Los enfermos de migraña habían oído que algunos alimentos podían desencadenarles ese dolor de cabeza tan intenso. El chocolate, el queso, las nueces. “Era una lista tópica de alimentos prohibidos, pero que no se basaba en ningún fundamento científico”, explica Juanjo Duelo, director y fundador de la compañía biomédica DR Healthcare, que ha llevado a cabo dos estudios innovadores sobre la migraña.
El primero, promovido con la Cátedra de Nutrición y Bromatología de la Universidad de Barcelona, demostró que el denominador común de los pacientes de migraña es que tienen déficit de diaminooxidasa (DAO), es decir, la enzima que se encarga de metabolizar la histamina de los alimentos. Por eso, “hay personas que comen lo mismo, y unas tienen migraña y otras, no; la diferencia es el intestino “, explica Duelo. Como la mayoría de alimentos contienen histamina, cuando llegan al intestino, las personas que no tienen la enzima que metaboliza la histamina no la degradan y, por tanto, la histamina pasa directamente al torrente sanguíneo, donde empieza a hacer de las suyas.
Es decir, la histamina es una molécula necesaria para la vida humana, que se vuelve “perversa” cuando se acumula en el cuerpo si el intestino no la digiere. Uno de los efectos más evidentes es la migraña, pero también provoca otros trastornos, como sequedad o piel atópica, saciedad o sensación de hinchazón, estreñimiento o dolores musculares. Todos son síntomas con los que la mayoría de afectados aprenden a convivir, porque priorizan curar la migraña, que es lo que los incapacita para hacer vida normal.
¿Qué alimentos tienen histamina?
El marisco, los lácteos, los cítricos, el trigo y derivados, las bebidas alcohólicas, legumbres como las judías verdes… El etanol de las bebidas alcohólicas tiene histamina y, además, es un inhibidor del DAO, lo que explica por qué la resaca se parece tanto a la migraña. Como las personas con déficit de DAO no la metabolizan, la histamina pasa al torrente sanguíneo y acaba provocando migraña.
Y justo por eso, la migraña es hereditaria, porque el déficit de DAO se hereda en la cadena de transmisión del ADN. “Los resultados de 2010 aclaraban que el 95 % de los pacientes con diagnóstico de migraña tenían este déficit; se veía clara, pues, la correlación entre una cosa y la otra”. También explica por qué la migraña predomina más en las mujeres −tienen genéticamente menos actividad DAO− o por qué las mujeres migrañosas no las sufren durante el embarazo −durante la gestación, la placenta produce DAO unas quinientas veces más de lo normal, para proteger al feto.
En mayo de este año, los resultados de otro estudio ganaban el segundo premio del Congreso de la Sociedad Catalana de Neurología. El estudio, con pacientes diferentes y con un protocolo más científico y clínico, llegaba a las mismas conclusiones que el primero: el 95 % de los pacientes con migraña tenían déficit de DAO