Las salsas y vinagretas son fáciles de hacer, únicamente tenemos que saber per donde comenzar y como hacer las mezclas. Os mostramos algunas instrucciones básicas y alguna pista para que salgan bien (o mejor).

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*Para colgar en la nevera

Consejos:

  • Los aceites de semillas (lino, girasol) hacen que las salsas sean más claras.
  • La sal y la pimienta se deshacen en vinagre y limón pero no en aceite.
  • Los vinagres de sidra y manzana son más suaves de sabor. Si no gusta mucho el vinagre, se puede poner zumo de limón.
  • Cuando nos hemos pasado con el vinagre, un poco de miel ayuda.
  • Para espesar la salsa, siempre se puede añadir kudzu en polvo, yema de huevo, harina o maicena (solo en salsas que se deban cocer).
  • Para acompañar pescados, podemos utilizar ingredientes dulces y exóticos como la piña y el mango para dar un contraste de dulce-ácido y salado muy rico.
  • Probad la compota del bebé o del abuelo con las carnes.
  • En platos de consistencia blanda (como la verdura hervida), quedan bien ingredientes más duros y crujientes como frutos secos.
  • Más ingredientes no aseguran un mejor sabor: es mejor pocos ingredientes y con sabores complementarios.

Ideas de salsas para el verano:

Vinagreta básica: aceite, vinagre balsámico, ajo, (sal y pimienta)

Vinagreta básica de umeboshi: una cucharadita de pasta de umeboshi diluida en aceite

Vinagreta de limón: aceite, zumo de limón, mostaza de Dijon, (sal y pimienta)

Vinagreta dulce; aceite, vinagre, miel

Vinagreta cítrica: aceite, vinagre, zumo de naranja

Vinagreta exótica (genial para ensaladas): aceite, zumo de piña y vinagre seco

Salsa india: bebida de coco, curry, aceite de oliva y ajo

Salsa fresca: salsa de soja, agua, zumo de limón, kudzu disuelto, menta

Salsa de yogur: yogur sin azúcar (si puede ser griego), zumo de limón, aceite de oliva, ajo, pepino, perejil o menta

Salsa de pesto: aceite de oliva, albahaca, ajo y piñones

Salsa carnívora: salsa de soja, miel, vino blanco, y sésamo

Salsa de mostaza y miel: vinagre, aceite de oliva, miel, mostaza de Dijon, sal y pimienta

Salsa con calcio: agua hirviendo, tahina, genmai miso, vinagreta de umeboshi, zumo de concentrado de manzana

Encontraréis más información sobre salsas en Soy Como Como, aquí.

¿Y si compramos la salsa hecha? ¿Tiene las mismas propiedades? ¿Engorda?

La cantidad de aceite es lo que a veces hace que una salsa tenga más calorías, como pasa con una mahonesa estilo alioli. Las salsas con nata o yogur nos aportan nutrientes pero también tienen calorías y grasas, sobre todo si no son vegetales (nata vegetal o yogur de avena o soja). La miel también aporta.
Es importante tomar una salsa de calidad (que no contenga muchos espesantes ni aditivos) y tener en cuenta la cantidad: poner la justa para que el plato coja sabor sin tapar el del alimento.

Hay salsas preparadas de calidad y todos los ingredientes para hacerlas en casa en la tienda Obbio.

Aceites aromáticos en casa

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Podemos aprovechar el aceite que tenemos en casa y hacerlo más sabroso añadiendo ingredientes diferentes que aromatizarán las ensaladas y platos de verano: ajo, cebolla, pimientos o setas como shiitake seco; también una mezcla de hierbas como romero, hinojo, orégano y alfábega frescas. Si queréis sensaciones nuevas, recomiendo la lima (queda muy bien con ajo) o la canela.

Se deben limpiar en papel (sin mojar) y, si queréis, trocear antes de introducir en el bote con aceite.

Hay que guardarlos en un lugar que no les dé el sol ni haga calor para que no se oxiden. Hay dos formas de tomarlos: esperar tres semanas a que se maceren, colar y servir, o poner directamente en la mesa. La segunda opción da un aceite menos aromático (porque ha reposado poco) y quizá caigan trocitos de la hierba en el plato cuando lo sirvamos.

Neus Elcacho

Dietista integrativa y coach nutricional

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