perder peso mujerEste trastorno alimentario altera la vida cotidiana de las personas que lo sufren, porque pueden pasar horas decidiendo qué comen y qué no. Leen detenidamente las etiquetas, se autoprescriben dietas… Tanto la ortorexia como la vigorexia, el trastorno, por modelar el cuerpo, han crecido entre la población adulta.

Los trastornos alimentarios han ido cambiando de fisonomía. Se conocen perfectamente los parámetros de la anorexia y la bulimia, pero hay muchos otros, que han aparecido recientemente, y que “son los que están haciendo incrementar las listas de espera y el número de casos”, opina Marta Voltas, directora de la Asociación Contra la Anorexia y la Bulimia de Catalunya. Estos casos están recogidos con el nombre de TCANE, es decir, trastornos de comportamiento alimentario no especificado, y se incluye la vigorexia (obsesión por tener un cuerpo musculoso), la ortorexia (obsesión por la comida saludable) o también las anorexias, que pueden ser casos que no cumplan todos los requisitos para ser hospitalizados inmediatamente, porque, por ejemplo, las chicas pueden continuar teniendo la menstruación, y “justo por este hecho no tienen toda la sintomatología de anorexia nerviosa”.

El culto al cuerpo empieza a ser enfermizo; es decir, es un trastorno que recibe el nombre de vigorexia cuando “ hay obsesión por el ejercicio físico, por modelar el cuerpo, sobre todo, en el caso de los chicos, por modelar el tórax”. Este hecho implica también alteraciones alimentarias, porque “empiezan a comer mucho pollo y arroz, alimentos poco calóricos” y toman “determinados productos para ser musculators”, cuenta Voltas.

Algunos datos

  • Los trastornos del comportamiento alimentario afectan a un 6% de la población adolescente y joven (de los 11 a los 21 años).
  • No hay datos de la incidencia entre la población adulta, pero la Asociación Contra la Anorexia y la Bulimiaasegura que ha crecido, especialmente entre mujeres entre 35 y 40 años, pero también entre hombres.
  • Un 20% de los enfermos se convierten en crónicos.
  • Un 70% se curan.
  • En el caso concreto de la anorexia, un 10% muere.

Las personas con ortorexia también alteran su alimentación porque solo comen determinados productos, sobre todo “relacionados con mitos”, dice Voltas. “Son personas que se han autoprescrito hacer una dieta concreta; no hay ningún médico detrás que les haya dicho que deban seguirla por algún motivo concreto”. El trastorno se manifiesta cuando la obsesión altera su vida cotidiana. Son personas que leen muy detenidamente las etiquetas de los alimentos, que no pueden ir a comer fuera. Cuando se pasan cuatro horas al día pensando en lo que se comerá o no comerá en cada comida “hay el trastorno de ortorexia”, asegura Voltas.

La unidad de trastornos de conducta alimentaria del Hospital Sant Pau de Barcelona consiste en un hospital de día y en un ambulatorio. “En el hospital de día atendemos a unos 50 pacientes al año, y en el ambulatorio, unos 100”, cuenta el psiquiatra Enric Àlvarez. A los casos más graves, cuando detectan que los fines de semana libres no les irían bien, también los hospitalizan.

El perfil predominante que tratan, según el psiquiatra, es en un 90% chicas jóvenes, que “han perdido la concepción de su cuerpo, porque pesan 25 kilos y se ven gordas”. Una vez, “una chica del hospital de día con un peso muy bajo me dijo que le debía dar el alta, porque había pasado por delante de una obra y los paletas le habían silbado”. En la anorexia “no son nada conscientes de lo que les pasa, al contrario de lo que pasa con los pacientes de bulimia”.

A la hora de ensayar un argumento que explique por qué la enfermedad incide más en las chicas que en los chicos, Álvarez apunta al impacto de las hormonas en el cerebro, pero “es por decir algo”, porque con la ciencia en la mano aún no se puede decir nada. El director médico y psiquiatra del Centro ABB, Enric Armengou, apunta a factores psicológicos como posibles provocadores de la enfermedad: “una autoestima baja, la ansiedad, conflictos con el entorno, autoexigencia” pueden ser algunos.

Por último, la psiquiatra Mònica Godrid, del Hospital Sant Joan de Déu, que atiende a una media de 200 casos nuevos por año, afirma que han detectado que falla también el sistema de detección precoz. Por eso, hay bastantes casos que entran directamente por urgencias. “Cuando preguntamos a los adolescentes, vemos que, por las circunstancias de estrés y agobio de la familia, aquel joven hacía tiempo que sufría anorexia, que hacía todas las comidas solo en casa, y que nadie lo había detectado”, concluye el psiquiatra.

Para más información

  • http://www.1espejo1000ventanas.comtestimonios de trastornos alimentarios en positivo
  • Información y ayuda del ACAB: 93 454 92 75/consulta@acab.org
  • Fundación Imagen y Autoestima

Trinitat Gilbert
Trinitat Gilbert

Periodista

  @trinigilbert