Hay que destacar que, en principio, no hace falta una preparación física especial, ni tener una técnica especialmente depurada. Precisamente por eso, se corre el riesgo de sufrir diferentes patologías que pueden acarrear molestias en el futuro y que, si no se tratan bien, pueden cronificarse, lo que podría conllevar al abandono de este deporte.
Los hábitos dietéticos juegan un papel fundamental dentro de cualquier deporte. Por regla general, los practicantes de pádel juegan una media de tres a cuatro veces por semana. Entre semana, suele ser después del trabajo. Si no se ha hecho una buena planificación de las ingestas diarias, podemos someter al cuerpo a estrés metabólico, con el consiguiente riesgo de lesión.
Para el día de entreno, lo que tenemos que tener de entrada es una planificación de la hidratación. En este artículo haremos hincapié en este aspecto fundamental para cualquier práctica deportiva. Lo recomendable es una ingesta de 5-7 ml/kg de peso de bebida isotónica antes de la práctica y empezar el proceso 1 hora antes del partido. ¿Por qué?
- Aporta hidratos de carbono que mantienen una concentración adecuada de glucosa en sangre y retrasa el agotamiento de los depósitos de glucógeno. Podemos tomar bebidas con una concentración de hidratos de carbono entre el 6-8%.
- Repone electrolitos, sobre todo del sodio.
- Para una reposición hídrica que evite la deshidratación.
En cuanto a la composición de las bebidas isotónicas hay que fijarse en que el tanto por ciento de hidratos de carbono no sea inferior al 5%, ya que sería insuficiente, y que tampoco esté en un valor superior al 10%, porque retrasaría el vaciado gástrico y la absorción de agua.
Hay que seguir hidratándose durante la práctica; en ocasiones con un enjuague es suficiente debido a la sensibilidad del gusto por la glucosa (se están estudiando los mecanismos por los que sucede esto). Cada 15 o 20 minutos tendríamos que beber entre 150-300 ml de líquido (es importante que esté a una temperatura de entre 15-21 ºC).
Después del partido, habría que dejar unas dos horas para realizar una ingesta sólida rica en hidratos de carbono acompañados de una porción moderada de proteína y lípidos. Lo ideal sería una proporción de cuatro partes de hidratos de carbono y una de proteína.
En esas dos horas posteriores al partido, se recomienda rehidratarse con bebidas isotónicas que contengan entorno a un 8% de hidratos de carbono.
Si empezamos por ser conscientes de que una buena hidratación es fundamental para la práctica de este deporte, podemos evitar síntomas como calambres y futuras lesiones tendinosas o musculares.
Artículo escrito por:
Juan Alfonso Rivero Rivera
Máster en Nutrición para la Actividad Física y el deporte.
Profesor y responsable del Centre Holístico Terapias Naturales
Bachelor of Science in Traditional Chinese Medicine