Ahora que tenemos tiempo, que estamos vacaciones o estaremos, podemos aprovechar para mejorar nuestras habilidades culinarias y practicar platos nuevos, aprender más sobre alimentación, hacer procesos depurativos que piden más tiempo de planificación y reposo, y elaborar ciertos alimentos como el pan, los yogures, los germinados o los copos que siempre hemos querido hacer nosotros mismos en casa.
¿Por qué es bueno hacer los alimentos en casa?
- Porque somos nosotros los que decidimos qué queremos que contengan exactamente.
- Porque podemos mejorar la receta y hacerlos más integrales, más dulces o sin azúcar…
- Porque los alimentos recién hechos tienen más propiedades que los que hace tiempo que se elaboraron, fueron envasados y viajaron hasta la tienda y luego a casa.
- Porque ayudan a no consumir tanto, a gastar menos envases y facilitan el ahorro.
Molinillo para hacer copos
Los molinillos son tan fáciles de utilizar que son una maravilla. Cada día podemos hacer copos diferentes para cada miembro de la familia de forma rápida y sin ensuciar mucho. Además, no hay necesidad de tener el armario lleno de cereales diferentes. Solo con los que tenemos para comer y cenar basta.
¿Por qué es mejor hacer copos en casa?
- Podemos elegir los cereales y las mezclas según la necesidad:
- Celíacos: arroz, maíz, mijo, quinoa, trigo sarraceno, amaranto, sorgo, teff.
- Falta de energía: sobre todo trigo sarraceno, sésamo.
- Digestión difícil: mijo y arroz.
- Podemos decidir si queremos endulzarlos o no y cómo lo queremos hacer:
- Miel de calidad…
- Gotas de extracto de estevia…
- Tienen más sabor y más propiedades, ya que están recién hechos y no han sido expuestos a la oxidación.
- Mejoran la digestibilidad de las semillas de girasol, calabaza, sésamo y lino.
¿De qué se pueden hacer copos?
De semillas o de cereales como la avena, el trigo, el maíz, el mijo, la quinoa, la espelta, el centeno, la cebada, el arroz integral y el trigo sarraceno.
¿Dónde se ponen?
En el desayuno con leche ecológica de vaca o de cabra o en la bebida vegetal; o en los yogures para merendar o a media mañana.
Germinados
Los germinados son alimentos vivos, con un alto potencial nutritivo y energético. Los podemos comprar hechos en conserva o en fresco, o los podemos hacer en casa. En las tiendas encontraremos fácilmente germinado de alfalfa, soja y brócoli; pero también podemos hacerlos en casa. No son difíciles de hacer: en una semana tenemos el germinado, que no necesita ni sol ni tierra.
Las germinadoras que se pueden comprar en Obbio, por ejemplo, son más higiénicas y fáciles de utilizar que un bote con una gasa y una goma. Algunas tienen unas barras que permiten colocar los botes de forma que el agua que va cayendo no se quede abajo y que las semillas se puedan airear y no se pudran. Además, las hay con una forma especial que facilita la germinación, como las de la casa Eschenfelder.
¿Cómo germinar?
1. Dejar las semillas en remojo durante 4 horas.
2. Escurrir el agua y poner en los botes.
3. Poner los botes boca abajo.
4. Guardar en un lugar oscuro.
Lavar dos veces al día y volver a empezar (poner una alarma en el móvil o realizar la operación antes de comer y cenar).
El punto álgido es al cuarto día de germinación.
¿Qué se puede germinar?
La alfalfa, la soja, el brócoli, y las lentejas son los germinados más comunes, pero también podemos germinar otras legumbres como las azuki, los guisantes y los garbanzos; hortalizas como los berros, la rúcula y la cebolla; hierbas aromáticas como la albahaca, el fenogreco y el hinojo; e incluso pseudocereales como el trigo sarraceno. ¿Os imagináis las propiedades de estos alimentos multiplicadas por cien y por trescientos?
¿Cómo consumimos los germinados?
Se puede tomar un puñado tal cual o se pueden añadir en los bocadillos y a las ensaladas.
Yogurtera
Los yogures hechos en casa contienen más fermentos (Lactobacillus acidophilus) que los comprados. Por lo tanto, si elegimos un yogur y una leche de buena calidad podemos hacer yogures fáciles de digerir, con el sabor que queramos, más baratos y de mejor calidad.
Necesitaremos, pues, un yogur o preparado de fermento y leche (con un litro tenemos para hacer seis yogures), y también una yogurtera o bote de vidrio.
¿Cómo hacer los yogures?
Solo hay que poner una cucharada de yogur o sobre de fermento en el bote de vidrio (previamente limpiado al baño maría) y llenarlo de leche; se remueve y se tapa.
Hay yogurteras eléctricas que buscan la temperatura idónea y al cabo de ocho horas (es ideal para hacerlo por la noche) ya están listos. Hay otras que no son eléctricas como las de la marca A. Vogel que no es preciso enchufar toda la noche sino que solo hay que calentar la leche a la temperatura adecuada y ponerla en el contenedor hermético aislante, que mantendrá el yogur entre 30 y 40º. Nunca a más de 40º porque sino los fermentos mueren.
Una vez tenemos el yogur, hay que dejarlo refrigerado unas horas en la nevera antes de consumir.
Se escribe la fecha de preparación en el bote y se pueden guardar en la nevera durante 7-15 días.
Si sale demasiado ácido es que han estado demasiado rato haciéndose.
¿Qué yogures se pueden hacer?
Yogures vegetales:
Podemos utilizar cualquiera bebida vegetal como la de arroz, almendra, soja y sésamo, y mezclarla también con un yogur del mismo vegetal y añadir el fermento en polvo o encapsulado. Hay que tener en cuenta que tardan más horas en fermentar (entre 10 y 13 h). Si los queremos más cremosos podemos añadir un poco de bebida vegetal en polvo.
Si son yogures para intolerantes a la lactosa, hay que asegurarse que los fermentos que compramos no sean de procedencia láctea.
Yogures de sabores:
- Hay que mezclar y colar el sabor con la leche antes de hacer el yogur. Por ejemplo, si lo hacemos de canela y limón, o vainilla, chocolate, ralladura de naranja, galleta, coco, café, jengibre… se dejan una rato en la leche y después se cuela.
- Si son de frutas o galleta, hay que hacer un batido (leche y fresa, leche y plátano…) para añadir al yogur.
- También se puede añadir miel, jarabe o mermelada en el fondo antes de introducir el yogur en el bote.
¿Cómo se endulzan?
Con mermelada, jarabe o miel en el fondo, o bien infusionando primero la leche con estevia o azúcar de caña integral o de panela. También se puede añadir la estevia o el edulcorante después, una vez tenemos el yogur listo. Así se puede hacer cada yogur diferente.