Comer sin gluten o consumir menos es una opción personal tomada desde la libertad personal que hay que respetar. Desde Soycomocomo, tenemos claro que el consumo excesivo de gluten puede generar, en muchos casos, una inflamación intestinal que predispone a problemas importantes, como la dificultad de absorber bien los nutrientes y, como consecuencia, déficits nutricionales, afecciones neurológicas, osteoporosis y dolencias relacionadas con el hígado, el sistema nervioso y la piel. No solo lo constatan ya numerosos estudios científicos, sino que hace muchos años que nuestro equipo de nutricionistas lo ve en La Consulta. Y cada vez que hemos retirado el gluten a un paciente, su sintomatología digestiva ha mejorado.
¿El gluten hace daño a todo el mundo? O, dicho de otro modo: ¿todo el mundo tendría que dejar el gluten? Depende.
Si no tenéis ningún síntoma, probablemente pueden estar pasando dos o tres cosas:
- El gluten que coméis es de panes elaborados con una buena masa madre y con trigo integral de calidad.
- Coméis poca cantidad.
- No notáis ninguna molestia gracias a los dos primeros puntos, a la edad o al hecho que el resto de hábitos de vida que tenéis os ayudan a evitar que el cuerpo se os inflame.
Comprobemos primero que no tenéis ningún síntoma digestivo ni extradigestivo que podamos relacionar con la ingesta excesiva de gluten:
- Síntomas digestivos: gases, diarrea, estreñimiento, distensión abdominal, reflujo, dolor, colon irritable, dispepsia.
- Síntomas extradigestivos: falta de energía y cansancio, migrañas, apatía, agotamiento, problemas de concentración y memoria, irritabilidad, dermatitis y otros problemas de piel, confusión mental, déficits nutricionales, infertilidad, abortos.
¿El gluten puede provocar todas estas patologías? Sí. A menudo el cóctel proviene de la suma de diferentes factores en los cuales hay una alimentación procesada excesiva con mucho gluten -y quizás sin ser muy conscientes de ello- y también otros factores que generan inflamación intestinal como el estrés, la falta de descanso y el sedentarismo y por eso hay tanta gente con esta sintomatología y por eso hay tantos casos actualmente de permeabilidad intestinal o inflamación crónica de bajo grado.
La cantidad de gluten que ingerimos es muy importante
Si hacemos un consumo de gluten excesivo, seguramente tendremos problemas como los que hemos mencionado y, si estos alimentos son de mala calidad (ultraprocesados y llenos de aditivos), todavía peor.
Pero, además, el cuerpo es sabio y probablemente, en la mayoría de casos, nos avisará que tomamos demasiado gluten o que su origen no es el mejor para nuestra salud. Si los síntomas digestivos y extradigestivos empeoran de una semana a otra, revisad qué habéis comido diferente y sobre todo revisad las cantidades. No es lo mismo comer un bocadillo de dos palmos comprado en cualquier sitio de mala calidad que una pequeña rebanada de un pan integral de masa madre. No es lo mismo comer solo esta pequeña rebanada que después tomar un plato de macarrones (por mucho que sean integrales y de espelta) y dos cruasanes pequeños de merienda.
Y una reflexión final sobre la cantidad. Siempre pienso que, como sociedad, tenemos que estar comiendo mucho gluten, porque, si no, todas las cadenas de panaderías que tenemos en este país, no existirían. Y todas llenan bandejas y bandejas de todo tipo de bollería cada día, y casi hay tantas como bares. Alguien se lo come todo esto.
Por ejemplo, si hay dolor abdominal, hinchazón, problemas de piel, cansancio, migraña, irritabilidad, es que el intestino ya está inflamado y envía avisos. Si es vuestro caso, sería interesante probar una alimentación sin gluten porque quizás se trata de la llamada sensibilidad al gluten no celiaca.
Si os encontráis en este punto, podéis probar de reducir el gluten y mejorar la calidad de los alimentos que tomáis y, otra opción, si queréis tratar de mejorar vuestros problemas de salud, es dejarlo durante un periodo largo de tiempo y comprobar en persona los beneficios que esto os supone.
Hay personas que me han dicho que sus problemas no han mejorado después de dejar el gluten. Esto puede ser, en parte, porque la inflamación es profunda y puede haber otras causas que generen alergias, hipersensibilidad a varios alimentos y requieran un abordaje más exhaustivo como podría ser una dieta sin FODMAP. Por eso es interesante empezar dejando el gluten y ver si esta sintomatología desaparece, puesto que la dieta FODMAP es mucho más excluyente, porque elimina todos los hidratos de carbono fermentables.
El gluten no es necesario y no hablamos de eliminar los hidratos
A menudo hay un fuerte debate entre la población sobre este tema. La población, en general, no está dispuesta a renunciar a productos alimentarios que come a menudo y este es el motivo que lleva muchas veces a confundir las cosas. No es irresponsable eliminar el gluten de la dieta de una persona porque el gluten no es vital para nuestra supervivencia. Pero, ¡atención! Cuando hablamos de gluten no hablamos de hidratos de carbono. Esta también es una confusión habitual. Los hidratos de carbono sí son uno de los macronutrientes necesarios para el organismo, igual que las grasas o las proteínas. Pero hay hidratos saludables e hidratos que no lo son, igual que las grasas. Tenemos que comer hidratos de carbono complejos, de absorción lenta y de calidad. Tenemos que aprender a sustituir el gluten que incluyen alimentos que encima son procesados por fuentes de hidratos de carbono saludables. Y esto es lo que hacemos en el “Reto 21 días sin gluten“: enseñar a las personas a comer alimentos saludables y nutritivos que nos sacien y nos satisfagan tanto o más que el gluten de un plato de macarrones o de una pizza.
Con nuestra tarea, lejos de contribuir a banalizar una alimentación sin gluten, tenemos el objetivo de hacer que la sociedad sea cada vez más consciente de que hace falta una oferta más diversa en los hogares y en los establecimientos de restauración, donde alimentos como el pan, la pasta, las pizzas, la bollería y los procesados son omnipresentes.
Aprender a comer sin gluten y en comunidad
Hacer una dieta sin gluten a priori parece complicado porque, cuando pensamos en ello, nos damos cuenta de que comemos alimentos con gluten desde la mañana hasta la noche en mil formatos diferentes.
Si no sabéis por donde empezar o lo habéis intentado, pero os faltan más recursos y apoyo de una comunidad que esté en vuestra misma situación y queréis, a la vez, poder resolver todas las dudas que os vayan surgiendo, hemos lanzado la segunda edición del “Reto 21 sin gluten”, para dar un paso más allá en vuestra alimentación sin productos procesados. El reto está basado en alimentos reales, frescos y lo más antiinflamatorios posible.
¡Quiero unirme al reto! |