Los estudios científicos más recientes y completos ya evidencian que los cereales con gluten están relacionados con más de doscientos efectos adversos para la salud. Durante la digestión (de los alimentos con gluten y también lácteos con caseína) las proteínas se convierten en exorfinas, unos péptidos opioides que están detrás de la gran adicción que tenemos al gluten, a veces, más que al mismo azúcar.
Es que parece fácil, pero lo cierto es que no lo es: además de estar por todos lados, el gluten genera un enganche difícil de superar. A veces, incluso, está escondido donde menos nos imaginamos.
El consumo excesivo de gluten y la inflamación que genera predisponen a absorber mal la comida, a una afectación grave de las vellosidades intestinales, a déficits nutricionales, a afecciones neurológicas, a osteoporosis y a dolencias relacionadas con el hígado, el sistema nervioso y la piel.
Durante unos años, pensamos que la solución eran los productos Gluten Free, pero rápidamente vimos que detrás había una industria con poca intención de hacer las cosas bien, ya que sustituir el trigo moderno por arroz o maíz inflama de la misma manera y además estos productos tienen el récord Guinness de aditivos. Revisad las etiquetas de algún producto Gluten Free de color amarillo de los que tengáis en casa, mirad si os suenan más de tres ingredientes y comprobad los gramos de azúcar cada 100 milígramos. ¡Es un escándalo!
Encima, los productos Gluten Free nos han hecho perder unos años maravillosos durante los cuales mucha gente aún no ha aprendido a comer. Y por eso queremos ayudaros a hacerlo bien, de verdad. Desde nuestro punto de vista, comer sin gluten no significa, en ningún caso, comprar productos con el sello de la espiga “sin gluten”, que a menudo son propuestas procesadas con muchos aditivos y azúcares. Se puede comer sin gluten sin recurrir nunca a ninguno de estos productos.
¿Qué daño hace el gluten?
La molécula prolamina (la proteína problemática del gluten) tiene efectos diferentes independientemente de si hay celiaquía o no: actividad citotóxica, inmunorreguladora, aumento de la permeabilidad intestinal y aumento de citoquinas proinflamatorias. La prolamina del trigo, la gliadina, reduce en un 35-55% la actividad de las células caliciformes y daña la capa mucosa protectora dee los intestinos y aumenta el riesgo de entrada de parásitos u hongos de repetición, gastritis o inflamaciones intestinales.
Un estudio publicado en la revista Nutrients en 2015 reveló que la gliadina (la proteína del trigo) se asocia con una permeabilidad intestinal mayor en cualquier persona. La investigación se basaba en los descubrimientos de Alessio Fasano, de Harvard, uno de los doctores pioneros que descifrar el mecanismo por el cual el gluten induce a estos cambios en el revestimiento intestinal, lo que provoca la producción de mediadores químicos inflamatorios y una inflamación sistémica.
Síntomas que podemos tener si tomamos gluten habitualmente
En una persona con mucha sensibilidad al gluten pueden aparecer todos estos síntomas. Los digestivos pueden ser: diarrea, estreñimiento, inflamación, gases, indigestión, reflujo, colon irritable, etc.
A raíz de la afectación del intestino, donde tenemos la base del organismo (la microbiota), también podemos tener migraña, vértigo, problemas de concentración y memoria, niebla mental, déficits nutricionales, dolores musculares crónicos, problemas hormonales, menstruales , problemas de piel, los huesos, enfermedades autoinmunes, depresión, ansiedad o dificultades para ganar peso (en niños sobre todo), entre otros.
Además, consumir alimentos con gluten significa que tal vez comemos demasiados carbohidratos refinados y esto no es nada saludable. Tampoco lo es quitar el gluten y continuar ingiriendo sustitutivos que, además de la inflamación, comporten la misma carga glucémica: pasta de maíz, arroz en diferentes formatos (sobre todo si es blanco), exceso de harinas refinadas, aunque sean de cereales sin gluten, etc. Todo esto nos puede generar los problemas y alteraciones que hemos mencionado y también nos puede provocar problemas metabólicos: aumento de peso, exceso de insulina en sangre, diabetes o problemas cardiovasculares, por ejemplo.
