¡Al buen tiempo, buena cara! Y para que sea así, lo mejor es seguir unas pautas nutricionales que nos ayuden a lograr todos los beneficios que nos regala el sol. Así pues, empecemos con buen pie.
Paso 1: hidratar el cuerpo
Primero de todo, es necesario que el cuerpo esté muy bien hidratado. Por lo tanto, las recomendaciones básicas para todo el mundo son beber mucho líquido –ya sea agua, infusiones, zumos de fruta naturales, zumos de hortalizas naturales, caldos vegetales– y comer frutas de la estación y ensaladas.
Paso 2: tomar nutrientes antioxidantes como el betacaroteno y la vitamina C
Nos interesa aportar un extra de antioxidantes, como el betacaroteno y la vitamina C, por ejemplo. El betacaroteno lo encontramos principalmente en las hortalizas de color naranja, como las zanahorias o la calabaza, aunque también está presente en verduras de color verde, como el brócoli. Otra forma de ayudar a optimizar unos buenos niveles de betacaroteno es con la suplementación natural que se obtiene principalmente de una alga, la Dunaliella salina. La ventaja de los complementos naturales es que no solo contienen betacaroteno, sino también otros carotenoides fundamentales en la protección ante el exceso de radicales libres. Si optamos por una suplementación extra de betacaroteno los meses antes de la exposición del sol, ayudaremos a preparar la piel para, por un lado, protegerla del exceso de radicales libres y, por el otro, para favorecer un bronceado óptimo, saludable y duradero. Además, la vitamina C es necesaria para sintetizar correctamente el colágeno, sustancia necesaria para obtener una piel bonita y saludable. Las frutas cítricas, las fresas, las frutas del bosque y también el açaí, considerado un superalimento, son fuentes ricas de vitamina C.
Paso 3: aportar grasas saludables como los fantásticos omega-6 y omega-3
Tanto los famosos omega-6 como los omega-3 aportan muchas ventajas para la salud de la piel. Ambos favorecen la síntesis de prostaglandinas antiinflamatorias y favorecen una nutrición óptima de la piel. Una alimentación rica en omegas ayuda a mantener una piel flexible y evita la piel seca. Son alimentos ricos en omega-6 los frutos secos, las semillas oleaginosas y los aceites vegetales de primera presión en frío, por ejemplo; por otro lado, encontramos buenas fuentes de omega-3 en los pescados azules –preferiblemente pequeños como los boquerones o las sardinas–, las nueces y el cáñamo, otro superalimento.
Dieta para proteger la piel del sol
A continuación proponemos una dieta tipo para obtener todos los nutrientes que necesita la piel para protegerse de los efectos negativos del sol y maximizar los efectos positivos.El secreto: ¡Riqueza en nutrientes antioxidantes!
- Desayuno
- Media mañana
- Comida
- Merienda
- Cena
Batido de zanahoria, manzana y apio (Opcional: para aportar un plus de nutrientes antioxidantes, añadir una cucharada de superalimentos como el açaí (rico en vitaminas antioxidantes) o el cáñamo (rico en omega-3 y omega-6.). Un par rebanadas de pan germinado con mermelada de arándanos sin azúcar añadido o un par de rebanadas de pan con levadura madre y paté de sardinas y zanahoria.
Una barrita de cereales con frutas del bosque o un puñado de frutos secos crudos (almendras, nueces, avellanas).
Ensalada variada con germinados, rúcula, tomate, zanahoria rallada, rabanitos, remolacha, etc.
Cereal integral (arroz integral, mijo, quinoa) combinado con legumbre o con pescado o pollo ecológico
Gelatina de moras (para los postres o reservar para merendar).
Yogur de cabra con melaza de arroz y semillas de calabaza (Opcional: una cucharada de postres de cacao, excelente fuente de nutrientes antioxidantes al mismo tiempo que aporta un sabor amargo y una textura crujiente realmente deliciosa.)
Crema de zanahoria y avena con semillas de sésamo y girasol
Sardinas al horno
Compota de manzana (opcional)
