Desarrollo del bebé: A partir de esta semana dejamos de medir el bebé de vértice a cola y lo hacemos de pies a cabeza. Según Heidi Murkoff en Qué se puede esperar cuando se está esperando (Ed. Medici), mide unos 38 centímetros –más largo que el pie de un adulto– y supera los 900 gramos de peso. Y he aquí un dato interesante: “El bebé tiene ahora más papilas gustativas de las que tendrá a partir del parto. No sólo percibe la diferencia cuando prueba sabores varios a través del líquido amniótico sino que también es capaz de reaccionar cuando son picantes, dulces o ácidos”, apunta Murkoff.
Alimentación de la madre: Hay que apostar por la variedad.
Si un día el médico nos dijera que tenemos más papilas gustativas y que, durante unas horas, podemos probar tantos sabores como queramos, ¿lo haríamos? Sí, ¿verdad? Pues dejemos que el bebé también lo haga. Os proponemos ir al mercado, comprar productos de temporada y ecológicos y combinarlos de forma original para que cada plato sea atractivo a la vista y al paladar.
Ahora podemos encontrar granadas, boniatos, setas, castañas, chirimoyas, uva, calabazas, membrillo, berenjena, peras, manzanas y mandarinas. Si todavía no habéis podido, dejad que vuestro hijo pruebe alguno de estos productos, porque además será absolutamente beneficioso. A todo esto, añadid zanahorias, espinacas y perejil –muy rico en vitamina C–, alimentos recomendables durante el tercer trimestre de embarazo.
Descubrimos las propiedades de:
Setas: Tienen fibra, reducen el colesterol y mejoran el funcionamiento inmunitario. Se recomiendan a mujeres embarazadas porque aportan ergosterol, un precursor de la vitamina D: “Cuando comemos, gracias a la acción del sol, se transforma en vitamina D”. Esta vitamina es importante porque ayuda a absorber el calcio.
Calabaza: Ayuda a regular los niveles de azúcar en sangre y a fortalecer el sistema inmunitario. Su zumo es un buen antioxidante.
Castañas: Tienen propiedades parecidas a los cereales. Son una fuente excelente de minerales: potasio, magnesio, calcio, hierro y fósforo y ácido fólico. Ideales, pues, para madres gestantes, sobre todo cuando están de pocas semanas, madres lactantes y personas con anemia.
Boniato: Tiene valores nutritivos parecidos a los de la patata, pero con más azúcar, lo que le proporciona este sabor dulce tan característico. Es rico en potasio, fósforo, sodio, calcio y hierro.
Membrillo: Tiene mucha fibra y minerales como el potasio, el calcio y el magnesio.
Atención: La información ofrecida en esta sección es genérica -tanto a la evolución del feto como a la alimentación de la madre y a la complementación nutricional. Para tener un asesoramiento directo, resolver dudas o cuestiones se recomienda consultar con el ginecólogo o un nutricionista especializado.