Por todo ello, dejar el gluten puede ser muy beneficioso y puede hacer que algunas de estas alteraciones desaparezcan notablemente. Hay muchos casos de éxito en problemas intestinales o de la piel, como dermatitis o psoriasis; los efectos se notan enseguida. Además, nuestro equipo de dietistas-nutricionistas (lo sabréis si os habéis visitado con nosotros alguna vez) tiene claro que comer siempre sin gluten no genera ninguna carencia nutricional. Ninguna.
¿Dejar el gluten es fácil?
Os puede parecer muy complicado dejar el gluten, como el bocadillo de pan de la mañana, seguramente el hábito que tenéis más instaurado y que puede parecer que no tiene ningún sustituto al mismo nivel. Pero lo tiene. Y una vez se supera el bocadillo de la mañana, ya se tiene la fuerza para mantener una dieta sin gluten cada día.
Comer sin gluten no es ni monótono ni aburrido. Todo lo contrario. Descubriréis un mundo de posibilidades y vuestra dieta será mucho más variada y saludable. No necesitaréis comer gluten en cada comida, dejaréis de estar enganchados al bocadillo de la mañana y veréis como cereales sin gluten y con poca carga glucémica os parecen deliciosos. La cocina se llena de colores y variedad. De repente, como dice el nutricionista Marc Vergés, los platos ya no son todos amarillos; el amarillo de todos los carbohidratos.
Ahora bien, conscientes de que con el tipo de alimentación industrializada actual dejar el gluten no es fácil, os queremos compartir cómo conseguirlo. Buena parte de nuestro equipo y pacientes hemos ido dejando el gluten en los últimos años y otros lo han reducido drásticamente. Es tan fácil y complicado a la vez como encontrar sustitutos en la cocina, y sobre todo a encontrar la motivación. Ver que otras personas lo han logrado, supone un gran aliciente.
Aprende a hacer una dieta sin gluten saludable |
Testimonios que han dejado el gluten y han mejorado su salud
Algunas lectoras de nuestra comunidad también lo han dejado y les ha cambiado la vida
Carmen Ruiz descubrió a Xevi Verdaguer y Soycomocomo hace unos años y decidió dejar el gluten como prevención, para evitar problemas con la insulina, que podía tener por herencia genética.
Cristina Soler es celíaca, pero no resolvió su atrofia intestinal hasta que no entendió que tenía que comer sin gluten y a la vez saludable.
Bibliografia
En el “Reto 21 días sin gluten” se mencionarán más de diez estudios sobre el daño que el gluten puede ocasionar en personas no celíacas. De momento, os dejamos los enlaces de algunos de estos estudios:
1- Akhondi H, Ross AB. Gluten And Associated Medical Problems. [Updated 2019 Nov 27]. In: StatPearls [Internet]. Treasure Island (FL): StatPearls Publishing; 2020 Jan-. Available from: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/
2-Busby E, Bold J, Fellows L, Rostami K. Mood Disorders and Gluten: It’s Not All in Your Mind! A Systematic Review with Meta-Analysis. Nutrients. 2018;10(11):1708. Published 2018 Nov 8. doi:10.3390/nu10111708
3-Antvorskov JC, Fundova P, Buschard K, Funda DP. Dietary gluten alters the balance of pro-inflammatory and anti-inflammatory cytokines in T cells of BALB/c mice. Immunology. 2013;138(1):23–33. doi:10.1111/imm.12007
4-Fasano A. Zonulin, regulation of tight junctions, and autoimmune diseases. Ann N Y Acad Sci. 2012;1258(1):25–33. doi:10.1111/j.1749-6632.2012.
5. Non coeliac gluten sensitivity – A new disease with gluten intolerance. April 2015. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/25245857