En Navidad, un año más, en las mesas volverá a triunfar el pescado y el marisco y el 86% serán alimentos frescos. Además, los productos de temporada y los gourmet, como las ostras, serán muy presentes en las casas.
Como cada año, estos días se presentan las cifras de precios y tendencias de consumo de alimentos para estas fiestas. Qué gran noticia que, más allá de los turrones, el 86% de los alimentos que compramos en Navidad sean frescos y que las verduras tengan un papel destacado en este porcentaje. De hecho, el pabellón dedicado a frutas y verduras de Mercabarna venderá hasta 83.000 toneladas.
¿Cuál será el pescado más sano y más barato?
En estas fiestas destacan las ostras, un alimento muy nutritivo rico en hierro, zinc y vitamina B12. Como siempre, los precios serán altos, como los de la merluza y el rape, que este año serán más caros por culpa de los temporales. En cambio, los calamares y las almejas serán más asequibles. Por lo tanto, aprovechemos para comer calamares –bajos en grasa y una gran fuente de proteínas– y almejas –muy altas en hierro ricas en B12 y en omega-3. ¿Sabíais que el marisco es uno de los alimentos más saludables que hay? ¿Y sabéis que el pulpo, la sepia o el calamar también son marisco y que no es necesario comprar ostras todo el año?
Entre las tendencias destacadas este año también hay un interés especial por los tomates cherry –variedad semipera, los redondos o los naranjas– y otras minihortalizas, las flores comestibles y los brotes tiernos. Otro producto popular son los frutos rojos; estas fiestas se venderá el doble que hace dos años. Pero si queremos apostar por una Navidad sana de verdad, deberíamos consumir alimentos frescos de proximidad y, en consecuencia, de temporada: ahora no es tiempo de frutos rojos. Si queremos algún antioxidante rojo en la mesa tenemos que optar por la granada. Ahora bien, siempre es mucho mejor comer piña, uvas, fresas, arándanos y frambuesas que turrones y polvorones.
De todos modos, merece la pena recordar que ahora es temporada de comer brócoli, col y coliflor, calabacín, pimiento, remolacha, batata, calabaza y plátano, kiwi, granada, naranja y pera. Seguro que me dejo alguno, pero todo depende de cada territorio.
No toda la alimentación navideña es inapropiada. Es el momento del año que consumimos más alimentos frescos: un 86% respeto el 14% de congelados.
La alimentación navideña, según las estadísticas, es la más saludable del año. Bueno, eso es relativo, lógicamente, porque en general comemos más, más dulce y engordamos. Pero en parte sí comemos más sano, ya que cae la venta de congelados y aumenta el fresco. Es obvio que “hace fiesta” comer de primera calidad y es una lástima que, en general, el interés por la comida fresca, en especial frutas y verduras, no se mantenga al mismo nivel que el resto del año. La inversión de tiempo y dinero es un doble motivo de peso, pero seguramente la falta de costumbre de hacer que el fresco forme parte de la vida cotidiana también tiene algo que ver. Muchos hablan de la alimentación del futuro, pero la alimentación del futuro será o debería ser, en parte, un retorno a muchos hábitos del pasado: entrar en la cocina, encender los fogones y tener más llena la despensa –legumbres y cereales secos, especias, semillas– en vez de nevera –lácteos, bebidas refrescantes, embutidos– y congelador a reventar.