marta garcia bernal

Marta Garcia Bernal. Pediatra, adjunta de Hospitalización y Hematooncología Pediátrica al Hospital Universitari Mútua Terrassa y tiene consulta privada (Consulta Posa-Garcia) en la calle Capmany, 67, de Sabadell.

¿Cómo debería ser la alimentación de una madre lactante?

Si es evidente que siempre debemos cuidar la alimentación, durante la gestación y el período de lactancia nos debemos fijar aún más. Aunque hay unas recomendaciones estándares, hay que recordar que, en ningún caso, no se trata de imponer un listado estricto de prohibiciones y obligatoriedades. La madre que amamanta está dedicada de forma casi exclusiva a esta tarea, sin muchas horas de sueño ni tiempo para ella. La alimentación, por lo tanto, no debería ser un problema añadido.
Aquí tenéis un resumen de las recomendaciones básicas:

  • Hay que beber bastante. La mayoría de guías recomiendan unos 1800 ml de líquido al día durante el período de lactancia. Si la madre no está acostumbrada a beber tanto, no se debe forzar; solo es necesario que aumente ligeramente el total de líquido diario.
  • La dieta debe ser completa, variada y repartida, si es posible, en cinco comidas al día. La aportación calórica recomendada en varios estudios es de hasta 2500-2700 Kcal/día. En encuestas a madres lactantes que no tienen ningún problema nutricional, sin embargo, la media de calorías consumidas es inferior, unas 1800 y 2300 Kcal/día. Como en la gestación, están especialmente recomendados los alimentos ricos en ácidos grasos esenciales omega-3 y omega-6 (pescado azul, por ejemplo).
  • Los suplementos vitamínicos no están indicados si la dieta es variada. Habrá bastante vitamina D si la exposición solar es la adecuada; y la ingesta de derivados lácticos, pescados pequeños, verduras y frutos secos garantizará la aportación de calcio. En el caso de madres vegetarianas estrictas que no consumen leche ni huevos, es importante recordar la aportación dietética de vitamina B12. Hay que tomar alimentos vegetales enriquecidos artificialmente con vitamina B12 y valorar individualmente si es necesario un suplemento farmacológico. La recomendación sistemática de suplementar con yodo es presente en diversas guías, aunque este tema genera una controversia aún no resuelta actualmente.
  • Hay que evitar el consumo de tabaco y alcohol y minimizar el de cafeína y otros excitantes, ya que todas estas sustancias se excretan en la leche materna.
¿Esta alimentación incide en la calidad de la leche que se produce?

Solo en casos de desnutrición moderada o grave de la madre, se ha comprobado una disminución en la cantidad de leche producida. El equilibrio de lípidos, proteínas y carbohidratos de la leche materna es independiente de la proporción de los que se ingieren. Se han encontrado equivalencias en la proporción de grasas saturadas o insaturadas, pero hay que tener en cuenta que, en la leche materna, predominan siempre las insaturadas. Excepto en casos muy puntuales, el contenido en hierro y vitaminas de la leche materna, cuando la madre tiene una alimentación equilibrada, suele ser correcto.

¿Cómo podemos saber si nuestra leche alimenta al bebé correctamente?

El bebé se amamanta a demanda y a menudo la rutina horaria no es exacta, por lo que muchas veces hay dudas sobre si recibe la cantidad correcta de leche para nutrirse. En general, si un bebé mancha regularmente los pañales con orina y si hace deposiciones –a ritmo muy variable: entre una vez cada 48 horas y más de una vez con cada toma–, se está alimentando correctamente. Aunque hay que huir de la “basculomanía”, como referencia, un lactante que ya ha recuperado el peso que perdió cuando nació engorda unos 150 g/semana durante los tres primeros meses, y 125 g/semana de los tres a los seis meses.

¿El descanso es fundamental en la rutina de la madre lactante? ¿Por qué?

Sí, el descanso es esencial para la madre que da el pecho. La madre que amamanta debería estar en las mejores condiciones físicas y psíquicas posibles. Hay que tener en cuenta que el hecho de amamantar implica pasar de un patrón de sueño monofásico nocturno, que es el más habitual entre los adultos, a un patrón polifásico característico del lactante de menos de tres-cuatro meses de vida. De hecho, el patrón polifásico podría ser bastante reparador para la madre si se intenta sincronizar y coincide con las llamadas puertas del sueño, períodos cada noventa minutos durante el día en los que resulta más sencillo dormirse.

Como pediatras, recomendamos siempre a la madre y al entorno familiar que minimicen todas las tareas domésticas y sociales que le impiden descansar cuando el bebé también lo hace y que retrasan, por lo tanto, la sincronización que antes mencionábamos.

¿Es verdad que hay algunos alimentos que dan mal sabor a la leche?

Los alimentos que consume la madre efectivamente modifican el sabor de la leche, pero no se puede establecer un listado de alimentos. El sentido del gusto del bebé se desarrolla dentro del útero con la deglución de líquido amniótico. Por ejemplo, si a la madre le apetecen los alimentos picantes, el bebé ya estará acostumbrado a ellos y no le serán extraños cuando los detecte en la leche materna. De la misma forma, si una mujer come habitualmente espárragos, col o ajos, no debería dejar de consumir durante el período de amamantamiento.

Gemma Castanyer
Gemma Castanyer