Desarrollo del bebé: esta semana se inicia el segundo trimestre del embarazo, y el bebé, del tamaño del puño de una mano, adquiere una posición más vertical. El cuello se alarga y la cabeza se alza. Por lo que respecta al desarrollo, le empieza a salir el pelo, de la misma forma que crecen las cejas y el vello corporal, que le aislará del frío mientras su cuerpo no haya acumulado la grasa necesaria para protegerse. Hacia el final de la gestación, la mayor parte de este pelo irá cayendo, pero si el parto se avanza y el bebé es prematuro, probablemente aún tenga.
(Fuente: Qué se puede esperar cuando se está esperando. Heidi Murkoff. Ed. Medici)
Alimentación de la madre: Empieza un nuevo período, que comprende entre los tres y los seis meses, etapa en la que, para la mayoría de mujeres, desaparecen las náuseas, los mareos y el malestar general. Es momento, pues, de empezar a comer lo que nos apetezca, teniendo en cuenta que debemos hacer una aportación extra de hierro, calcio y proteínas, y observando, como apunta Montse Bradford en La alimentación de nuestros hijos (Océano Ambar), “de qué forma perdemos estos componentes”. Por una parte, Bradford insiste en que se deben controlar los alimentos “extremos” como las carnes, los estimulantes, el alcohol, los azúcares, las bebidas gaseosas, etc., productos que afectan al sistema nervioso, circulatorio y óseo, y que acaban debilitando el sistema inmunitario. Además, recomienda evitar el consumo excesivo de fruta y verduras crudas porque el exceso de líquido puede acabar diluyendo la absorción de minerales.
En definitiva, a la hora de consumir verdura o fruta, lo más conveniente es hacerlo al vapor o en forma de compota, si el objetivo es aprovechar todos los nutrientes que contienen. La terapeuta psicocorporal morfoanalista Àngels Torras, autora del libro Vínculos, recomienda especialmente para este período consumir zanahorias, espinacas y perejil, muy rico en vitamina C.
Atención: La información ofrecida en esta sección es genérica -tanto en cuanto a la evolución del feto, como la alimentación de la madre y en la complementación nutricional. Para tener un asesoramiento directo, se recomienda consultar el ginecólogo o un nutricionista especializado.