Los productos de limpieza son omnipresentes en todos los hogares. Se sabe relativamente poco sobre la composición de estos productos por diversas razones, porque no hay estudios, porque sus formulaciones son complejas, y porque hay limitaciones y protecciones en cuanto a la divulgación de todos sus ingredientes.
Hoy en día hay más de 100.000 sustancias químicas presentes en los productos del hogar, pero sólo sabemos los efectos de 3.000. El benceno, el formaldehído, los ésteres de glicol, etc. son componentes cancerígenos y alérgenos. No conocemos todavía los efectos de las moléculas químicas que están en gran parte de los productos de limpieza, por eso siempre es mejor recuperar tradiciones más naturales, tanto para proteger el medio ambiente como para garantizar nuestra salud familiar.
Una apuesta por el medio ambiente
Los productos de higiene del hogar suelen ir acompañados de químicos que difícilmente se desintegran y que van a parar a los ríos y al mar, lo que les hace entrar de nuevo en el ciclo biológico y también en los alimentos que consumimos.
Sólo el hecho de cambiar estos productos por otros que respeten el medio ambiente ya será una buena apuesta para favorecer la salud de nuestro planeta.
Una apuesta por la salud
Muchos de los productos de higiene del hogar contienen sustancias químicas alergénicas o potencialmente cancerígenas. En un estudio realizado en 2009 por Anne C. Steinemann, investigadora de la Universidad de Washington, titulado “Los productos de consumo perfumados y sus ingredientes no revelados” (Fragranced consumer products and undisclosed ingredients), se demostraba la presencia de ingredientes aromáticos en una selección de productos de consumo que son potencialmente tóxicos y que pueden provocar problemas de salud.
Apuesta por los productos de limpieza caseros y ecológicos
En vez de utilizar tantos productos químicos podemos recuperar tradiciones caseras sin ningún impacto negativo en la salud del medio ambiente y de las personas. A continuación os damos unas cuantas ideas:
- Bicarbonato: para desatascar y limpiar superficies con suciedad incrustada.
- Vinagre: para fregar el suelo. Es un gran desinfectante. También se puede usar para lavar los platos o para limpiar los cristales (alternativa: zumo de limón).
- Para limpiar los muebles: un paño húmedo.
- Limón: es un gran desinfectante rico en aceites esenciales y bioflavonoides. Ofrece un olor refrescante y ayuda a quitar las manchas.
- Glicerina: ayuda a eliminar más fácilmente las manchas del suelo o de los alimentos de la nevera.
- Aceites esenciales para desinfectar: por ejemplo, el de árbol de té.
- Alcohol etílico: desinfecta y elimina las manchas de grasa.
- Abrillantador de muebles: se puede utilizar una proporción de limón por cinco de aceite de oliva.
- Jabón casero para limpiar el suelo: 800 ml de vinagre de vino blanco, 180 de alcohol etílico y 20 ml (150-200 gotas) de aceites esenciales de pino, de menta o de árbol de té; combinando dos aceites esenciales; utilizando un jabón líquido vegetal neutro ecológico y añadiendo una cucharada de zumo de limón, o con una mezcla de aceites esenciales y agua.
Otras recomendaciones para tener el hogar limpio
- Ventilar la casa todos los días.
- Utilizar productos naturales para limpiar y desinfectar.
- Aficionarse al uso de aceites esenciales.
- Poner plantas ornamentales que ayuden a neutralizar las sustancias químicas volátiles.
- En caso de desear seguir utilizando productos químicos, apostar por productos ecológicos.
- Para ambientar los hogares, utilizar difusores atmosféricos con aceites esenciales.
Uso de plantas ornamentales con propiedades descontaminantes
Introducir las propiedades descontaminantes de las plantas ornamentales en espacios interiores puede mejorar significativamente la calidad del aire, según un estudio realizado en EEUU y publicado en la revista HortScience, que identificó las plantas más eficaces para eliminar compuestos orgánicos volátiles como el benceno, el tolueno, el octano, el TCE (tricloroetileno) y alfa-pineno, presentes en productos de limpieza, en plásticos, etc. y que pueden causar enfermedades agudas como el asma o náuseas, o incluso enfermedades crónicas.
Algunas de estas plantas eran:
- la hiedra (Hedera helix)
- el ficus benjamina
- la Tradescantia pallida
- la Hemigraphis alternata
- la flor de cera (una enredadera)
- la Asparagus densiflorus