos comprando cajas enteras… Comprar por Internet o en el mercado del proveedor directamente; así se ahorran intermediarios. Hay muchos agricultores que ofrecen cestas ecológicas de verduras a medida.

8- No sentirse culpables si no se puede comprar todo eco, ya que aunque sea poco, aunque sea solo un producto, ya es un beneficio para el cuerpo.

9- Si, a pesar de todo, no se puede comprar nada ecológico, se pueden seguir unos consejos básicos: es recomendable pelar las frutas o lavarlas muy bien con un estropajo de coco, igual que las verduras. Comprar carne de corral o de ganaderos de confianza; el pescado, que sea pequeño y salvaje; si se toma leche, que sea fresca; lavar muy bien los cereales como el arroz, las legumbres, etc., antes de cocinarlos y eliminar el agua. Consumir productos de la zona y de temporada evitando al máximo conservas de todo tipo y platos precocinados. Cuantos menos aditivos tenga un alimento y menos manipulado esté, mejor. Optar por las opciones caseras hechas en casa.

10- Cultivar frutas y verduras ecológicas. No es preciso ser campesinos ni tener un trozo de terreno. Se puede hacer en un balcón o terraza. Hay muchos tipos de macetas que se pueden adaptar a las necesidades de cada persona y, si no se dispone de mucho espacio, también hay variedades mini. Eso sí, sería interesante hacer un cursillo de horticultura ecológica para aprender cuáles son las mejores semillas, tierras, fertilizantes orgánicos.

 

Olga Brunner López I Dietista naturista i presidenta d’ADITEC
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